¿A quién no le gusta entrar en una cama recién hecha y que las sábanas estén recién planchadas? ¿O secarse la piel con una toalla mullidita bien doblada? Estas sensaciones tan evocadoras las conseguirás manteniendo la ropa de casa en orden.

Así que manos a la obra: elige un rincón que se convertirá en el tradicional armario de la "ropa blanca" (también puede ser uno o varios cajones, el canapé de la cama...). Si no puedes dedicar un único espacio a la ropa del hogar, clasifícala por tipos y funciones y guárdala cerca de la estancia donde la vas a usar. Por ejemplo, en una cómoda del comedor, guarda la mantelería, servilletas, caminos...

Antes de empezar a ordenar la ropa del hogar, primero haz una selección de toda la ropa que tienes. Para las toallas, con dos juegos por persona, es suficiente, igual que para las sábanas, dos juegos por cama. En el armario, coloca la ropa que usas con mayor frecuencia al alcance de la mano y en la parte de arriba la que menos uses o fuera de temporada (plaids, colcha, nórdicos...). Ah, y para aprovechar más el espacio, ordena los juegos de sábanas de la siguiente manera: mete las sábanas dentro de la funda de la almohada para tener todo el juego junto. También puedes ordenar todas las sábanas bajeras juntas, las fundas de almohada juntas...

Errores que debes evitar

  • No dejes la ropa sin planchar: Si lo haces, tendrás que volverla a lavar para eliminar las arrugas antes de usarla.
  • No guardes la ropa húmeda: la ropa se deteriora más rápido y adquiere malos olores.
  • Lava la ropa que no uses mínimo una vez al año. Y si te das cuenta que ya no la usarás, deshazte de ella. Ganarás espacio.
  • Guarda la ropa en lugares correctos: ya sean fundas, cajas o cestas. No las guardes en cajas de cartón ya que con el tiempo pueden amarillear y dañar la ropa.

La guinda del pastel la conseguirás con bolitas o saquitos de aroma, para que la frescura y el buen olor envuelvan tu ropa.