"Asegurar que una casa tiene buen Feng Shui o no de base no es una tarea fácil. Antes hay que hacer un estudio profundo en los que entran en juego determinados datos: el plano de la casa, la dirección, el año de construcción, la última reforma íntegra y la fecha de nacimiento de las personas que la habitan".—explica Alejandra Balbás, experta en Interiorismo Feng Shui y CEO de Área Feng Shui Madrid (@fengshui_madrid).

"Con todos estos datos se plasman en el plano las 4 escuelas de Feng Shui clásico que yo manejo para determinar qué distribución, colores, materiales y formas son las adecuadas en base a los 5 elementos de la Naturaleza con los que trabaja esta ciencia milenaria (Agua, Madera, Fuego, Tierra y Metal) y en base a las personas interesadas, ya que cada una tiene su propia energía vital", continúa Alejandra. No es lo mismo una casa Fuego (con la fachada Norte y el fondo en el Sur) que una casa Agua ( con fachada Sur y fondo Norte).

Lo que sí se puede saber es qué detalles nos afectan al entrar en una casa, por ejemplo, los flujos de trayecto, algunos elementos decorativos, como lámparas de techo, vigas, columnas, altura de muebles, ausencia de cabeceros... Vamos a ver algunos ejemplos que, de entrada, favorecen o no que tu casa tenga buen o mal Feng Shui. ¿El objetivo? Lograr una casa equilibrada y en armonía.