Cambia paredes por cristal: los cerramientos que más nos gustan de las cocinas de El Mueble

Este tipo de paredes de cristal o cerramientos acristalados se realiza a medida en madera lacada o natural o en metal, también lacado. Se pueden crear los diseños que imagines, jugando con la disposición de los barrotillos y creando cuarterones más tradicionales, industriales o contemporáneos. También se puede lacar el tirador de la puerta en el mismo tono que la perfilería del cerramiento. En esta casa de los arquitectos Ana Blanco y Fran Mengíbar se optó por madera lacada.

A la hora de diseñar un cerramiento de cristal en la cocina no solo hay que pensar en soluciones de suelo a techo en las que los acristalamientos se convierten en paredes, sino que es posible ganar luminosidad con un vano o porción de pared acristalada. Es el caso de este proyecto en el que se abre una ventana con cuarterones, coincidiendo con la ubicación de la barra en la cocina. Así, los espacios estrechos ganan en amplitud.

La mínima expresión. Así es este cerramiento con fijo y puerta corredera: no solo ligero por el uso del cristal sino por incluir unos perfiles extra finos que confieren aún más ligereza al conjunto. Es perfecto el diseño para ambientes minimalistas. Si te gusta la idea que propone Begoña Susaeta en esta cocina, deberás escoger el material metálico, ya que con madera no es posible afinar tanto.

Otro ejemplo a destacar es el de esta casa: ella quería una cocina abierta, él todo lo contrario. ¿La solución? Separar la cocina del salón con unas puertas correderas de hierro y cristal que la aíslan sin interferir el paso de la luz. Las puertas se ocultan en los tabiques y corren por unas guías integradas. Los nuevos cerramientos respetaron la estética de los originales. Como orientación, estas puertas tienen un precio aproximado de 3.900 € y las guías cuestan 1.630 €.

La mejor idea para delimitar visual y espacialmente la cocina sin perder integración es sustituir todo un tabique de lado a lado por un acristalamiento, como en este proyecto donde los fijos de los laterales se completan con varios paneles correderos que cubren todo el espacio. La guía queda en la parte superior y "cae" desde el techo unos centímetros.

La ventaja de lacar el cerramiento que separa la cocina del salón es que puedes escoger el tono exacto que quieres y aproximarlo al de la pared, de manera que se integre a la perfección. Si prefieres el contraste, juega con los tonos más intensos en el caso de que la pintura de la pared sea clara. Aquí, en un tono blanco roto, tanto el fijo como la puerta del cerramiento cuenta con una parte ciega en la zona inferior.

Crear una caja o cubo de cristal. Esa es la solución por la que se apostó en esta cocina de reducidas dimensiones. Sin paredes, solo con cerramiento acristalado. Si además de la puerta, quieres abrir algún vano de comunicación a modo de pasaplatos, crear una ventana en una pared de apertura abatible o en acordeón.

En este caso el tabique se ha sustituido por cristal para que la luz se repartiera entre la zona común y la cocina, pasando por el recibidor que suele ser un espacio más oscuro. Para no restar metros y que la puerta no entorpeciera el paso, se ha optado por un cerramiento con panel corredero.

Es la cocina de los arquitectos Fran Mengíbar y Ana Blanco (puedes ver su casa completa aquí). Para que la cocina quedara abierta a la perspectiva y la luz, pero cerrada a humos y olores, idearon una estructura de ventanas de guillotina que pueden cerrar. La cocina tiene, además, puertas correderas y una barra de desayunos. El precio aproximado de un proyecto de estas características es de 2.800 €.

En lugar de mirar hacia una pared y ante la ausencia de una ventana, es posible disfrutar de un desayuno o comida más abiertos si la mesa o barra se orienta hacia el cerramiento de cristal. En esta casa, el office se abre al resto de la casa gracias al tabique de cristal que separa la cocina. Un office simple y efectivo que ocupa muy poco.

Para dotar de máxima luz natural y funcionalidad a esta cocina, la parte superior del tabique es de cristal. La parte inferior se aprovecha para almacenamiento, por el lado de la cocina, y sirve como respaldo y zona de apoyo para el banco del comedor -por la cara contraria-.

Detrás de un cerramiento de cristal queda delimitado el espacio que ocupan cocina y comedor en esta casa. Un fijo acristalado de suelo a techo y dos hojas correderas de idéntico diseño que dejan un vano abierto de paso de generosas dimensiones. Con perfil metálico en negro, las guías quedan ocultas en el techo para que la continuidad sea mayor.

Este otro ejemplo de pared de cristal es de los que más nos gustan de entre nuestra selección. ¿Por qué? Porque es perfecto tanto para cocinas pequeñas como para espacios amplios. La altura de la puerta de paso es convencional, pero el espacio que queda sobre esta y hasta el techo también se cubre con un acristalamiento. Aunque más atrevido, el perfil lacado en negro siempre contrasta y añade actualidad.

Una pared de cristal entre cocina y salón siempre hará que la cocina quede integrada en la zona social. La decisión de poner una puerta o dejar solo uno o dos tabiques fijos acristalados y un vano de acceso dependerá de si quieres tener la posibilidad de comunicar o independizar los ambientes según su uso. Con puerta si acostumbras a ver una película mientras alguien cocina para evitar molestos ruidos.

“La cocina era muy blanca, por eso elegí unos perfiles de hierro negro para las puertas, para que contrastaran con la decoración”, así cuenta la decoradora Aurora Monasterio el diseño de las puertas de la cocina de su casa. “En lugar de una puertas de cuarterones clásicas elegí unas puertas con la parte central limpia para ganar verticalidad”, añade. La pared de cristal se compone de dos hojas abatibles sobre dos fijas. Cuando se abren quedan recogidas a los lados, dejando un paso libre de unos 120 cm. Este tipo de solución en hierro barnizado en su color cuesta unos 1.500 €.

Los cerramientos de cristal pueden quedar apoyados sobre un murete a media altura de manera que se aprovecha la zona inferior para colocar muebles de cocina o crear muebles a medida. El armario situado en la parte baja de este tabique acristalado de hierro mide unos 150 x 30 x 60 cm y está lacado en negro, para mimetizarse con la estructura superior. Es una buena idea -obra del interiorista Pepe Llaudet- para separar el office y ganar espacio de almacén.

Un gran vano fijo de cristal con perfil oscuro y un panel corredera del mismo diseño que permite independizar cuando es necesario la cocina del comedor. Nos gusta este proyecto por su ligereza y modernidad. El cerramiento de cristal está, aporta modernidad, pero sin destacar especialmente. Llevar los vanos acristalados hasta el techo potencia la sensación de continuidad y hace que los espacios se sientan más amplios.

Con una integración total en el espacio. Las paredes de esta cocina se sustituyen por tabiques de cristal con perfil y barrotillo en negro, que crea cuarterones horizontales más estrechos en la parte inferior y superior. No se cierra el espacio con ninguna puerta sino que el paso queda abierto a través del vano.