Si los habitantes de la Antigua Grecia levantaran la cabeza y nos vieran tumbados en la playa como lagartijas al sol se pondrían las manos en la cabeza. Y es que lo de broncearse, además de ser cultural, es relativamente reciente. De hecho, durante milenios, la piel clara fue un símbolo de clase social. No fue hasta pleno s. XX que el tono canela típico del verano se convirtió en un símbolo de prestigio social. Y también fue entonces cuando se descubrió la utilidad biológica de una tez morena.
Más allá de que estar moreno sienta bien, sirve para protegernos de la radiación solar. Y es que, cuando tomamos el sol, unas células llamadas melanocitos nos protegen de los daños derivados de las radiaciones solares. ¿Cómo? Generando melanina, que absorbe la radiación como un mecanismo de defensa del cuerpo. Y como consecuencia, nos pone morenos.
Por eso es muy importante a la hora de tomar el sol en verano, hacerlo de manera segura. Sigue estos consejos y no solo lucirás un bonito bronceado este verano, sino que además la salud de tu piel te lo agradecerá.
Cómo broncearse con seguridad
- Evita tomar el sol entre las 12:00 y las 16:00, porque es cuando los rayos UV son más peligrosos.
- Escoge el protector solar más adecuado para ti, aplícatelo en cantidad unos 30 minutos antes de tomar el sol y vuelve a aplicarlo cada dos horas, incluso si es resistente al agua.
- Usa cremas y productos especiales para después del sol, además de hidratar la piel te ayudarán a reparar el daño celular.
- Renueva tus cremas solares cada año. La mayoría de los bloqueadores solares tienen un periodo de vida de 12 meses después de ser abiertos. A partir de entonces, perderán efectividad.