1. Descalzarnos al entrar
Aunque sí, muchos hogares españoles ya han adquirido la costumbre de quitarse los zapatos al entrar en casa (sobre todo a raíz de la pandemia), la verdad es que esta costumbre es nueva llegada en nuestros hogares. Los japoneses la practican desde hace años e, incluso, tienen unas zapatillas solo para ir al baño. Los países nórdicos son otros de los abanderados de esta práctica. En muchos casos porque debido al frío y las condiciones metereológicas adversas necesitan una entrada o zaguán donde dejar las botas o el calzado más pesado antes de entrar a la calidez del hogar.
2. Colaborar más en la limpieza
Hay países como Japón donde los estudiantes ayudan a limpiar sus propias clases y lo mismo pasa con fábricas y empresas donde muchas veces los propios trabajadores están a cargo de la limpieza (sí, también del baño). Quizás si interiorizásemos desde pequeños este hábito de la limpieza esta no se nos haría tanto cuesta arriba. Según el INE (Instituto Nacional de Estadística) el 14,4% de los hogares españoles declaran hacer uso de empleados domésticos, algo que en Japón no es nada común.
3. Reciclar más y mejor
Suiza, Suecia, Austria, Alemania, Bélgica y los Países Bajos son por este orden los países que más reciclan del mundo. Según un informe Eurostat España está muy por debajo de la media europea, ya que reciclamos el 33,3% de los residuos que generamos, frente al 45% de la media de los países de la UE o al prácticamente 100% de Suiza. En este país tienen muchas facilidades y beneficios para hacer esta gestión de los residuos como una minuciosa clasificación de los contenedores, que permite reciclar 93% de vidrio, 91% de latas y 83% de botellas plásticas. Eso sí, en España reciclamos más plástico que ingleses, italianos o belgas. Quizás sea también porque utilizamos mucho plástico. Algo también a mejorar.
4. Tenemos que mejorar en puntualidad
Según un artículo de The Times la mayoría de los españoles no han sido bendecidos con la virtud de la puntualidad. Algo que en países como Inglaterra o Alemania es casi una cuestión de estado y una costumbre muy arraigada. De hecho, allí si llegas tarde 5 minutos lo más seguro es que no te reciban, mientras que en España lo de los 5-10 minutos se da casi por sentado. Pero ojo, no estamos solos en el mundo de la impuntualidad según una encuesta, entre el 15% y el 20% de los estadounidenses llega "constantemente tarde" a todas partes. Mal de muchos...
5. Deberíamos comer antes
Ir de viaje por Europa significa, de golpe, empezar a comer a las 12 (hay países que incluso antes) y estar cenados antes de las 20. Algo que no concuerda para nada con el horario español de comidas. ¿Cuáles son los beneficios de comer o cenar antes? Desde un punto de vista nutricional, al adelantar los horarios de comida nos ajustamos mejor a nuestro reloj biológico que viene determinado por los ciclos de luz y oscuridad naturales. Además, que cenar pronto y ligero siempre se recomienda para tener un mejor descanso. Así que ya lo sabes.
6. Movernos en bicicleta (o a pie)
Es España es muy típico lo de ir hasta a por el pan en coche (o moto) y a veces para distancias que son bastante cortas. Deberíamos tomar ejemplo de países como Holanda donde el uso de la bicicleta es el medio de transporte más extendido y hay más bicicletas (18 millones) que personas (16 millones). Y eso que su clima no acompaña, precisamente, como el nuestro. En otros países, como Alemania o Suecia, las bicicletas también están mucho más extendidas. Así que vale la pena adoptar la bicicleta como alternativa al coche o los transportes colectivos.
7. No tapar tanto la luz y enseñar la casa
Sí, en España tenemos más horas de sol que muchos países de Europa y las solemos aprovechar para estar fuera de casa. Dentro las persianas casi siempre bajadas impiden que entre el calor, pero también la luz. Por eso, deberíamos aprovechar algo más la luz natural para tirar menos de luz eléctrica por ejemplo. Además, en países como Suecia donde las persianas no abundan las ventanas de las casas siempre están abiertas de par en par y adornan el alféizar con velas, lámparas, flores... Las casas lucen desde fuera, en España no.
8. Ser más previsores (y organizados)
Los españoles no nacimos previsores (ni ahorradores). La tasa de ahorro de los españoles es la tercera más baja de la zona euro, según el Banco de España solo por encima de Grecia y Portugal. ¿Y quiénes son los más ahorradores? Luxemburgo, Suecia y Alemania. Los alemanes por ejemplo casi no se endeudan: compran la mayoría de cosas al contado y, en consecuencia, usan muy poco las tarjetas de crédito. Podríamos decir que son "económicamente precavidos" algo que les va genial en la gestión de sus ahorros y su hogar. Además de muy previsores. Puede que a día de hoy ya sepan lo que harán las próximas vacaciones de verano.
9. Necesitamos más flores
Aunque en El Mueble no nos cansamos de decorar cada rincón de la casa con ramos y flores, lo cierto es que en España solo solemos decorar con flores en ocasiones especiales y regalarlas también en fechas señaladas. Somos más de tener alguna planta en casa y macetas en el balcón. En otros países, como Holanda, cuando te invitan a una casa es tradición llevar un ramo de flores (y no una botella de vino, como aquí). También lo hacen mucho los países nórdicos y Rusia. Pero ojo, no todo vale. En Rusia, por ejemplo, siempre que regales flores debe ser un número impar (los pares dan mala suerte) y debes evitar las flores de color amarillo. Un color que tampoco triunfa en Italia.
10. Baños que son casi un spa
En España los baños siguen siendo una de las estancias más pequeñas y olvidadas de la casa donde la tecnología no ha entrado por la puerta. En Japón, sin embargo, más del 80% de los sanitarios ya son inteligentes y cuentan chorros de agua, calentador de la taza e incluso música. Aunque este tipo de baños requieren una mayor inversión de entrada, a la larga resultan más higiénicos y ecológicos. Por no hablar de las saunas tan extendidas en países como Finlandia, donde se calcula que hay más de 2 millones.