Los mejores antes y después de la decoradora y estilista de El Mueble Olga Gil-Vernet

La decoradora mantuvo la estructura pero el resto lo cambió todo. Desde las carpinterías, que eran negras, y el suelo, hasta el color de las paredes y por descontado el mobiliario, que se planificó a medida para sacar más partido al espacio. "Opté por una base neutra muy natural, que crea una atmósfera relajante y acogedora, y le di color con los textiles y alguna pieza destacada, como el sofá verde, que le da energía y vitalidad al espacio. Además, el verde tiene la ventaja de combinar muy bien con diferentes tonos de este mismo color, como la lámpara del comedor", explica. 

Este baño, sobre todo la zona de la ducha, pedía a gritos un cambio. Y esta transformación se la dio Olga con una reforma integral. 

Lo único que se mantuvo de este baño fue su distribución. El resto se echó a bajo, recuerda Olga. "Elegimos una baldosa tipo ladrillo de look artesanal para revestir el baño, que le da claridad y un punto especial. Y cambiamos el mueble por uno de madera de roble volado que diseñé a medida y que integra dos lavamanos, porque es un baño compartido y resulta más cómodo. El espejo lo diseñamos con un marco de madera a juego con el mueble y lo llevamos de punta a punta para ganar sensación de amplitud".  

"Este salón tenía muchas posibilidades", nos cuenta Olga, pero necesitaba un cambio de distribución y de mobiliario. "Y es que el sofá rinconero partía el espacio y lo hacía poco apetecible, porque la trasera del sofá era lo primero que veías al entrar en el salón". 

Es el mismo salón, pero no se le parece en casi nada. "Aquí el trabajo fue brutal, pero el cambio mereció la pena", explica la decoradora, que destaca cómo cambiando solo el mobiliario y la distribución se pueden lograr transformaciones impresionantes de un mismo espacio. "Cambié el gran sofá por dos en paralelo y un par de butacas y el salón pareció crecer. Además, al ser una casa de veraneo, opté por materiales naturales y frescos y por tonos de verde y azul turquesa". 

Poco se puede decir de este dormitorio, aparte de ser poco apetecible para un buen descanso. El amarillo de las paredes, el cabecero azul y el mobiliario de madera oscura, que empequeñecía el espacio, no le favorecían en nada. 

¡No parece ni el mismo! La decoradora cambió el color de las paredes por este tono natural, y aprovechó todo el espacio bajo la ventana con un mueble a medida que integra la calefacción, un zapatero y armarios con baldas. "Quise darle un toque sofisticado y rústico, a la vez, por eso combiné esas lámparas, de cristal y doradas, con un banco a pie de cama más natural".