Si en tu cocina reina el caos... Evita estos 12 ERRORES y haz que se imponga el orden

El verano es una buena oportunidad para limpiar a fondo la nevera, revitalizar las encimeras y reorganizar los cajones de la cocina. Pero no te limites a dar vueltas a cómo limpiar tu cocina. Crea tu propia estrategia para saber exactamente qué abordar, y crea sistemas de organización que se mantengan en el tiempo. Aquí están los doce errores más comunes que cometemos al organizar la cocina ¡y sus respectivas soluciones!

1. Almacenar elementos donde hay espacio

Uno de los errores de orden en las cocinas más comunes es almacenar los elementos donde hay espacio, y no donde son más prácticos. Siempre que hablamos de organización, es indispensable almacenar elementos por categorías y similitudes.

Por eso, guarda los tuppers juntos, las bandejas y moldes del horno en un mismo espacio y los productos para el desayuno en el mismo cajón. Y así con todo lo que hay en la cocina. Será mucho más fácil encontrar las cosas.

2. Dejar espacio vertical sin utilizar

Es importante aprovechar al máximo el espacio vertical en la cocina y para ello, ajusta los estantes para ocupar todo el espacio disponible:

• Mueve las baldas si son ajustables para aprovechar más el espacio.
• Agrega estanterías elevadoras paras las tazas, especias, latas, entre otros.
• Coloca ganchos para las tazas en la parte inferior de las baldas.
• Añade estantes adicionales​.

3. Usar los cajones como cajón de sastre

Cada producto y herramienta tiene su función y, por eso, también debe tener un lugar adecuado para guardarlo. Asimismo, deberías evitar tener un cajón de sastre –tan típico en las cocinas–, donde guardamos todo aquello que no sabemos donde ponerlo.

Además, todo lo que acaba siendo aparcado en ese cajón está menos a la vista, y acabas olvidando su existencia. Intenta reorganizar tu cajón "chatarra" y te llevarás una sorpresa con todo lo que tenías olvidado.

4. Invertir en recipientes no adecuados

La funcionalidad y practicidad de los recipientes donde guardamos las especias, salsas y demás es muy importante. Puede ser tentador comprar un producto menos "caro" a pesar de que sea menos funcional y no cubra exactamente nuestras necesidades.

De igual modo, siempre es mejor invertir en recipientes cómodos y útiles de buena calidad, con tapas seguras y materiales respetuosos con el medio ambiente, que no en recipientes económicos, pero hechos de un material cuya vida será más corta y protegerá menos nuestros alimentos. Por eso, mejor compra recipientes de cristal que de plástico.

5. Apilar en lugar de archivar

Deberíamos pensar en nuestra cocina como un despacho, y archivar de acuerdo con las necesidades de almacenaje. Asimismo, igual que con los papeles de una oficina, no deberías apilar todo lo que vas usando.

Siguiendo este criterio es mejor buscar un organizador de tapas para que estas queden bien "archivadas", en vez de tenerlas apiladas una encima de la otra. Esto también es extensible para las paellas, las sartenes o los tuppers.

6. Mantener todo en su embalaje original

Con tal de ganar espacio, es importante desechar y tirar todos aquellos embalajes de cartón, plástico u otros materiales que ocupan mucho espacio útil. Transfiere el contenido a recipientes o botes para mantener el contenido fresco mucho más tiempo.

No solo estarás ahorrando espacio, sino que también te será más fácil identificar que lo que deberías ir consumiendo y lo que debe ser reemplazado. Además, la estética de tu cocina sumará puntos.

7. Tardar en reponer aquello que vamos consumiendo

No debes olvidarte de verificar las fechas de vencimiento durante la limpieza de tu cocina. Realiza un control cada dos meses aproximadamente de la despensa y congelador y descarta aquello que se ha caducado.

8. Tener la encimera llena de cosas

No mantener despejada la encimera es un error que te pasará factura en lo que al orden se refiere. Comienzas dejando encima solamente un par de cosas, y terminas sin tener apenas espacio para cocinar. Lo mejor es dejar la encimera libre de utensilios y encontrar un espacio para cada cosa. ¡Ya verás como mejora la sensación de orden!

9. No apostar por la calidad

Tanto en la elección de los recipientes para guardar alimentos como en los objetos organizadores en la cocina, desde colgadores a separadores, elegir elementos de calidad es fundamental, aunque tengamos que hacer una mayor inversión económica.

Al final, los botes baratos son poco prácticos y no duran mucho. Esto pasa con todos los elementos de la cocina: sartenes, cubiertos y moldes: invierte en calidad y, con el tiempo, tendrás que invertir menos comprando nuevos modelos.

10. Tomar atajos

El mayor error en la organización de la cocina es no vaciar completamente los armarios y cajones cuando los ordenamos. Al sacar todo de los cajones antes de empezar a reorganizar, ganas en dos aspectos: en primer lugar, te permite clasificar los artículos en grupos para empezar a sentar las bases de tu estrategia organizativa. En segundo lugar, te permite determinar si tienes dobles o triples innecesarios que están ocupando espacio.

11. Olvidar el factor frigorífico

Puede que esté todo a puerta cerrada, pero organizar el frigorífico puede ofrecer un enorme rendimiento de la inversión en organización. La visión de un frigorífico superorganizado puede aliviarte en las mañanas más frenéticas y la comida no se estropeará tanto solo porque no puedas verla.

Cuando se trata de mantener el frigorífico organizado, la visibilidad es la clave: utiliza recipientes transparentes y apilables para guardar las sobras y botes transparentes y etiquetados para meter productos como el queso o la carne. Dado que accedes a la nevera todos los días, se trata de una práctica continuada, no de una vez al año.

12. Mantener demasiados electrodomésticos en la encimera

Por supuesto que te encanta tu olla instantánea y no podrías vivir sin tu robot de cocina, pero los electrodomésticos pueden acumularse en la encimera y hacer que tu cocina parezca más pequeña de lo que realmente es.

En su lugar, guarda los aparatos eléctricos de la encimera juntos en un armario, colocando los aparatos de uso frecuente delante y en el centro para que sean fáciles de sacar (y guardar). Luego, coloca pequeños envases etiquetados para las piezas de los aparatos.

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