Las 20 mejores casas rústicas con las que disfrutar del otoño junto a la chimenea

El office es una de las estancias que mejor resume el mix de tradición y modernidad, con esa mesa redonda antigua recuperada, la original lámpara hecha con tela de saco, la alacena contemporánea y el ventanal XL metálico y en negro. 

La espectacularidad de este dormitorio, con grandes ventanales en arco que se abren al jardín, pedía una decoración austera, casi monacal, en la que nada eclipsara la belleza del espacio. Textiles gustosos, que arropan la cama en otoño, cuando empieza a refrescar, y muchas fibras vegetales, refuerzan el look natural y relajado de esta habitación. ¿Quieres ver el resto de secretos de esta masía ampurdanesa?

Esta casa está en los Pirineos pero no esperes ver la "típica" casa de montaña. De hecho, el salón es de por sí una declaración de intenciones. ¿Te has fijado en la personalísima chimenea y su pared que la acoge? El papel pintado a cuadros tiene un aire inglés; la madera, que reviste el tiro de la chimenea y de las gruesas baldas nos recuerda que estamos en una casa rústica; y los sofás de líneas rectas, un look contemporáneo. 

En las casas de montaña se suele hacer mucha vida de puertas adentro, por eso planificar espacios comunes de encuentro y disfrute familiar es clave. En este caso la decoradora Cuca Arraut decidió convertir la cocina en uno de estos espacios –¿quieres ver otras cocinas rústicas?–. De hecho, esto era antes el recibidor y el office contiguo, la cocina. Con la reforma decidió darle más metros a la cocina, convirtiéndose en punto de reunión familiar. 

El dormitorio es otra de las joyas de esta casa (¡espera a ver la habitación de los niños!). Cuca optó por pocas piezas, pero colocó estratégicamente la cama bajo la ventana, para que desde la cama se pudiera disfrutar de las estrellas. Además, para hacer más gustosa la zona de noche, revistió el suelo con una moqueta de lana de pelo corto. 

A pesar de ser de nueva construcción, esta cocina respira un look tradicional que le da mucho encanto. La clave es la cuidada selección de materiales, con un suelo antiguo que procede de un mercadillo de Alicante, un mobiliario de cocina de Ikea, y las puertas del armario y de la alacena que se han readaptado de unas antiguas puertas de paso.

El dormitorio, como el resto de la casa, es una invitación a disfrutar del otoño. El ventanal, con un banco a modo de mirador, deja que la luz inunde este espacio, el armario empotrado suma encanto, con sus puertas recuperadas y la chimenea, a pesar de ser decorativa, hace más acogedor y personal el dormitorio.  

La cocina era de madera, pero la decoradora decidió hacerle un lavado de cara y pintarla del mismo color de las paredes. Ahora, a pesar de ser pequeñita, parece más luminosa y tiene mucho encanto. 

Es uno de los grandes lujos de esta casita de montaña: el acceso directo al jardín, que parece convertirse en una extensión del dormitorio. Aquí nos encontramos, una vez más, el verde que colorea toda la casa. Pero si te fijas con atención verás que, en la pared del cabecero, es más intenso. La razón es puramente decorativa: así destaca más el cabecero, una pieza tapizada con tachuelas muy estilosa. 

Contra lo que podría parecer, el porche es uno de los espacios más deseados de esta casita de montaña, donde incluso en otoño los propietarios hacen muchísima vida en el exterior. Precisamente, para poder disfrutarlo sin temor al frío, arroparon el espacio con muchos y mullidos cojines, mantas, alfombras... 

Cuesta creer que esta espectacular casa rural fuera una antigua cuadra olvidada a su suerte. La interiorista Belén Ferrándiz, junto al arquitecto César Muñoz y la constructora Evaristo González SA, la transformaron en la casa luminosa y llena de encanto que es ahora. Para empezar, se conservó todo lo se que pudo, y optó por una decoración de base blanca que ilumina todos los espacios. 

Esta casa en Cantabria, por eso se decidió cerrar el porche para así poder disfrutarlo durante todo el año. Las paredes acristaladas lo inundan de luz y le dan un look de invernadero, que lo hace muy acogedor. 

"Las vigas y el cerramiento acristalado hacen que la cocina de por sí ya sea espectacular, por lo que la decoración debía ser neutra y sencilla, con pocos muebles", explica la decoradora. La única concesión es el suelo, con un original juego de dameros en gris y blanco que da personalidad a este espacio diáfano. El mismo tándem cromático lo vemos en la mesa y las sillas del comedor. No te pierdas el resto de espacios de esta casa.  

La madera tiene muchísimo protagonismo en esta casa, pero en los interiores se ha teñido de un luminoso y suave gris, que multiplica aún más si cabe la luz y da ligereza a unos espacios pensados para el disfrute durante todo el año. 

Esta borda de 1870 en Cerler, Huesca, presentaba un aspecto viejo y sombrío. Al hacer la rehabilitación encontraron pequeñas joyas como el techo, que no salió a la luz hasta que hicieron la obra. Decidieron mantenerlo y eso marcó el estilo de la casa.

La zona de día discurre en un amplio espacio diáfano. De hecho, la cocina, se beneficia de la luz que entra por el gran ventanal de la fachada. Aunque es de nueva construcción, se ha proyectado con un gran aparador recuperado a modo de isla que le da mucha personalidad. El comedor, con una mesa XL proporcional al espacio, se ha equipado con bancos a juego, que le dan un aire más informal.  No te pierdas esta maravillosa casa.

Este dormitorio es una invitación a disfrutar de las soleadas mañanas de otoño desde la cama. Precisamente para potenciar al máximo la claridad, la madera de las vigas y de las paredes paneladas se tiñó de blanco, creando un espacio relajante sin renunciar con ello a su esencia rústica. ¿Quieres ver el resto de la casa?

Esta casita rústica de madera es perfecta para pasar el otoño al calor de la chimenea. Es propiedad de una pareja que suele pasar mucho tiempo solos, pero también con los cuatro hijos que juntan de sus anteriores matrimonios, dos por cada lado. ¡Y entonces son seis en casa! Así que el sofá en U invita a que todos pasen una velada increíble al calor de la chimenea. ¡Qué acogedor!

Aunque el dormitorio es pequeñito, gracias al enorme ventanal que hay a los pies de la cama, se han permitido la licencia de revestir todo el espacio en madera, como el resto de la casa. 

Si en la zona de día las paredes se dejaron en su acabado natural, en los dormitorios se pintaron en blanco, para darle aún más ligereza y sensación de relax. También es blanco el suelo, de cemento pintado con pintura de barco. La gran cristalera abre el dormitorio al jardín e invita a los colores del otoño a colorear esta estancia tan sobria como relajante. Descubre la casa al completo.  

Cuando a la decoradora Jeanette Trensig le propusieron renovar este refugio de montaña, no lo dudó: la primera actuación sería la madera. "Todo estaba cubierto de un pino tan tratado que resultaba oscuro, pesado, así que lijamos y barnizamos toda la madera para devolverle su belleza original", explica la decoradora. 

Este dormitorio es para no salir. Y casi casi no haría falta, porque cuenta con una mini cocina, baño, zona de estar, biblioteca y estudio. Para sacarle el máximo partido al espacio, la decoradora reservó la zona de menor altura para la cama, que bajo ese techo de vigas de madera se ve super recogida. El resto de carpinterías se tiñeron de un suave tono piedra verdoso para que no pesaran tanto. No te pierdas el house tour por esta espectacular casa rústica.

Esta casa no iba a ser solo un refugio de invierno, por eso la decoradora optó por una decoración ligera y con puntos frescos, como la moqueta de alga que recorre toda la casa, para que en otoño, cuando aún en los días soleadas la temperatura es buena, la casa no estuviera demasiado abrigada. 

Una de las maravillas de esta casa cántabra es su porche, un rara avis en esta zona. Precisamente para poder disfrutarlo durante todo el año, llueva o nieve, se ha protegido con cristales en los laterales, convirtiéndose en el rincón preferido de Amalia, la propietaria donde puede disfrutar del otoño e incluso de las mañanas soleadas de invierno.

Para ganar metros al salón la decoradora redujo la cocina y anexionó a ella el comedor, separado por un tabique y una puerta de cristal para preservarlo de humos y olores. El comedor, a pesar de ser pequeñito, es super capaz gracias al banco en "U". ¿Te apuntas al house tour?

¿Cómo transformar un antigua caballeriza en una casa de campo rústica pero muy luminosa? Además de elegir un rejuntado de las piedra clarito, se abrieron claraboyas en el techo y ventanas en el largo muro de 25 metros de la casa. Solo con eso ¡se hizo la luz!

La altura de la nave original, que se respetó durante las obras, exigía piezas proporcionales, que armonizaran con el espacio. De ahí que en el comedor se apostara por una lámpara con una pantalla sobredimensionada de fibras que llena el espacio y le da calidez. Descubre la transformación de esta casa. 

Si los muros de esta casa pudieran hablar... Hablarían de dos historias que discurrieron en diferentes épocas. Y es que, antes de casa esta fue, durante unos meses, una escuela durante la II República. Cada rincón de esta casa esconde detalles de la vieja escuela que interiorista Mikel Larrinaga, propietario y responsable de la transformación, ha querido conservar.

El comedor, contiguo al salón, ocupa una gran sala que, en origen, era el aula donde se daban las clases en la antigua escuela. El interiorista ha conservado todo lo que ha podido de la construcción original: desde el suelo de madera de pino, que lo ha recuperado, hasta las paredes de piedra. 

Las vistas al lago que se extiende a los pies del jardín es un lujo adquirido con la construcción de una planta en forma de "T" que alberga un salón, dormitorio, vestidor, baño e ¡incluso una cocina! ¿Te las vas a perder? 

La propietaria de esta casa se enamoró de su preciosa ubicación y de las posibilidades que ofrecía una construcción que, a pesar de no tener muchos años, había envejecido mal. Una de las primeras actuaciones fue abrir esos grandes ventanales, poco habituales en las casas de esta zona de los Pirineos, para disfrutar del entorno.

Este dormitorio es para no dormir. Y es que esa pared acristalada, que lo abre por completo al paisaje es hipnótico. De día, con los maravillosos colores del otoño, y de noche, con el cielo estrellado. ¿Quieres ver el resto de esta casa?

Las tonalidades grises en la selección de los muebles y el uso de la pizarra en los baños ayudan a que la casa adquiera un tono atemporal, sin importar qué época del año sea. ¡No te la puedes perder!