Ubicada en Cataluña, la encantadora comarca del Baix Empordà es conocida como la "Toscana catalana". Alejada de las playas de la Costa Brava, esta región esconde un conjunto de casas y pueblitos pintorescos que podrían rivalizar con los de la famosa región italiana, porque no les falta encanto y belleza. Te encontrarás casas protegidas por antiguas murallas, torres y fortalezas que se esconden entre los verdes viñedos.

Una de ellas es esta masía del siglo XVII recuperada y que ahora disfruta de todas las comodidades del siglo XXI. La casa en la que entramos hoy captura la esencia de un pasado lleno de historia y tradiciones. Cada rincón recuerda su historia, pero se ha actualizado porque necesitaba urgentemente una puesta al día y mucha más luz. ¿Quieres ver cómo lo consiguieron? ¡Entremos!

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1.

Bienvenidos al paraíso

Jardín con piscina y porche.

Sofá y butacas, de Gunni & Trentino. Mesa, de Última Parada. Sillas, de Flamant.

El Mueble

¡Qué maravilla! Esta casa está pensada para disfrutarla. Una piscina, como una alberca, da la bienvenida y da paso a un salón al sol y a un porche donde comer al fresco. Después de ver cada rincón, está claro, Lizarriturry Tuneu Arquitectura saldaron con éxito el reto de "iluminar" esta masía del siglo XVII sin perder su esencia. Construcciones Linares, de La Bisbal, en el Empordà catalán, se encargaron de la ejecución del proyecto. Y luego llegó la parte del trabajo más detallista: decorarla con mimo.

2.

Una restauración respetuosa

Jardín con piscina de una masía recuperada.

Son ventanas de Minimal Profile, realizadas por Parals Serrallers. Sobre los sofás, cojines de Alfombras Étnicas. Mesa redonda, de Pent House. 

El Mueble

La fachada tiene siglos de historia y se conservó abriendo nuevas ventanas de perfiles finísimos para dar luz a unos interiores muy, muy oscuros. Se nota el mimo con el que Daniel lo ha escogido todo. Y esto, claro, tiene su recompensa: ahora, los nuevos propietarios disfrutan una casa como siempre soñaron: abierta, alegre, ¡y súper luminosa! La familia propietaria también participó en la restauración y decoración de la casa aportando piezas antiguas, pero bonitas y con mucha historia. Aquí, el color del mobiliario se mimetiza con el exterior y los textiles le dan calidez. 

3.

Momentos de calma

Porche rústico con comedor exterior, zona chill out y piscina.

Porche rústico con comedor exterior, zona chill out y piscina.

El Mueble

El porche se rehabilitó por completo y se pintó el envigado. Y todo el mobiliario y los detalles artesanos se escogieron respetando el entorno. Piedra, fibras, madera en bruto, barro... Todo está escogido para formar parte de un paisaje natural y sereno, como las grandes macetas de barro que "protegen" la piscina y la decoran. Asimismo, un frondoso bosque rodea esta masía tiñendo todo de verde, incluso el agua de la piscina. 

4.

Piezas con carácter

Comedor exterior con muebles de fibras y mesa de comedor de madera.

Comedor exterior con lámpara del artesano Pere Batlle, de La Bisbal. 

El Mueble

Todo el mobiliario de exterior lo trajeron los nuevos propietarios de la casa, con un gusto exquisito. A juego con las butacas de fibra que rodean la magnífica mesa, se colgó una lámpara artesana. ¡Calidez y estilo!

5.

Rincones deliciosos

Jardín con mesa y sillas.

Mesa de Última Parada. Sillas, de Flamant. Cajas de madera y cestas, de Tavole. Cojines y textiles, de Calma House.

El Mueble

La decoración también está presente en pleno jardín, con piezas que crean espacios únicos y románticos. Porque el color da la vida. El verde y los tonos rojizos del exterior se filtran por las ventanas y colorean los espacios blancos del interior. Uno de los más espectaculares lo encontrarás en el comedor: un cuadro del artista Charly Dubois Escorsell. 

6.

¡Menudo cambiazo!

Salón con sofá gris, chimenea, molduras.

Sofá Ghost, de Gervasoni y cojines, de Calma House y Filocolore. 

El Mueble

Donde ves este sofá, había un comedor de madera oscura y anticuado, y la chimenea era granate y la presidía un escudo de armas. "Necesitaba una puesta al día y mucha más luz", cuenta Daniel Lizarriturry, quien se encargó de la decoración. 

7.

La magia del color

Salón abierto al comedor a través de unas puertas elegantes con molduras.

Salón abierto al comedor a través de unas puertas elegantes con molduras.

El Mueble

 "Cambiamos el verde y el rojo oscuro de las paredes por un blanco roto", explica Daniel. Y con el blanco a la cal, en paredes y techos, todos los espacios han ganado más amplitud de la que tenían. La estructura se restauró mimando las bóvedas del techo y los viejos envigados, propias de las casas centenarias.

8.

Historia y clase

Comedor con alfombras rojas y mesa de madera.

Alfombra, de BSB. Mesa, de Antic Daviu. Sillas Carl Hansen. Lámpara, de Antic Corçà. Cuadro, de Charly Dubois Escorsell.

El Mueble

Como el paso del salón al comedor era muy ancho, se pudo revestir con una antigua boiserie pintada de blanco, con la que el espacio ganó elegancia y estilo. Daniel Lizarritury consiguió auténticos escenarios para piezas tan especiales como el cuadro del artista Charly Dubois Escorsell que llena de color el comedor, las sillas icónicas Charles Hansen que rodean la mesa, los muebles de herencia que salpican las estancias aquí y allí o las alfombras de fibras del artesano Pere Batlle que aportan frescura y calidez a la par a todos los espacios de la casa.

9.

Una cocina de autor con hornacinas que aligeran

Cocina de estilo rústico con muebles de madera y vigas.

Mesa Berger, de herencia. Mantel, de Catalina House. Cocina, de Smeg, y lámpara, de Antic Corçà.

El Mueble

¿Por qué decimos que es una cocina de autor? Porque está proyectada con muebles de obra y decorada con piezas maravillosas como la mesa, que es de herencia. Realizada en madera y microcemento, resulta ligera y acogedora. ¡Y tiene de todo! Por ejemplo, no le falta una zona de desayunos y un frigorífico panelado para no romper la estética cálida y actual del espacio. "Hemos evitado los muebles altos", indica el interiorista. "En su lugar, hemos abierto huecos en las paredes para tener a mano lo que más se usa", añade. Fusteria Cuella realizó el mobiliario de madera de roble diseñada por Lizarriturry Tuneu. 

10.

Claraboyas y ventanas

Pasillo con claraboya en el techo y suelos recuperados de baldosas.

Pasillo con claraboya en el techo y suelos recuperados de baldosas.

El Mueble

Lo que le dio el cambio definitivo a esta casa fueron las claraboyas y las nuevas ventanas que se abrieron para dejar pasar la luz al máximo. Cuentan con un perfil tan mínimo –son ventanas de Minimal Profile, realizadas por Parals Serrallers–, que parece que solo veas cristal.

11.

¡Qué airoso y qué cálido!

Dormitorio principal con vestidor, alfombras de fibras y cama muy vestida.

Cama, de Gervasoni, como la butaca. Mesita, de Flamant. Manta beige, de Zara Home.

El Mueble

Así es el dormitorio principal de esta casa: no hay piezas de más y todas respiran calidez: los textiles, las puertas decapadas, la alfombra de fibra... Lanas y algodones en colores blanco y arena abrigan e iluminan el dormitorio, y ayudan a que el espacio se perciba, como el resto de la casa, acogedor, alegre y muy, muy luminoso.

12.

Tres espacios en una única estancia

Dormitorio con vestidor y baño al fondo.

Cojines, bandeja y manta mostaza son de Calma House. Escritorio de Flamant (modelo desk Boves ii 1120 E). Las piezas son de Rajoleria Llensa. 

El Mueble

Que la casa estuviera menos recargada era otro de los objetivos de la reforma. Lo consiguieron pintando paredes en blanco roto, como en el dormitorio principal, y decorando los espacios sin abigarrarlos de detalles y con muebles claros. En lo posible, se han evitado las puertas para conseguir espacios más comunicados, gracias a arcos y cortinas en vez de puertas como entre el dormitorio y vestidor. Por otro lado, el pavimento es toba tradicional. Se tuvo que restaurar en muchas áreas porque estaba muy deteriorado, pero se logró. 

13.

Rompiendo normas en una masía centenaria

Dormitorio con vestidor y baño al fondo.

Dormitorio con vestidor y baño al fondo.

El Mueble

No hay puertas entre la zona de descanso, el vestidor y el baño. ¿Y la intimidad? Daniel nos explica cómo la preservan: "Instalamos una fina barra en el techo, frente al baño, y de ella colgamos una cortina, que queda separada del paso para que puedas entrar por los lados, a modo de bambalina teatral". ¡Ideal!