Entramos en la moderna y acogedora casa de Carolina Marín: con cocina abierta en tendencia y pequeña terraza

El salón de Carolina Marín es luminoso y funcional. Un gran acierto es que el color blanco de las paredes, que le aporta luz. En contraste, el sofá gris y el mueble negro aportan el toque moderno. Además, el toque personal y colorido lo pone el cuadro con un atardecer. 

El salón tiene diferentes detalles naturales y muy frescos. Un ejemplo de ellos es el suelo de parqué, la base para decorar con elementos de tonalidades y materiales muy similares, otro es la silla de ratán, con cojín blanco, y las cañas de bambú y la lámpara de cuarzo de debajo de la televisión. Las plantas completan el look natural.

Carolina Marín dedica parte de su tiempo a otras tareas, pensando en cuando se retire del bádminton. Tal y como dijo en La Resistencia en mayo de 2024, la onubense ha invertido en diferentes viviendas. En este rincón, observamos como hay un sofá similar al de la anterior foto y una chimenea moderna, decorada con pequeñas esculturas, recuerdo de sus viajes.

La cocina de Carolina hace un juego bicolor entre el blanco y el negro, por lo que le da un toque muy moderno. Cuenta con mucho almacenaje para guardar todos los utensilios y diferentes especias. La madera pone el toque cálido.

Una de las cosas que más nos gusta de su cocina es que tiene luz natural, por lo que las tareas de esta estancia se hacen más amenas y ligeras. La encimera blanca potencia aun más la luz natural.

La jugadora de bádminton prefiere una casa sencilla y nada ostentosa. Un ejemplo es el baño, que sigue con la estética blanca, con azulejos cerámicos y con una grifería cromada, así como un lavamanos blanco y minimalista.

El jardín de Carolina es uno de sus rincones favoritos, ya que cada dos por tres nos lo enseña a través de sus redes sociales. Es un remanso de paz dentro de su rutina, gracias a detalles, como esta hamaca. Además, el muro entre vecinos lo ha cubierto una planta de hiedra, una enredadera que aporta frescura y protege la casa, así como decora como un gran manto verde.

La onubense es consciente de todo el potencial que tiene su jardín, por eso aprovecha todos los rincones para que no se pierda ni un centímetro. La parte baja de una de las paredes la utiliza como un pequeño huerto, donde planta diferentes hortalizas, plantas y flores que hacen bonito a las zonas exteriores. 

La zona menos visible del jardín está dedicada a las jornadas más calurosas del verano. Marín ha puesto una piscina desmontable, no muy grande, para poder bañarse y no tener que mantenerla con gran esfuerzo durante todo el año. Por otro lado, también tiene una parte para la barbacoa y hacer grandes comilonas rodeada de familia y amigos. 

Tener un espacio natural es clave para que la armonía de la casa esté siempre en calma. Este rinconcito del jardín es el lugar ideal para estar en contacto con las plantas y disfrutar de un momento de tranquilidad.