Alma nórdica con esencia española: esta maravillosa casa de Marbella mezcla dos estilos muy originales y auténticos
Una familia de Estonia cambió su tierra natal por esta vivienda de Dos Olivos, en la Costa del Sol, donde está llena de sol y estilo. Han conseguido la casa de sus vidas
Periodista especializada en decoración, moda y lifestyle
Actualizado a 04 de agosto de 2024, 19:13
Adéntrate en esta maravillosa casa de Marbella.
El Mueble/ Fernando Bedón
Una casa en Marbella, cerca del Mediterráneo, es lo que siempre hemos soñado. Este deseo está hecho realidad para Cathlin y su familia, que vinieron del norte de Europa en busca del cálido clima ibérico.
"Esta no es una casa, es un hogar”, comienza a contarnos Cathlin, la feliz propietaria de esta espectacular vivienda en Marbella. Ella y su marido se enamoraron de Andalucía hace dos décadas, y hace cinco años decidieron dejar su Estonia natal para instalarse allí. La casa tiene un estilo andaluz con el patio con suelo de barro y el porche cubierto de tejas.
“Somos muchos en casa, cada uno con sus pertenencias. Ropa, zapatos, juguetes, ordenadores... Así que el interiorismo debía transmitir serenidad. Utilicé colores y maderas claras”, nos cuenta Cathlin antes de abrirnos la puerta de su casa.
“No tenía ganas de embarcarme en una gran reforma. La finca tenía muchos elementos con encanto y mucha luz natural, así que era perfecta”, nos dice Cathlin. Además, añade: “Desde el punto de vista arquitectónico la casa está muy bien pensada. La mayoría de las ventanas tienen terrazas cubiertas para no recibir sol directo, pero sí mucha luz”.
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Mesa y sillas de mod. Monsa, de Crisal Decoración. Cojines de Pepe Peñalver. Mantel de El Corte Inglés. Vajilla en Mandrágora.
El Mueble / Fernando Bedón
Un jardín que cautiva
“Vinimos en busca de sol, de días largos y luminosos. En nuestro país luchaba con los inviernos... También queríamos brindar a nuestros cuatro hijos la experiencia de conocer una nueva cultura y un nuevo idioma”, confiesa Cathlin.
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Mesa de centro de El Corte Inglés con planta y cesta de Viveros González. Alfombra de Pantay.
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Con mucha sombra
Además, por dentro la casa tenía una buena distribución y muchas entradas de luz. Y fíjate en las casualidades... Se construyó en 1998, el mismo año en que conocí a mi marido”, nos cuenta la propietaria mientras se detiene en el porche, equipado con sofás enfundados, cortinas blancas y sillas de fibras. “Mi momento favorito del día es salir aquí por las mañanas. Diez minutos con mi café antes de preparar a los niños para ir a la escuela”, reconoce.
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Sofá de Potter y Barn. Mesas de centro de Crisal Decoración. Lámpara de sobremesa de Pantay. Alfombra de Valley.ee.
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Luminoso y elegante
Aunque dice tener buen ojo para las reformas, Cathlin contó con la ayuda de Heinike Paan, una interiorista estonia que también reside en Marbella, para sacar el máximo partido a la casa. “Todos los espacios de la zona de día tienen salida directa al jardín, pero aun así parecía oscura, anticuada y abigarrada. Optamos por una base neutra para ganar luz y dejamos los muebles estrictamente necesarios”, explica Cathlin.
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Butacas y pufs similares en Pantay. Mesa auxiliar de Crisal Decoración. Cojines de Pepe Peñalver y Zara Home.
El Mueble/ Fernando Bedón
El rincón más acogedor
En su mayoría los hicieron a medida, salvo los sofás del salón, que conservaron de los anteriores propietarios. Son de estilo clásico, al igual que las butacas y el puf, y contrastan con el aire nórdico del comedor. ¿Y el color? Está en los textiles salpicados de rosa y en los cuadros repartidos por toda la casa. “¡Amo el arte! Todas las piezas las he elegido con mimo. Cada una tiene su propia historia”, asegura.
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Mesa de madera maciza hecha a medida. Mantel y vajilla de El Corte Inglés. Tabueretes mod. Monsa, de Crisal Decoración.
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El alma de la casa
La cocina es otra de las estancias que tiene maravillada a la propietaria. De hecho, es el núcleo vital de la casa. “La hicimos más grande porque me encanta cocinar, especialmente en fiestas y cuando vienen amigos. "Paso mucho tiempo aquí, así que necesitaba una gran zona de trabajo bien planificada, con muchos cajones, armarios y compartimentos”, explica.
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El mobiliario es de Hobaco. Taburetes de Crisal Decoración y lámparas de Zuiver.
El Mueble / Fernando Bedón
Aire muy fresco
Mantuvieron el mobiliario original, clásico, en tonos neutros, con tiradores de bronce y distribuidos en L. Y añadieron un gran office con taburetes altos para poder comer todos juntos cuando sea necesario. “Desde la cocina se ve la entrada. Me encanta saludar a mi familia a través de las ventanas, dejar las puertas abiertas y sentir la brisa fluir por todas las estancias”, añade Cathlin.
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Cama hecha a medida. Mantas de Zara Home y alfombra de Rugvista.
El Mueble / Fernando Bedón
Tradicional y sofisticado
En la segunda planta se encuentra la zona de noche, a la que se accede a través de la antigua escalera. Como en el resto de la casa, en el dormitorio principal conservaron elementos estructurales como las vigas del techo, que dan un encantador aspecto rústico, y los tradicionales suelos andaluces de barro cocido. ¡Sin ellos la casa perdería su esencia! En esta habitación se desmarcaron un poco con los colores.
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Colchas y cojines de Pepe Peñalver. Colcha con relieve y cojín rectangular, de Zara Home. Mesita de Crisal.
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Comodidad en estado puro
“Pensé en usar tonos más oscuros para dar un acento más íntimo a la decoración”, reconoce. El cabecero de capitoné está hecho a medida y tapizado en un gris verdoso, va acorde con el resto de textiles y con el banco situado a los pies de la cama. Una gran alfombra con motivos geométricos pone el remate final.
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Mueble a medida. Lavabo similar en Materiales de Fábrica. Taburete de Crisal Decoración y toallas de Zara Home.
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Un baño clásico
“Cada uno de los cuatro dormitorios cuenta con baño propio, decorados de forma sencilla, funcional y con toques distintivos, como estas baldosas con efecto hidráulico que se diferencian de las del resto de la casa”.
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Los hijos de Cathlin son: Patrick, Eric, Lennart y Clara.
El Mueble / Fernando Bedón
La familia de Cathlin
La búsqueda les llevó un tiempo, hasta que quedaron prendados de Dos Olivos, el chalet de sus sueños: “El jardín es simplemente increíble. Exuberante y con dos preciosos olivos que dan nombre a la casa. También nos encantó la arquitectura tradicional española. “Siempre tengo flores frescas en casa. Me encanta la alegría que transmiten. Plantas no tengo tantas. El jardín es súper verde y es como si estuviera siempre dentro”.