A todos nos gusta tener una planta aromática en casa, para que de un olor natural a todas las estancias. La naturaleza nos blinda una gran serie de especies para conseguir nuestro deseo, pero al final, siempre acabamos recurriendo a las mismas porque sabemos que dan efecto, como es el caso de la lavanda.
Julio es el mes dorado de la lavanda. Durante este momento del verano, el crecimiento de la planta se ve claramente potenciado, ya que diferentes factores climatológicos, como la temperatura o la exposición solar, son los más idóneos para su desarrollo. De hecho, ahora podemos echarle un vistazo a nuestros ejemplares y ver como han alcanzado su máximo esplendor.
No obstante, cuando lleguen las temperaturas frías, su aspecto cambiará y la floración se verá mermada. Para que se prolongue, y pueda haber un segundo crecimiento de sus flores, debes seguir un truco infalible para que su estado sea bien bonito y firme durante todo el año.
El truco para que la lavanda florezca más de una vez
El truco para que la lavanda crezca en más de una ocasión es saber cortar los manojos grisáceos y podar las flores que se están secando. Si se coge a tiempo, la floración no será únicamente en los primeros meses de verano, sino que se prolongará hasta las últimas semanas de mayor calor.
Piensa que las flores de la lavanda son muy altas, ya que pueden alcanzar hasta los 50 centímetros. Junto a ellas, también crecen hierbas y brotes, que no benefician a la planta. En un principio, se puede ver mucho más voluminosa y consistente, pero a la larga, acabarán por secar gran parte de sus ramificaciones y estropear el aspecto de la lavanda.
El procedimiento que se debe seguir es muy simple. Coge unas tijeras y empieza por quitar estos matojos. Una recomendación es hacerlo en la parte donde surgen más ramas, ya que así se corta de raíz. No le temas a la poda, elimina todas aquellas malas hierbas y flores que ya no pueden crecer más o están en peligro de secar a toda la planta.
De esta manera, se evita la pérdida de saludabilidad de la lavanda. Sin embargo, lo más importante es que da la opción de que vuelva a florecer antes de que se acabe el verano y, así, garantizar su mejor aspecto durante los meses más fríos. Lo puedes hacer a mediados o finales de agosto, cuando aún quedan semanas de calor y la flor tiene la opción de volver a crecer.
Otros trucos para cuidar a la lavanda
Cortar a tiempo los manojos perjudiciales para evitar la sequedad de toda la lavanda es el truco más certero. Sin embargo, algunos expertos, como el creador de contenido @HuertoAdictos, nos dice otras claves de cómo se debe cuidar esta planta.
- Andar con cautela con la luz solar: tal como nos dice el experto, la lavanda necesita mucho sol, aunque no debe recibir mucha exposición en su recipiente, ya que se puede secar.
- Riegos poco abundantes: la mejor manera de que la lavanda pase por agua es con "riegos cortos y moderados", tal como dice @HuertoAdictos.
- Agua en la tierra: es conveniente que se riegue sobre el sustrato y no por encima de las flores.
- Nada de abono: una recomendación que se debe tener en cuenta es que lavanda no requiere de fertilizantes para su crecimiento.