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1.

Sencillo pero con clase

 Un salón con chimenea y de techos muy altos nos pone en bandeja de plata "pasarnos". Pasarnos con las medidas, como con un gran espejo que dé luz al hueco oscuro que todas tienen. Este es de Sine Nomine. Lámpara de techo, de Años Luz. Sofás, de Home Select. De Ana Mateos de Assas.

2.

Con toques happy

 ¿Una chimenea clásica implica un espacio clásico? No si no quieres. Aplícale toques pop, cuadros de mil colores, complementos como letras en tonos divertidos como este rosa chicle... Y quedan perfectos con otros detalles de corte más romántico como las botellas antiguas de cristal o libros "incunables". De Meritxell Ribé

3.

De aire campestre

Revestimiento de cal, baldas de madera oscura... También hay chimeneas menos suntuosas que las de mármol pero igualmente bellas que agradecen un tipo de decoración sencilla y fresca, como una colección de sombreros de paja, por ejemplo. Mesa de centro con sobre de cristal, en Ksar. Alfombra y lámpara de techo, adquiridas en Marruecos. Silla azul, comprada en Inglaterra. 

4.

Detalles con luz

¿Tu chimenea es oscura? Apórtale luz. Una forma delicada de hacerlo es decorándola con un gran espejo y botellas de cristal transparente; cuanto más labradas, más destellos harán cuando la luz que incida en ellas. Pequeños portavelas y flores blancas y de fina rama como la paniculata, son también perfectas. De Meritxell Ribé.

5.

Verde y más verde

Le sienta bien a todo tipo de chimeneas. Aquí, plantas verdes dentro de una caja de madera, aportan vida al "agujero negro" y pequeñas ramas en jarrones verdes, añaden frescura al sobre. Espejo, de Catalina House. Lámpara de pie, de Jardin d'Ulysse. Mesa de centro, de Côté Decó y sofás, de Ikea.

6.

En perfecto equilibrio

Una chimenea de mármol del estilo más clásico agradece una decoración que contrareste su sofisticación. Candelabros de madera half painted, plantas, cestos de mimbre o espejos con marcos de formas redondeadas, como este de Taimo Interiorismo, son una buenísima opción. Esta es la casa de la arquitecta y autora del blog Lost in Vogue Eli García Cruz. 

7.

¿No hay fuego?

¡Pues pon velas! Incluso las hay led para no tener que encenderlas una por una. Haz una composición dentro de una caja o una cesta, como esta. Calidez asegurada. Espejos, de Sacum y Filocolore. Lámpara de pie, de Maisons du Monde. Alfombra, de Gra. Mesa de centro, de Cottage Little House. Butaca con reposapiés, también de Maisons du Monde. 

8.

Tonos amigos

Rosados, blancos, verdes, arenas... Dan luz y suavidad a las chimeneas, que suelen tener mucha presencia y su hueco puede oscurecer los espacios cuando están apagadas. Velas, detalles de fibra, cristal y toques de verde y flor son el pack decorativo ideal para ellas. 

9.

Buscando la naturalidad

Un cesto de fibra con ramas verdes que te duren –de olivo, por ejemplo– puede ser un perfecto detalle para decorar una chimenea por dentro. Tienen el suficiente volumen para llenarla. Butacas, de Merc&Cia. Mesa auxiliar y lámpara de flexo, de Sacum. Alfombra, en Gra. Espejo, en Cottage Little House. De Cristina Pérez

Si tienes una chimenea, tienes un tesoro. Atrae todas las miradas y da estilazo. Eso sí, si la decoras bien. No pienses en ella solo en los meses de frío. Decórala para que siempre, siempre, incluso cuando los termómetros gritan "¡hielo!", sea un puntazo en tu casa.

En el sobre...

Compensa el hueco oscuro con amplitud y claridad. Un espejo es la mejor opción. Y detalles que sumen luminosidad como los jarrones o las botellas de cristal, las flores, portavelas... incluso cuadros apoyados, en vez de colgados, un recurso mucho más fresco que equilibrará la elegancia de la chimenea.

En el hueco...

Dale luz y vida. Porque su hueco negro, sin llamas, inquieta y oscurece las estancias. Y puedes hacer mucho más que colocar unos troncos preparados para encender. Como idea no está mal, pero siguen siendo oscuros y crean un rincón algo triste. Apuesta por detalles que lo iluminen y le den vida. Algunas ideas: cestos de fibra con ramas verdes, una caja de madera clara con plantas verdes, una composición de velas que pueden ser tradicionales o de led para olvidarte de cera o de irlas cambiando cuando se vayan gastando, etc.

El secreto: lo decores como lo decores, elige elementos que tengan volumen. Si son demasiado pequeños, se perderán en el hueco y quedarán ridículos. Pero compensando el volumen de la chimenea, acabarás creando un rincón perfecto que no querrás desmontar... ¡ni cuando el frío aceche!