Las plantas trepadoras con flor tienen un encanto especial. La buganvilla es una de esas plantas que asombran por su colorido, su tamaño y porque añaden un toque mágico a cualquier porche. Pero tienen un problema, sus flores se caen constantemente y ensucian la terraza cada día. Esto no sucede con otras plantas trepadoras como la glicina, también conocida como Wisteria sinensis o glicinia.
La glicina es una planta con flor que tiene su origen en Asia. Es una planta endémica de algunas regiones de China. Es trepadora, muy vistosa y vigorosa. Aunque también se puede plantar en maceta en forma de árbol. Destaca por sus preciosos racimos en colores morados o blancos con unas espléndidas flores que pueden alcanzar los 30 centímetros. Si buscas una planta trepadora que no ensucie tu jardín y lo llene de flores, necesitas una glicina.
Características de la glicina
La glicina es una planta de exterior que destaca. Su carácter trepador la hace muy socorrida para cubrir exteriores amplios, como grandes paredes que requieren de sombra natural. La glicina, al ser una planta leñosa, se adhiere perfectamente a la superficie que la sostiene, pero requiere de cuidado y atención para garantizar un crecimiento estable y una buena imagen durante todo el año, siendo finales de invierno el momento de inicio de floración.
Cuidados de la glicina
La glicina es una planta de exterior resistente y robusta, pero esto no quiere decir que no requiera de ciertos cuidados. Estos son algunos de los que debes tener en cuenta:
- Riego. Este es el aspecto más sensible. Tienen capacidad para resistir ciertos periodos de sequía, pero no es conveniente si queremos que la planta se mantenga con buena presencia. Conviene regarla regularmente en verano, manteniendo el suelo húmedo (sin encharcamiento). En la etapa más joven de la planta conviene prestarle más atención a este aspecto.
- Cuidado de la tierra. Esta planta se adapta mejor a los suelos arcillosos, fértiles y con buen drenaje. Mejor evitar suelo calcáreo.
- Luz. Necesita de bastante luz para desarrollarse. Puede vivir en semisombra, pero notarás que su floración se modera. Es mejor que esté expuesta al sol la mayor parte del día.
- Temperatura. Resiste climas extremos, incluso heladas, pero vive idealmente en zonas de clima templado. Verás que en las estaciones con climas extremos la glicina sufre un poco, pero con el mantenimiento adecuado debería ser capaz de resistirlo.
- Plagas. Como prácticamente todas las plantas, la glicina es sensible a plagas, aunque no es uno de los aspectos más preocupantes en este caso. Suelos demasiado húmedos podrían provocar enfermedades como Phytophthora u hongos, que serán visibles mediante manchas marrones en sus hojas. Otra posible enfermedad es el oídio, que suele darse cuando la planta no está correctamente ventilada o expuesta a mucha humedad.
Precaución con las semillas y vainas
Uno de los contras de la glicina, es que hay que tener especial hay que tener especial precaución con las semillas y las vainas de la glicina, ya que son venenosas. Por ello, siempre hay que ir cuidando sus raíces para que no se extiendan demasiado y no tengan acceso ni niños, ni mascotas.
¿Cómo se poda la glicina?
Se recomienda hacerlo durante verano e invierno, puesto que es su época de reposo. En invierno, hay que asegurarse de que los tallos no impiden que la luz llegue a las flores. La época ideal para hacerlo es a finales de invierno. Simplemente, necesitarás unas tijeras, unos guantes y una escalera (¡y mucha precaución!).
En la primera poda de invierno hay que cortar las ramas laterales. En la segunda del verano se recortan las ramas del año previo, dejando alrededor de cuatro yemas. El objetivo de la poda de verano es reducir los nuevos brotes hasta dejarlos alrededor de diez centímetros de longitud y eliminar las flores ya marchitas.
¿Cómo es la floración de la glicina?
Para favorecer la floración de la glicina hay que tener varias cosas en cuenta. En primer lugar, hay que asegurarse de que el lugar elegido esté protegido de corriente de aire y que sea luminoso. La poda, mencionada anteriormente, es otro de los aspectos más relevantes. Ten en cuenta que incluso con el tratamiento adecuado, la glicina puede tardar hasta tres años en florecer por primera vez.
También ten en cuenta que es una planta a la que no le agradan los trasplantes. Del mismo modo, la glicina tiende a extender sus ramas todo lo posible antes de florecer, por lo que es probable que debas esperar a que las ramas ocupen todo el lugar donde está situada antes de ver las primeras flores.
¿Cómo cuidar una glicina en maceta?
Como hemos mencionado, la glicina también se puede cultivar en maceta. En cuanto a sus cuidados, son similares. Simplemente, debes colocar la planta en el exterior en una zona donde reciba luz o algo de sombra. Cuida el sustrato, que siempre se mantenga húmedo pero sin encharcamientos. Y al estar situada en una maceta, asegúrate de guiar a la planta en su crecimiento con la ayuda de una espaldera. Así la glicina podrá ir sujetándose correctamente.
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