Con originales motivos geométricos, colores vistosos y protagonismo en la decoración, los suelos hidráulicos siguen siendo tendencia. La clave para acertar con la colocación de un suelo u otro tipo de revestimiento hidráulico es cederle el protagonismo y usar otros colores neutros y materiales lisos para no saturar demasiado el ambiente.
¿Qué es el suelo hidráulico?
Cemento, arena y pigmentos minerales son la base de la fórmula de las baldosas hidráulicas, normalmente utilizadas como pavimento, aunque también pueden funcionar como revestimiento. Generalmente, vemos los suelos hidráulicos en cocinas y baños, aunque no son exclusivos de estas dos estancias. Sus formas generalmente geométricas entre gráficas y florales rebosan encanto con un toque vintage tremendamente personal.
Su nombre se debe a la prensa hidráulica que se utilizaba en sus inicios, a finales del siglo XIX, para compactar las diversas capas que lo forman, incluida la superior decorada, y aún sigue elaborándose artesanalmente de forma prácticamente igual que entonces. Lo bueno, es hoy puedes encontrar fieles reproducciones igual de bonitas aunque a un precio mucho más asequible, puesto que su producción se aleja de la artesanal primigenia. Las baldosas hidráulicas pueden costar entre 40 y 70 € el m2. Si escoges una imitación en cerámica, el precio puede bajar hasta unos 15 € el m2 aproximadamente.
El encanto de las baldosas o azulejos hidráulicos hechos a mano es innegable, de ahí que si vas a reformar una casa antigua y cuentas con un revestimientos de este tipo, debas recuperarlo.
Ideas de suelo hidráulico
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