Queremos ponerte la decoración en bandeja. Y esta vez no nos andamos con rodeos. Esta vez vamos a hacerlo de forma literal. Porque ellas, las bandejas, no siempre reciben toda la atención que merecen. Pero si te fijas bien en esas fotos que tanto te gustan (ese salón acogedor, ese dormitorio gustoso, esa cocina ordenadita...) ¡vaya! allí están siempre las bandejas dispuestas a arrimar el hombro en eso de crear espacios únicos y organizados.

Sirven para decorar, para ordenar, para organizar, para para mover cómodamente varios objetos en un solo viaje, para transformar un puf en una mesita de apoyo, para hacer ese ramo o esos portavelas aún más especiales, para crear centros de mesa... ¡son un portento! Basta con saber escogerlas, buscarles su sitio en casa y dejar volar la imaginación. En cuestión de bandejas, ¡las ideas están servidas!

De formas, materiales y tamaños

Si aún piensas que una bandeja debe ser redonda y metálica –sí, como las típicas del sector de la hostelería– te recomendamos hacer un reset y empezar de cero.

Porque hoy en día podemos encontrarlas de cualquier forma inimaginable: desde los diseños geométricos hasta los irregulares y de líneas orgánicas, muy de moda. Y también infinidad de materiales: madera, metal –recuerda que el acabado cobre es tendencia–, vidrio, plástico, fibras, piedra, cerámica...

Ante este abanico de opciones, es importante que antes de decidirte por un u otro diseño, pienses dónde quieres ponerla. Es la manera de acertar con la proporción: ni elegirás una bandeja demasiado grande o por el contrario, mini, que se vería ridícula en el conjunto.

Las reinas de los centros de mesa

Aunque son decorativas por sí solas, es en compañía cuando sacan todo su potencial decorativo. Ya sea en una composición de varias bandejas o bien de diferentes objetos dentro de una sola pieza. De hecho, esta es una de las opciones que más triunfa por su versatilidad y practicidad.

Es versátil porque basta con cambiar una o dos piezas de la composición para que parezca otra. Y práctica porque es una manera muy decorativa de agrupar pequeños objetos de decoración que de otra manera estarían desparramados y acabarían dando sensación de desorden. Además, cuando necesites el espacio solo tendrás que quitar la bandeja y listos. Superficie libre. Así te evitas tener que ir sacando cacharrito a cacharrito.

En el caso de hacer una composición de varias bandejas, lo mejor es que entre ellas exista un vínculo decorativo (el mismo color, el material...). Así dará más sensación de conjunto en vez de que cada elemento vaya por su lado.

Velas y flores, ¡que nunca falten!

A la hora de hacer la composición, las flores y las velas son las mejores compañeras de las bandejas. Crean un conjunto dinámico lleno de vida y calidez. Según el tipo de flores, la composición tendrá un matiz más femenino y delicado u otro más informal o festivo. Tenlo en cuenta.

Y no temas mezclar diferentes materiales, ya sea con varias bandejas o de los diferentes objetos dentro de ella. Conseguirás dar el toque personal tan buscado.