Exterior en medio del bosque La solidez de esta casa salta a la vista. No hay más que contemplar sus muros para confiar en su resistencia al paso de los tiempos. Cuando dio con ella su actual propietaria se encontraba un tanto deteriorada, y el tejado, los techos y los suelos hechos unos zorros. Mesa de Jardín d'Ulysse España y sillas de Hanbel. Manteles, de Zara Home. Una reforma hecha con mimo Lo bueno buenísimo es que todo se hizo con muchísimo mimo y cuidado y el resultado ha sido magnífico. Y al mismo tiempo encantador, amable y discreto, porque en ningún momento se ha intentado deslumbrar, sino hacer de esta construcción de piedra una casa elegante y cálida, donde vivir con toda comodidad y muy a gusto. La responsable de esta transformación es la decoradora Mónica Garrido. Chimenea, de Chimeneas Pío, en Segura e Hijos. Sofás, con tela de Pepe Peñalver, en el estudio de Mónica Garrido. Butacas y escabel, de Hanbel, en el estudio de Mónica Garrido. Librería, mesa de centro y mesa auxiliar, de Becara. Alfombra de lana, de IKEA. Rústico y con mezcla de estilos Los dueños de esta casa decidieron reconstruir los techos de madera y vigas, todos de castaño gallego macizo, una solución de toda la vida que garantiza el aislamiento y la calidez. Al mismo tiempo, se han mantenido los huecos originales de las ventanas y las puertas y en el diseño de la cocina, una recreación renovada de una cocina de las de antes. ¡Nos encanta! Mesitas, librería y lámparas, de Becara. Butacas y banqueta, de Hanbel. Inspiración francesa Si esta casa es una pieza rústica, la decoración es actualísima. Y digo actualísima no solo porque estén presentes piezas modernas como la chimenea de casete, muy operativa y limpísima, sino porque apuesta por el eclecticismo delicado y hermoso, un estilo que rinde homenaje al buen gusto y que se atreve a mezclar muebles rústicos (como la mesa de centro del salón) con una pareja de butacas afrancesadas. Hacia el jardín El recibidor también se respira en el estilo rústico con aires modernos. La propietaria de esta casa se siente feliz y muy a gusto en esta casa que ha ido personalizando con cariño. En el recibidor de piedra, ha situado un sofá, también de aire francés, sobre una alfombra de yute. Un elemento clásico y otro más moderno que encajan perfectamente. Banco, de Hanbel. Alfombra, de IKEA. Manteniendo la tradición Y lo más evidente: tradición en los muros de piedra, que se conservaron tal cual, se limpiaron y se retocaron allí donde hacía falta, unos muros que transmiten confianza eterna y aseguran protección ante cualquier exceso climatológico. Los tejados y suelos de la casa estaban muy deteriorados, pero la propietaria puso paciencia y empeño en que la casa volviera a relucir. Todo está pensado y reformado con muchísimo mimo y cuidado, y el resultado ha sido magnífico. Mesa, alacena, consola y lámpara, de Becara. Sillas, de Hanbel. Lámparas de techo, de Jardin D'Ulyse, en el Estudio de Mónica Garrido. Entre piedras Entre tanta piedra, la casa respira amabilidad y discreción, porque en ningún momento se ha intentado deslumbrar, sino hacer de esta construcción de piedra una casa cautivadora y cálida. Vivir feliz y cómoda En esta casa también se emplearon materiales modernos de forma eficaz. El mejor ejemplo sin duda es la elección del suelo del salón-comedor, de la cocina (espacios abiertos entre sí) y del baño. Se trata de microcemento, un material muy resistente, fácil de limpiar al no tener juntas y, por su acabado pulido, un buen reflectante de la luz. Sillas, de Hanbel. Moderna pero antigua En todo momento se intentó conservar los elementos tradicionales. Un ejemplo: las hermosas vigas que cruzan toda la casa, también lo hacen en la cocina. Y es que entre maderas anda el juego. La de las vigas es de castaño. Y la de la pequeña isla, de abeto. Mobiliario realizado por Carlos Fernández Coya. Zona de cocción, en José María Arias Neira. Suelo con Microfloor. Encimera, de mármol Macael. Mesa tipo barra, de IKEA. Cocina exterior Una de las mejores cosas de esta cocina es su apertura al exterior. ¡Un lujo poder cocinar con la brisa de la primavera! Un dormitorio muy romántico Uno de los 'caprichos' de la dueña era una cama con dosel, que ha colocado en el dormitorio principal. Además, al ser de forja y con los visillos ha conseguido darle al dormitorio un giro romántico y que se lleve todo el protagonismo de la estancia. Es por esto que se ha optado por no llenar con más elementos el dormitorio. Solo una estilizada mesita de noche acompaña a la cama. Cama con dosel, mesita de noche tipo velador y lámparas de sobremesa, en Becara. Cortinas, de Jardin D'Ulysse. Alfombra de lana, de IKEA. Entramos al dormitorio de invitados Plácido y rústico, las cortinas en el interior del armario le aportan un toque romántico. Lámpara, de Becara. Butaca, de Hanbel. Dulces sueños Los colores pastel son femeninos y plácidos. Junto con los cojines, aportan un aire íntimo para disfrutar de un gran desayuno en la cama. Cabecero, cómoda, lámpara de techo y butaca, de Becara. Alfombra y manta, de Laura Ashley. Banqueta, de Jardín D'Ulysse. Armarios en blanco Tanto los armarios empotrados como la estantería decorativa se eligieron en blanco para restarles peso visual y ceder el protagonismo a la estructura de la casa, de piedra y madera. Baño, zona de relax Una bañera exenta protagoniza la el baño. La luz que recibe del exterior a través de una pequeña ventana hace de la hora del baño, una delicia. Y, lo más arriesgado -pero de resultado realmente brillante-, es la lámpara de cristal con reminiscencias clásicas que cuelga del techo de vigas del baño, justo sobre la bañera exenta. ¡Todo un clásico reinventado! Si quieres estar al día de todo lo que publicamos en www.elmueble.com, suscríbete a nuestra newsletter .