Resulta que Beyoncé y Jay-Z (para quien no lo sepa, su marido en cuestión) hasta ahora vivían alquilados. En casas super-super, se entiende, pero alquilados. Aquello de "alquilar es tirar el dinero" de toda la vida que nos han dicho nuestras madres pues como que no iba con ellos. La pareja buscaba el hogar de sus sueños y parece ser que ¡al fin! (y siempre según publica un portal norteamericano) lo ha encontrado.
Beyoncé y su marido han decidido instalarse en los Hamptons, en el East Hampton para ser más concretos, en esta preciosa casa por la que han pagado 26 millones de dólares, yeah!
La casa de sus sueños (y los nuestros) llevaba ocho años en el mercado, bajó de precio de 39,5 a los mencionados 26 millones, y es obra de un arquitecto de renombre, Standford White. Como es de suponer, metros no le faltan (no vamos a darles consejos para espacios pequeños), y cuenta con detalles como una piscina infinita, una impresionante cocina abierta, chimeneas, parquet "estilo Versalles" instalado por artesanos franceses y unos preciosos arrimaderos de roble blanco. Para entendernos, el estilo es muy 'regio', como de palacete, vaya.
Madera, luz, buenos ventanales, puertas nobles... la casa se ve elegante, pero también cómoda y con muuuchas posibilidades para la vida familiar. Ya me los imagino a todos haciendo nesting en el salón un domingo de sofá y manta. Seguro que los tres niños de la cantante sabrán darle además ese aspecto vivido que necesita todo hogar, ¡también este!, por muy elegantón que parezca. ¿Será muy estricta Beyoncé con los rayajos y las manchas? No tiene pinta, la verdad. Y si hay que volver a pintar, pues se pinta, ¿no?
Mis zonas favoritas son la cocina, amplia, abierta, y ¡blanca!, ¡vivaaa!, con una megaisla donde cocinar, charlar, amar... y tan bien integrada con el resto de la casa. Claro que con esos techos forrados de madera y blancos todo se ve agradable y luminoso.
Me gusta mucho también el baño. Lo veo relajante e inspirador. ¡Me encantaría meterme en esa bañera, rodearla de velitas, con un ejemplar de El Mueble en mano, música relajante, y mirar por la ventana! A un lado intuyo un spa. Yo lo usaría un poco, pero no tanto, que me baja la tensión. Prefiero las tumbonas junto a la piscina como lugar de descanso. Me faltan el plaid de lino, unos cestos y muchas flores para sentirme feliz del todo ahí, pero digamos que sufrir, lo que se dice sufrir, no sufriría...
Siete dormitorios y nueve baños son razones suficientes para darle un ¡sí, quiero! a esta casa. Pero ¿os cuento un secreto? La casita para invitados también tiene mucho, pero mucho rollo. ¿La habéis visto?
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