Si te gusta darle a tu look un último toque con bufandas y fulares, seguro que acumulas muchos más de los que piensas y los tienes repartidos por varios lugares de tu casa: un cajón de la cómoda, el colgador del recibidor, un casillero dentro del armario... Zapatos, bolsos y bufandas son los complementos que más solemos acumular y los que roban más sitio en el armario

Ármate de valor y reúnelo todos encima de la cama para ver, realmente, cuántos tienes y hacer un poco de limpieza. ¿Qué norma usar para tirar o no? Los que no recordabas que tenías van fuera, lo mismo que los que no te gustan o están algo estropeados. ¿Empezamos?

1. Despídete de las bufandas que te tejió tu abuela

O la vecina o la amiga de tu madre. Seguro que tienes más de una (y de dos bufandas) que alguien tejió para ti y nunca (nunca) te has puesto. Guarda una de tu abuela como recuerdo, pero el resto de bufandas artesanales que no te gustan ni un pelo van fuera. 

2. Esas bufandas más largas que un día sin pan

Hubo un momento que se llevaban las bufandas muy largas y te compraste un par, pero luego se fueron acortando al mismo ritmo que tus ganas de volvértelas a poner. Y de eso ya hace ¿más de 10 años? Despídete de ellas y piensa que cuanto más largas son, más ocupan en tu armario.

Bufandas y fulares que tirar de casa.

Las bufandas enrolladas te ocuparán menos espacio. 

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3. Los fulares de cuando eras hippie

Con flecos, hilos con brillo, varios colores a la vez... Estos fulares tuvieron su momento, pero hace años que ya no te los pones. Nos los guardes para Carnaval, lo mejor es que los lleves al punto verde de una vez.

4. Los pañuelos que daban con esa revista

Si hace tiempo hiciste la colección de una revista que daban pañuelos y los tienes acumulados desde el día uno en el fondo de un cajón, ha llegado el momento que te deshagas de ese montón de pañuelos y fulares. Como mucho, quédate con los 2 o 3 que te has puesto alguna vez, el resto mejor regálalos.

5. Millones de buffs que nunca te pones

Los buffs (o bragas para el cuello) son otro de los complementos que han colonizado, de un tiempo a esta parte, el cajón de las bufandas. De lana, algodón, para ir a correr, a la nieve, de entretiempo... Los tienes para todos los gustos y estilos, pero, ¿te los pones todos? Si la respuesta es no, ya sabes que tienes que hacer con los que no han tocado tu cuello en el último año. 

6. Esas bufandas que te pican

Son bonitas, tienen el largo perfecto, te gustan, te quedan bien... pero, te pican, lo que significa que nunca te las pones porque te resultan incomodísimas. Busca a alguien que pueda apreciar su belleza y que no tengan tanta sensibilidad a la lana para que las pueda aprovechar y despídete de ellas. 

Bufandas y fulares que tirar de casa.

Revisa los colgadores del recibidor para no acumular fulares y bufandas de más. 

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7. Tu bufanda favorita que ha cambiado de color

Hay otra categoría de bufandas que, por el contrario, tienes que jubilar porque de tanto ponértelas ya no están tan bonitas como el primer día. Si han cambiado de color, están algo deshilachadas, se han dado mucho... Ya han cumplido con su labor durante muchos años, así que es mejor que las tires y te pongas las que están en mejor estado. 

8. Ese fular de flores que te regalaron y no te gusta nada

En el apartado de 'regalos que no te gustan' seguro que tienes unos cuantos fulares y bufandas que te regalaron y no te gustan. Un fular de flores que no te pega nada, una bufanda de un color chillón que no va con tu tono de piel... Todos los regalos envenenados que te quitan espacio y no encajan con tu estilo, mejor que se los des a alguien que los pueda valorar y aprovechar. 

9. Un montón de bufandas de equipos de fútbol

Tuyas o de tus hijos, da igual. Con una bufanda de tu equipo de fútbol y alguna más especial tienes suficiente para sentir los colores el domingo por la tarde. El resto se las puedes regalar a alguien que las vaya a utilizar más tú.

Bufandas y fulares que tirar de casa.

Cajón con accesorios de invierno bien ordenado.

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10. La bufanda de cuadros que te compraste en Escocia

De lana merina escocesa, con el estampado de la familia McDonald... lo que quieras, pero hace 15 años que fuiste a Escocia y nunca te has puesto la bufanda de tu clan favorito. Se la puedes regalar a algún familiar o amigo que pienses que la va a disfrutar. 

11. Tu bufanda de cuando leíste Harry Potter

Las bufandas de rayas inspiradas en Harry Potter se pusieron de moda hace unos años y te arrastraron con ella. Tienes bufandas multicolor y otras que se parecen muy mucho a la de Gryffindor del mismísimo Harry Potter. Si hace más de una década que no te las pones, lo mejor es que las dones o regales a quien le puedan interesar. 

12. Unos mantones de ganchillo de origen desconocido

Haciendo limpieza de bufandas y fulares hasta has descubierto unos mantones de ganchillo que ni sabías que tenías. Ya sabes lo que dice la norma: si no te acuerdas de algo o no te lo pones, esa prenda o complemento no debería de estar en tu armario. Así que despídete de los mantones de una vez por todas. 

Bufandas y fulares que tirar de casa.

Usa una caja con compartimentos para organizar tus fulares más finos. 

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13. Tu colección de bufandas circulares 

Las bufandas en forma de círculo son otra moda de hace unos años que causó furor también en tu armario. Si tienes más de cinco y, al final, solo te pones dos, lo ideal es que las que no usas las regales o pongas para reciclar. Quédate las que te ajustan bien al cuello y, por colores, te combinan mejor con tus chaquetas

14. Fulares súper finos que se ven pasados de moda

Bufandas y fulares también evolucionan con el paso de los años. Hace un tiempo se llevaban muy finos y alargados y, ahora, en cambio, son tendencia más anchos y no tan largos. Por eso, cada vez te cuesta ponerte más los que tienen más años. Los que veas más pasados de moda, mejor retíralos con honores. 

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