¿Te atreves con una casa con color? Puede ser atrevido, o elegante. Impactar y a la vez, inspira... Por eso la idea en esta casa era entrar en el salón y que fuera como hacerlo en un bosque mediterráneo. Pero la reforma fue más allá del color. Descubre esta casa reformada por Meritxell Ribé que tanto nos gusta:

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Una reforma integral y colorista

La firma Meritxell Ribé. Su objetivo: una casa más cómoda y acogedora para una familia de cinco miembros (la pareja, dos hijos y un perro). Sofás de herencia. Mesas de centro de Meritxell Ribé-The Room Studio. Bandeja, de Home Design y alfombra, de Nani Marquina.

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Dos salones en uno

“Queríamos que el espacio se entendiera como uno y a la vez se diferenciaran distintos usos. Lo conseguimos jugando con dos tonalidades de verde. Por un lado, el rincón de la chimenea y lectura (con un verde musgo), y por otro, la zona de estar (con un verde más agua)”, explica Meritxell. 

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Madera y blanco, la combinación perfecta

La madera no falta en los proyectos de Meritxell. Sobre todo con acabado natural. Tiene fuerza y personalidad. Esta cajonera es de Meritxell Ribé; los cuadros son de Matèria y Little House, y la lámpara es de Ay Illuminate. 

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Una chimenea nostálgica

Ya existía pero Meritxell le añadió el frente de mármol, muy resistente, elegante y con personalidad. Además, a los propietarios les gustaba la nostalgia que desprenden este tipo de chimeneas. Sillón, de Crearte, y mecedora, de Fredericcia. Alfombra, de Francisco Cumellas. Cuadro, de Sol Fàbrega.

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Ojo a las molduras

 “Solo las zonas nobles –el recibidor y el salón con sus dos ambientes– tienen molduras y cornisas. Nos permiten iluminar con matices las salas principales y crear así espacios más teatrales”, cuenta Ribé. Cortinas, mesa auxiliar y lámpara, de Meritxell Ribé-The Room Studio. Cesto, de Home Design.

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Verde y piedra

El verde se combina con colores neutros con base piedra para dar luz y que los espacios respiren y den protagonismo a los materiales, los muebles y los complementos. Cojines blancos, en Azul Tierra. Verdes y mostaza, de Matèria y Filocolore. Plaid, de Matèria. El cesto es de Home Design International.

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La cocina con isla es muy cómoda

Los propietarios necesitaban una cocina muy funcional porque les gusta mucho cocinar y pasan mucho tiempo juntos en ella. Por ello la querían amplia, conectada con el comedor y con salida al jardín. Y Meritxell consiguió que fuera tal como habían deseado. Taburetes, también de Ribé.

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La pintura, de nuevo, la clave

Además, es acogedora y luminosa gracias al crema de los armarios combinado con el mármol blanco apomazado de las encimeras. Proyecto de Meine Küchen y Meritxell Ribé - The Room Studio. Muebles, de Leicht. Lámparas de Gubi.

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Los estantes aprovechan el hueco de la pared

En cocinas amplias, las baldas dan respiros porque evitan llenar la pared de armarios altos, a los que siempre se dirige la vista al entrar. De esta forma se aligera el espacio. Si además, las usas para colocar complementos de fibras o maderas claras, el efecto "airoso" se multiplica.

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Prácticos y decorativos

Nada está elegido al azar aquí. Los tarros para los bastones y la pasta, por ejemplo, al ser de cristal dejan ver exactamente qué pasta contienen y a la vez, a pesar de ser grandes, ocupan muy poco a la vista y quedan más que bien en las baldas abiertas.

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Una lluvia de flores

El estudio de Meritxell Ribé decidió jugar de nuevo con el color para crear un pavimento floral. Lo hizo con piezas hexagonales hidráulicas de dos tonos distintos. De nuevo, el gris y el piedra. El resultado es realmente espectacular y cubre de la cocina al comedor. 

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Del verde al azul

Ya en el comedor, el color de la casa vira hacia mar adentro y las paredes se tiñen de un tono más azulado, sobre el que destacan la madera natural de las alacenas y la mesa, y las lámparas blancas (de fibra de vidrio). Y este gris-azulado queda genial con el más suave del suelo y el piedra.

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Mezclas que funcionan

Meritxell huye del "todo a juego". Sin embargo, sus casas son armónicas y serenas. Y no aburren. Fíjate aquí: el suelo, de flores y las sillas, a rayas. La mezcla funciona y queda muy chic. Mesa, de Meritxell Ribé-The Room Studio. Sillas, de Crearte. Vitrinas, de El Taller de las Indias. Lámparas, de Karman.

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De suelos a techos

En el distribuidor "dejamos una alfombra de mosaico hidráulico que era de la casa como un guiño al pasado y realizamos un foseado con un led en el techo, proporcionando a este espacio de entrada/salida principal de la vivienda una luz indirecta y cálida", recuerda la interiorista.

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¡Otra vez color!

“El dormitorio tiene la misma gama de verdes que el salón, pero, en el cabecero pusimos papel vinílico de un tono más fuerte y con trama”, cuenta Meritxell. El papel es el modelo Impromtu, de Symphony. Los cuadros son de Cado. Apliques, de Vibia y banco, de Taller de las Indias.

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Un cabecero ultradecorativo

Y muy acogedor. Es una pieza de madera con un grosor que permite apoyar detalles para decorar la pared y lo que necesites tener cerca ya que se han evitado las mesitas para conseguir un mayor espacio de paso y más ligereza en el ambiente.

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La madera, la otra protagonista

En el dormitorio, además del color, la madera es la reina. Reviste el suelo y crea un cabecero profundo que permite apoyar detalles. ¡Qué cálido! Jarrones, de La Maison. Cabecero, de Meritxell Ribé-The Room Studio. Fundas, de Filocolore. Cojín de punto y manta, de La Maison.