Nada queda del pasado hotelero, solo la atmósfera sosegada y clásica, pero funcional, conseguida por la espectacular reforma que ha coordinado Begoña Susaeta de Sube Interiorismo. Aunque la estructura estaba bien conservada, fue necesario arrasar con todo. "Al haber sido hotel, los baños, por ejemplo, se quedaron en la otra mitad de la vivienda, por lo que tuvimos que reformarla entera... Nada más conservamos la escalera, aunque la hemos revestido de moqueta, y la barandilla, porque era de una madera maciza de roble muy buena", explica la interiorista.
Para la interiorista fue sencillo empatizar con los clientes, (¡su propia casa se parece a esta!), y se divirtió reflejando los sofisticados gustos de la propietaria. "Para mí supuso un reto, sobre todo trabajar con colores a los que no estoy habituada", nos confiesa. ¡Reto más que superado! Esta casa ha sido tan especial y divertida al decorarla como al vivirla, ¿quieres entrar?
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