30 comedores blancos y con mucha luz

La serenidad y elegancia que aporta el blanco en los comedores es tan versátil que se adapta a todos los estilos. Tanto en espacios modernos, como otros más rústicos, minimalistas y, sobre todo clásicos, sirve para potenciar la luz, hacerlo más elegante y que el espacio parezca más grande visualmente. En este caso, el blanco se ha combinado con tonos mostaza, muy bien distribuidos para dar calidez, y un mantel azul, que dota de ese aire fresco a este apartamento de playa.

El blanco es el lienzo perfecto para añadir notas de cualquier color. Sí sí, cualquier color. Esa es su gran virtud. Ya sea azul, como en la imagen, rosa o verde. Pero para que esos toques de color resalte más, ¿por qué no también llevar el blanco al suelo? El comedor parecerá más grande, al tiempo que subraya la sensación de calma y paz del blanco. En esta antigua casa de pescadores, sin duda, lo han conseguido.

Clásico, sofisticado y con un toque chic. Y es esa elegancia la que, además, camufla la cocina. La mesa de madera aporta la calidez y el juego de materiales en el suelo zonifica el área del comedor y la destacan del conjunto. Miriam Barrios fue la encargada es esta reforma en el Paseo de Gracia de Barcelona.

Como en este comedor, en el que el blanco de las paredes y los asientos de las sillas resalta sobre el gris de su estructura y la mantelería. Y esa combinación consigue, además, un resultado muy actual en un comedor de marcadas líneas clásicas.

¡Qué mejor manera que darle todo el protagonismo a un bello suelo hidráulico que con un sencillo –y elegante– comedor en blanco! Las sillas de jardín y la mesa de corte clásico teñidos de blanco logran un aire campestre, que se ve potenciado por el florido mural de la pared.

La serenidad del blanco contribuye a llevar la elegancia a este comedor de aires clásicos. Toda la fuerza decorativa se encuentra en la chimenea, flanqueada por dos vitrinas –que permiten tener a mano la vajilla– y coronada con un gran espejo.

Azul y blanco: es un éxito asegurado. El estilo marinero es perfecto para un look fresco, veraniego y capaz de transmitir mucha paz. E, igual que se adapta a decoraciones modernas, también lo hace en las que son más clásicas. Con una lámpara de araña –como la de la foto– el efecto es también muy elegante. Por cierto, en esta ocasión también el blanco funciona como hilo conductor en ese tríplex de Barcelona.

Aunque se empleen diferentes tonos de blanco –desde el blanco roto de la mesa al casi beige de las paredes– es importante añadir toques de color. Unos pequeños jarrones con plantas distribuidos por toda la estancia evitarán que la decoración resulte aburrida. Comprueba todo el resultado de este cambio de look.

Este impoluto comedor blanco se funde con el vergel que hay al otro lado del gran ventanal.  Encima, una gran claraboya lo dota de aún más luz natural. Y no necesita nada más. El resto de este oasis en Marbella es igual de increíble.

Con un blanco tan impoluto, tanto en las paredes como en la carpintería de las puertas; pero también en la mesa, las sillas y hasta las lámparas y el espejo. ¿Cómo añadir un toque de color para dar vitalidad? Mediante la mantelería y la vajilla. En este caso, los diferentes tonos de verde consiguen un aire fresco y más acogedor. ¿Sabes que esta casa es completamente blanca? Un remanso de paz y mucha luz. 

Cuando las dimensiones del comedor no son muy grandes, el blanco puede ser el mejor aliado. En este comedor impecablemente blanco, los cojines en aguamarina y las coloridas flores lo inundan de dinamismo y vitalidad. ¡Acierto seguro!

Para acentuar la luz en zonas en las que no hay comunicación directa con el exterior, las tonalidades de blanco en muebles y paredes son una alternativa ideal. Pero para que no resulte plana, lo suyo es elegir un tono distinto para las paredes, en este caso de un blanco roto, las sillas, que varían un poco a un gris suave, y el beige de la mantelería. Cálido y luminoso.

Es lo que tiene el blanco, que permite tomarse ciertas licencias a la hora de decorar y mezclar distintos estilos sin perder la armonía y la elegancia que confiere este sencillo –pero poderoso– color. Sillas distintas que contrastan con la mesa, la lámpara y hasta la columna de hormigón que separa el comedor de la cocina.

El primero es el responsable de la luminosidad, mientras que la segunda es la encargada de hacer este comedor más cálido. La combinación es exquisita: además de la madera de roble –reciclada de unas antiguas cubas de vino– del suelo, los estantes abiertos completan un conjunto muy armónico en toda la casa. ¿Quieres saber más sobre el estilo scandi? Aquí tienes 10 claves para conseguirlo. 

Blanco, negro y madera. Es sin duda un éxito asegurado. Su combinación consigue un resultado moderno a la vez que sobrio y muy elegante.

En este comedor, las influencias se unen con un resultado muy muy acogedor. Desde el toque industrial del ventanal, los relojes y la carpintería de la puerta, al aire campestre de la lámpara, pasando por el corte moderno de las sillas. La mesa en blanco y negro consigue ese contrapunto y, además, su superficie en negro no resta en luminosidad. 

Aunque es una combinación que hemos visto que triunfa en comedores clásicos, es perfecta también para aplicarla en comedores modernos. En este caso, el gris está presente en las sillas y las cortinas, mientras que las paredes, el techo de bovedillas y la mantelería lucen un blanco puro. La calidez se consigue con el suelo de madera.

Es una de las normas básicas: el blanco sirve para hacer los espacios más amplios y luminosos. Eso lo convierte en el color perfecto también para comedores pequeños. Añade después toques de calidez mediante el color o los materiales, como se ha hecho en el de la foto, en el que la mesa redonda, además de dinamismo, es la responsable de la sensación de calidez. Mira el resto de esta casa. 

En este comedor la madera es la estrella. ¡Pero la de la pared y del techo! Al natural, pintada de blanco y decapada, ilumina la habitación y, además, la amplía.

Una opción luminosa, y con un aspecto casi etéreo. Así es un comedor 100% blanco: desde las paredes, a la mesa y las sillas. La calidez se consigue gracias al aspecto envejecido –aunque sea en blanco– de la mesa y los detalles naturales que crean un nexo con el jardín exterior. Y el resto de esta casa de familiar es igual de acogedora.

Así es como se ha conseguido llenar de calidez este comedor que presume de una mezcla de estilos muy bien equilibrada. Así se aprovecha mucho mejor la luz que entra por las ventanas. ¿Vemos el resto de este ático?

Unos cojines por aquí y una silla de un tono mostaza por allá... Todo esto sobre un comedor en el que predomina el blanco, llevará el color y la alegría a la estancia. ¿Otra opción? Hacerlo mediante cuadros, un colorido jarrón o una alfombra. Aquí tienes un tour por todo el piso.

Con un comedor con todas sus piezas en blancos, nos podemos conceder la licencia de elegir un papel pintado –o un mural– con carácter y presencia. En este salón atemporal de estilo clásico, parece que las paredes tienen vida gracias al delicado estampado floral. 

Si quieres apostar por una combinación que triunfe siempre esa es la del blanco con el beige. Es atemporal, elegante y dota de mucha luz. Aquí tienes el resto de esta casa rústica. 

Este tipo de techos, de bovedillas catalanas, remiten al mediterráneo, al mar. Pintado de blanco, como la pared, lo moderniza sin perder su belleza y carácter. Las lámparas en negro potencia el look industrial y moderno que tiene el resto del piso.

Aunque el blanco puede resultar un color frío, con los complementos adecuados puede transformar un ambiente en otro mucho más cálido. Como en este comedor, en el que la lámpara de fibras naturales se alía con los cuencos y sobreplatos de madera, para conseguir esa calidez. Y el cuadro ofrece el punto cromático idóneo para completarlo.

Si eres fan de las paredes de ladrillo, pero no quieres restarle luminosidad al comedor, combina este material con un mobiliario en blanco. La pared seguirá siendo protagonista y evitarás el efecto sobrio y un poco frío del industrial 100%. El resto de este piso es igual de blanco –y bonito–.

En los comedores blancos, las fibras naturales serán las grandes aliadas para hacer el ambiente más desenfadado, ligero y alegre. Además de la calidez que necesita un blanco tan blanco como el de este encantador comedor. Y el resto de esta casa es igual de idílica. Mira, mira.

Muebles ligeros, pero, al mismo tiempo, cálidos. Esa es la clave de este comedor, cuya mesa decora por sí sola gracias al delicado relieve que luce y con las sillas a juego. ¿A ti te encanta tanto como a nosotras esta casa rústica?

Los tonos pastel tienen un peso especial sobre el color blanco. Le confieren vida, alegría y se aprovecha mejor la luz que entra por la ventana. Las sillas, con el respaldo de fibra vegetal, contrastan y otorgan un aire rústico muy acogedor.