1 /20

1.

No colocar un espejo que dé luz

00534617_O Recibidor con mural y molduras

Y amplíe el espacio, te permita comprobar tu look antes de salir de casa y que decore, por supuesto. Un espejo es un recurso básico en el recibidor. Los redondos ayudarán a suavizar las líneas de la consola, especialmente es de líneas rectas y sencillas, pero con mucha presencia, como en este recibidor decorado por Eva Baena, quien, además, ha colocado un papel pintado con un motivo natural para rebajar la sobriedad del espacio. 

Consola de madera, de Westwing. Espejo, de Maisons du Monde. Lámpara, de Taller de las Indias. Mural de papel pintado, de tres Tintas.

2.

Olvidarse de poner una alfombra

mueble-a-medida-con-banco-recibidor-estrecho-00536090 O

Si os gusta descalzaros cuando llegáis a casa, será necesaria la presencia de una alfombra. No proteger el suelo (y tu pisada) es un error al decorar en el recibidor. Elige una resistente que aguante bien el trote, ya que será la que más se pise con el calzado de la calle. Así que, además de función deco, también es práctica. 

3.

No dejar un hueco para un mueble de herencia

00533352 O

Si tienes una pieza especial que has heredado o encontrado en la casa del pueblo, no la escondas en un rincón de tu casa. Antes, comprueba cómo queda en el recibidor y, si te gusta, plantéate recuperarla. Puedes lijarla y darle una capa de cera transparente para dejar la madera al natural o pintarla con chalk paint. ¡Es superfácil y el resulttado será brutal! 

Consola, de Bellssia. Espejo Tobias, de Maisons du Monde. Cestas. de Carolina Blue i As'n Art, en Matèria. Alfombra, de Carolina Blue. 

4.

No pensar en el orden

00527470

Por mucho que decores tu recibidor con todo el mimo, si no lo mantienes ordenado, el resultado será el contrario al que deseas. Y es un error no pensar en ello. Por eso, si has elegido un mueble ligero, añade unas cestas donde poner los zapatos del día bajo él. También contempla la posibilidad de colocar un portallaves o una bandeja. Y el correo, según entra por la puerta, ábrelo, tira la publicidad y guarda lo importante. Evita que se apile sobre la consola. 

5.

No pensar en colocar un zapatero

recibidor-con-zapateros-blancos-de-ikea-00531692

Será comodísimo tener todo el calzado que más utilizáis en la entrada de casa, especialmente si habéis adoptado la costumbre de quitaros los zapatos de la calle según llegáis. Los hay de poco fondo, como este de IKEA, perfectos para recibidores pequeños y cuya superficie puede servir a modo de pequeña consola. Añade también un banco y podréis hacerlo de manera más cómoda. 

Zapateros, de IKEA. Banco, de Cidón. Murete acristalado realizado a medida según diseño de la decoradora.

6.

No darle una oportunidad al papel pintado

00506950

Aunque creas que puede resultar agobiante, dependerá de muchos factores: el diseño, el color, el tamaño de tu recibidor... Si tienes dudas, haz como la interiorista Natalia Zubizarreta y colócalo a media altura con un friso blanco con molduras. Los de texturas, muy en tendencia, son perfectos para subir la temperatura y dar calidez. 

Aparador, de Bloomingville. Espejo, de Catalina House

7.

Saturar el perchero

Recibidor con espejo, cómoda en madera y flores sin olvidar el perchero - 501576

Deberíais colgar en él tan solo los abrigos que estéis usando en el día. Sobrecargar el perchero es uno de los errores más habituales que cometemos en el recibidor, convirtiéndolo casi casi en un almacén. 

Perchero, de Cottage Little House. Consola, de Sacum. Espejo, de Catalina House. Cesto, de Matèria

8.

No darle un toque fresco al recibidor

00515078 recibidor con consola y espejo vertical

Ya sea con plantas, si recibe algo de luz natural, como con unas bellas flores cortadas en un jarrón. No dejes la superficie de la consola sin un solo adorno, hazlo decorativo y acogedor con una cuidada selección de elementos: una lámpara, un jarrón y una bandeja. O bien un jarrón, una caja y un cuadro apoyado. ¡Quedará perfecto para darte la bienvenida todos los días!

9.

No pensar en el recibidor como una estancia más de tu casa

00528579 Recibidor en gris con armario integrado

Es un error al decorar el recibidor no verlo como el inicio de un viaje decorativo. Y para que se note, lo ideal es que respire el mismo estilo que el resto de tu casa, con las mismas carpinterías, suelos continuos y materiales similares que potencien esa continuidad y unidad. 

Armarios empotrados pintados en color gris, diseño de la decoradora. Consola, de Merc & Cía. Alfombra, cestos, cuadros y bandeja, de Sacum.

10.

No pensar que puede caber un banco

00514862 O

Hasta el recibidor más pequeño se puede permitir la presencia de un banco que haga de soporte al zapatero. Los hay con poco fondo y estilo ligero, como el que decora este recibidor, que serán suficiente apoyo para calzarse y descalzarse con comodidad al llegar a casa o como apoyo de los abrigos cuando tengas invitados. 

11.

No tener sitio para guardar

De nada sirve un recibidor amplio y despejado si te obliga a dejar tirados el bolso o la chaqueta. Analiza tus necesidades y diseña un equipamiento que responda a ellas.

12.

Poner las lámparas o luces equivocadas

Aunque las lámparas suspendidas suelen ser las más habituales, en el recibidor no son la mejor opción: pueden llegar a saturar el ambiente si los techos no son muy altos e incluso verse como un obstáculo. Lo mismo sucede con las lámparas de pie: aunque las hay que se orientan al techo y ofrecen una buena luz de ambiente, llegan a entorpecer el paso si no sobran los metros. Los focos orientables –empotrados o en raíles– y los apliques murales son las mejores opciones para la iluminación general del recibidor. 

13.

Un espejo ¡mal puesto!

De nada sirve colocar un espejo orientado hacia una pared vacía y sin gracia. Debe situarse de forma que refleje una habitación anexa, una ventana o incluso una lámpara situada delante. Y, si además quieres que haga 'efecto lifting', elige un modelo alto y sitúalo detrás de un mueble que tenga el mismo ancho, como un velador o una consola: realzarán el mueble y crearán sensación de profundidad.

14.

Pensar que en tu recibidor no cabe nada

Vuelve a mirar. Hasta el pasillo más estrecho puede albergar una balda volada de poca profundidad, como las que se usan para colocar cuadros, y unos colgadores. Suficiente para decorar y ordenar.

15.

Creer que un recibidor vacío es la solución de orden

Por elegante que se vea una consola completamente despejada –al menos durante los primeros cinco minutos– piensa que las las superficies vacías llaman inevitablemente al desorden provocado por la acumulación de objetos que no tienen un lugar fijo. Evítalo con accesorios como una bandeja para las llaves, unos clasificadores para el correo, cestas para prendas pequeñas, etc.

16.

Pensar que tienes un recibidor más grande del que verdad tienes

No quieras aprovechar demasiado los metros a costa de magulladuras y golpes. Elige muebles que dejen una zona de paso libre de al menos 90 cm, para poder movernos con comodidad.

17.

Pintarlo de un tono intenso para hacerlo original...

Y te has pasado. El resultado no es el esperado: aún parece más pequeño y el color elegido lo hace más evidente. Afortunadamente, la solución es sencilla: volver a pintarlo. Aunque lo hubiera sido aún más si hubieras tenido en cuenta que pintar una zona de transición como es el recibidor en el mismo color de las habitaciones contiguas le da una mayor sensación de amplitud, al integrarlo con estas de forma fluida, sin separaciones visuales, lo que hace que se difuminen los límites entre los diferentes espacios.

18.

Desaprovechar las alturas

En serio: rentabiliza las paredes lo más que puedas. Combina colgadores con estantes en las zonas más altas e incluso en la parte baja de la pared, para colocar cestos o cajas. Hay muchas alternativas a los muebles convencionales. Barras, rieles o paneles en los que fijar todo tipo de elementos son una excelente opción: pueden incluir percheros, estantes, contenedores para elementos pequeños, sobres, paragüeros, zapateros, espejo... ¡Hay muchas opciones!

19.

Renunciar a decorarlo porque es muy pequeño

Hay recibidores que, en realidad, son poco más que pasillos y que hacen imposible colocar cualquier tipo de mueble convencional, a riesgo de jugarse el físico –o, al menos, las espinillas y los codos–. Tampoco aquí hay excusa para tirar la toalla: los elementos volados son la respuesta, ya que son ligeros y poco invasivos. Sobre todo, piezas de poca profundidad (de 20 a 30 cm como máximo) y que se fundan con la pared, para que se vean lo más disimuladas posible. Incluso unos sencillos estantes colocados con gracia pueden cumplir con esa función con solo completarlos con cestas y cajas.

20.

Creer que todos los blancos son iguales

Puede que sea el color de la luz por excelencia, porque es el que mejor la refleja –ahí radica su poder para crear ambientes luminosos y amplios– aunque no hay que olvidar que el blanco puro puede verse frío y sin vida en zonas iluminadas únicamente con luz artificial. Si es tu caso, sustitúyelo por tonalidades de blanco roto, beiges o las más claras del gris –el nuevo blanco–.

Y ya que estamos en el buen camino, toma nota de estas ideas geniales para recibidores reales para que la claves en la decoración del tuyo. ¡No harás más que entrar y salir para verlo!

Si quieres estar al día de todo lo que publicamos en www.elmueble.com, suscríbete a nuestra newsletter.