La camelia se trata de un arbusto de hoja perenne de origen asiático que capta todas las miradas gracias al color verde oscuro de sus hojas, las cuales, gracias a su brillo y a su textura coriácea, aportan un gran atractivo visual a la planta incluso cuando no están en flor.
En cuanto a sus flores, que suelen aparecer entre finales de invierno y principios de primavera, son grandes, llamativas y están disponibles en muchísimos colores diferentes, que van del blanco al rojo y al rosa e, incluso, las hay bicolores.
Aunque son conocidas por ser algo delicadas con respecto a sus requerimientos de suelo y clima, una vez establecidas, las camelias pueden prosperar durante décadas, embelleciendo el jardín año tras año. Si eres una enamorada de esta planta con flor, la multiplicación de las camelias es una excelente forma para disfrutar aún más de su belleza en la próxima primavera. Una forma muy sencilla de reproducir camelias es mediante esquejes.
Paso a paso para multiplicar camelias
Para multiplicar camelias mediante esquejes es importante tener en cuenta el momento en el que vamos a plantarlos. En este caso, los expertos en jardinería recomiendan hacerlo justo después de que maduren en la planta madre, es decir, a finales de verano o principios del otoño, cuando las temperaturas han bajado pero todavía no son demasiado frías ya que las camelias necesitan un ambiente suave para enraizar. Para reproducir tus camelias mediante esquejes, te aconsejamos que sigas este paso a paso:
- Paso 1. En primer lugar, elige una camelia que esté sana y en buen estado de la que poder sacar los esquejes.
- Paso 2. Cuando la tengas, busca hijuelos jóvenes que tengan unos 10 - 15 centímetros de longitud y que, además, no estén ni muy tiernos ni muy leñosos, sino en un punto medio.
- Paso 3. A continuación, corta los esquejes seleccionados de manera diagonal e intentando hacer el corte justo debajo de un nodo, donde una hoja se une al tallo, ya que esta zona es más propensa a generar raíces.
- Paso 4. Cuando ya tengas los esquejes, retira sus hojas inferiores dejando solo unas pocas hojas en la parte superior. Esto reduce la pérdida de agua y permite que el esqueje concentre su energía en formar nuevas raíces.
- Paso 5. Para plantar los esquejes, coloca un trozo de tela de nylon en la base de una maceta dejando algunos espacios abiertos para crear un sistema de drenaje.
- Paso 6. Ahora, añade a la maceta, encima de la tela de nylon, un sustrato que sea ligero. Por ejemplo, una mezcla ideal para camelias es una combinación de turba, arena y perlita.
- Paso 7. Antes de plantar tus esquejes en el sustrato, y con la idea de acelerar su proceso de enraizamiento, puedes sumergir su base en una hormona de enraizamiento.
- Paso 8. Una vez humedecidos, inserta los esquejes en el sustrato, asegurándote de que al menos un nodo quede bajo tierra. Riega ligeramente para asentar el sustrato alrededor de los esquejes.
- Paso 9. Para evitar la deshidratación y fomentar el enraizamiento, los esquejes de camelia necesitan un ambiente húmedo. Para mantener la humedad, puedes cubrir la maceta con una bolsa de plástico transparente o una campana de plástico. Asegúrate de no cerrar la bolsa completamente para permitir la circulación del aire y evitar la formación de moho.
- Paso 10. Coloca la maceta en un lugar luminoso, pero fuera de la luz solar directa, ya que el sol directo podría quemar los esquejes.
- Paso 11. Durante las siguientes semanas, es importante mantener el sustrato ligeramente húmedo pero sin empaparlo.
- Paso 12. Después de unas seis a ocho semanas, los esquejes deberían comenzar a formar raíces. Puedes comprobar si han enraizado ligeramente tirando del esqueje: si sientes resistencia, significa que las raíces se están desarrollando bien.
- Paso 13. Por último, cuando los esquejes de camelia ya hayan enraizado, puedes trasplantarlos a una maceta más grande o al suelo del jardín.