30 ideas para aprovechar una cajonera antigua

El papel pintado es otro de los grandes clásicos para transformar los dormitorios donde normalmente viven las cómodas. Y muchas veces, no hay mejor manera de completar un coordinado que pintando para lograr el color justo. Aquí se consiguió el tono rosa intenso del papel, como en algunas de las telas. Y así se le dio un vuelco a esta pieza que era sobria y seria para que encajara en una habitación infantil.

Pintar una cómoda está al alcance de cualquiera, decaparla para darle un aspecto envejecido es solo dar un paso más. Se trata de lijar suavemente hasta que sale la madera bajo la pintura, imitando las rozaduras y el desgaste que le produciría el paso del tiempo. Suele hacerse en los extremos y bordes del sobre, las esquinas de las patas, en las molduras, si las tiene...

En este caso, el hecho de que todos los tiradores fueran de un material parecido y que los cajones también tuvieran diferentes tamaños ha ayudado a que el resultado sea todavía más redondo. Pero en una cómoda convencional podrías combinar diferentes tiradores de cerámica o metálicos.

Así de fácil puede ser convertir una cómoda blanca en una pieza de inspiración gustaviana. Donde habrían unas molduras pintamos un rectángulo gris.

Aunque necesitarás que un carpintero y un fontanero la adapten, es una solución ideal cuando tienes la zona de lavamanos abierta al dormitorio o en ambientes rústicos donde el mobiliario convencional es más chocante. 

Aquí puedes ver el cambiazo que da la misma cómoda. Forrando también el interior de los cajones, le darás un importante acabado de calidad a una pieza que antes era muy sencilla. También es sencillo el paso a paso para hacerlo te lo contamos.

Si te estás planteando transformar una cómoda, pintarla de blanco es ir a tiro fijo, éxito asegurado. Es la mejor manera de integrarla en nuestra decoración. La gracia en este caso está en que se han pintado hasta los tiradores y se ha conseguido una curiosa sensación de modernez con esta pieza clásica y con tanto carácter. 

Otra opción para lograr el efecto envejecido, especialmente cuando queremos que la cómoda sea de color oscuro, es pintar antes (para que quede debajo) con un tono claro. Así, cuando decapemos la cómoda, saldrá ese color en lugar de la madera.También puedes usar esta técnica si vuelves a pintar una cómoda que antes era blanca o beige, por ejemplo.

Si tenemos una cómoda pintada, podemos recuperar su madera original y lograr el efecto inverso: quitar toda la pintura y dejar a la vista pequeñas imperfecciones, restos en juntas y rincones con pintura para que conserve ese aire decadente y envejecido (además hará el proceso de decapado mucho más fácil). Este efecto blanquecino de la madera, también se puede conseguir cuando tenemos una madera virgen, sin pintar ni barnizar. Si usamos una pintura al agua blanca muy muy aguada (con más agua que pintura), conseguimos una sutil veladura.

Dos tonos de beige juegan a dar volumen a esta cómoda y destacar los detalles: los bonitos tiradores y herrajes clásicos, y las formas redondeadas de la pieza. Así se potencian sus aires afrancesados.

Los barnices también nos pueden dar mucho juego: se ha pintado la estructura con una tono de madera mucho más oscura que los cajones. Además se han sustituido los tiradores por unas cintas que le dan el toque de color.

A veces una pieza de diseño más convencional pintada en blanco puede llegar a ser aburrida. Imagínate esta... El gris, en cambio, sigue siendo una opción neutra, que encaja en muchas decoraciones pero que aporta más estilo y protagonismo a la pieza.

Sácale partido. Algo tan sencillo como pintar remates y molduras en blanco sobre azul puede convertir una cómoda en una pieza única y mucho más sofisticada.

Esto sí que es un cambio radical y osado. Ideal para espacios pequeños y con poca luz como recibidores. Puedes usar planchas de espejo adhesivas, no son difíciles de encontrar y colocar. Y  también hay infinitas ideas en vinilo para darle un cambiazo la mar de sencillo y rápido.

Muchas veces el cambio puede ser mayor de lo que te imaginas. Mira como sustituyendo unos tiradores de madera por unos de cristal se consigue sumar muchos puntos de romanticismo a este dormitorio. La gracia es buscar piezas realmente especiales.

Tener muchos cajones y de diferentes tamaños invita a ponerse creativo y mezclar también colores. Con una base blanca, siempre es todo más fácil. En una cómoda clásica podrías intentar hacer una fila de cajones de cada tono, un degradado del mismo color quedaría elegante.

A no ser que tengamos la suerte de tener una pieza que realmente ha envejecido muy bien, conseguir este efecto de forma artificial es mucho más complejo y suele dejarse en manos de profesionales que usan técnicas químicas sobre la pintura o la queman. Lo que no podemos negar es el carácter que imprimen estas piezas: en una decoración rústica conviven a la perfección. Vale la pena planteárselo.

Si tienes una cajonera bajita, siempre puedes aprovechar el espacio de arriba para colocar una barra perchero, será el sitio ideal para prepara la ropa de la semana o ventilar la que ya te has puesto.

Para que funcione solo debe tener una altura que te sea cómoda para cambiar a tu bebé. No te preocupes mucho por el ancho porque suele ser más práctico colocarlo en este sentido y más seguro que usar solo el cambiador de espuma. El accesorio cambiador lo puedes encontrar en tiendas especializadas de bebés y debe fijarse en el mueble. Igual que puedes usar una cómoda como cambiador, si te compras una nueva para su dormitorio, siempre podrás usar todas estas ideas que has visto para transformarla y reutilizarla más adelante. 

Podemos encontrar cómodas algo deteriorada por los años y su uso, piezas que provienen de talleres (como esta cómoda doble) o de casas de campo que demuestran sus años de trabajo bien cumplidos. Si la calidad de la madera es buena, dejemos que nos llenen de carácter un espacio: serán las protagonistas.

Hemos de ser conscientes de su valor: una pieza de 100 años ya se considera una antigüedad. Si tenemos dudas, siempre es mejor consultar con un experto antes de pintarla, lijarla o cambiarle sus tiradores. Te damos pistas para saber si es antigua de verdad.

Pintar con más de un tono una misma pieza nos permite ponerla en valor: destacamos sus virtudes y también añadimos más juegos a la decoración de la estancia. En este caso se usan los mismos colores que se coordinan en la habitación y se destacan el sobre y los pies de la cómoda, que están mucho más trabajados. 

Y deja el cuerpo de la cómoda y los tiradores en tono natural. Si le añades las letras de madera, ya tienes más que decorada y personalizada una simple cajonera.

Imitando las soluciones de las cocinas... Como las paredes estaban llenas de armarios pero sobraba espacio central, se han colocado dos cómodas (pegadas espalda con espalda) ideales para guardar los complementos y tener una superficie de apoyo donde preparar tus combinaciones. Un lujo muy bien pensado.

Es más frecuente de lo que crees colocar una cómoda en el salón junto a la chimenea, en lugar de las típicas librerías. Si te fijas a partir de ahora, lo verás en  algunas casas de la revista. Tiene su sentido, si realmente enciendes el fuego, lo que almacenes estará más protegido de humo y cenizas. En este caso el blanco la integra con el arrimadero.

Aquí tenemos la confirmación de que una misma pieza funciona en muchos sitios a la vez. Si subes para arriba verás que es exactamente el mismo modelo. El recibidor es un buen lugar para recolocar una cómoda. Las piezas estrechas no suelen dificultar el paso y, si tienen patas, son más ligeras y ocupan menos espacio visual.

Ya estamos acostumbrados a ver piezas de estilos muy diferente jugando a destacar en nuestros salones o dormitorios, pero no descartes buscar este mismo efecto en el cuarto baño. Puedes usar una pieza vintage en lugar del típico mueble de almacenaje.

Es una solución parecida a la que hemos visto de la mesita de noche. No funciona siempre, pero si la cómoda no es muy alta, consigues el doble uso: un sitio de apoyo y espacio extra para guardar.