Esta casa del Supermaresme (Barcelona) es mucho más que un hogar: es un lugar ligado de raíz a sus propietarios, un matrimonio con dos hijos. La arquitecta Mónica Recoder se encargó de la reforma y consiguió crear una vivienda mucho más grande, confortable y sostenible, cobijada por un talud de pinos y a un pasito del mar. 


Por un lado, un frondoso talud de pinos. Por el otro, el mar Mediterráneo. “¡Esta casa es un tesoro rodeado de naturaleza!”, nos cuenta la arquitecta Mónica Recoder, encargada de reformarla.

“Es muy tranquila y al tener solo una planta es comodísima. Sus propietarios, un matrimonio con dos hijos, me pidieron darle altura, porque los techos eran muy bajos y querían que respirase. Y aunque al principio no pensaban en hacer una gran reforma, se fueron animando y acabamos dándole un buen cambio”. ¿Entramos?