Seguramente te fijes mucho en las manías de tu madre, o aquellos consejos que te ha ido dando a lo largo de tu vida. De ellas no hay momento del día que no aprendamos algo y luego lo llevemos a la práctica. Uno de los últimos descubrimientos recae en cómo se cuidan la melena. Al menos yo, he visto toda la vida a mi madre y abuela usar un peine de púas anchas. Nunca comprendí los motivos, ya que en el mercado había opciones algo más cómodas. Y aunque siempre intenté que probaran otros tipos de cepillos de pelo se negaban. ¿Pero por qué?
El verdadero uso del peine de púas
La realidad es que el cepillo de púas anchas esconde un gran secreto que seguramente tu madre, o tú misma ya sepas: se usa para desenredar el cabello sin romperlo. Por eso, muchas mujeres han usado durante años y años este tipo de peine. Se suele usar cuando se tiene el cabello mojado, tras la ducha —uno de los momentos donde el pelo está más débil—, para evitar la temida rotura.
Pero además de conseguir que el cabello no se caiga al cepillarlo, el peine de púas sirve para mucho más. En concreto, es un utensilio de peinado perfecto para distribuir mejor productos capilares como mascarillas, acondicionadores o aceites. Al tener las púas anchas, reparte mejor el producto. Otros cepillos no consiguen este resultado y al final, parte del producto que se está utilizando se queda poco extendido.
Al repartir bien el producto con el peine, se asegura que llegue a todas las zonas desde la raíz hasta las puntas. Potencia así el efecto reparador, o hidratante que se busca y el resultado es una melena brillante, sana y cuidada.
Cómo cuidar un peine de púas anchas de madera
Muchos peines de púas anchas suelen ser de madera, por lo que es importante cuidarlos correctamente para que no se deformen o acumulen bacterias. Lo más relevante es que si lo expones al agua, luego lo seques correctamente. Si hay residuos entre las púas, puedes usar otro peine o un cepillo de dientes viejo para eliminarlos suavemente.
Aunque los peines de madera suelen ser robustos, pueden romperse o dañarse si se les aplica demasiada fuerza. Peina con cuidado, especialmente si tienes nudos en el cabello.
Cómo cuidar un peine de púas anchas de plástico
Los peines de púas anchas de plástico son más sencillos de cuidar que los de madera dado que el plástico es un material más resistente al agua y menos propenso a deteriorarse por la humedad. Aunque el plástico no se daña con el agua, es una buena práctica secar el peine después de lavarlo para evitar que queden residuos de agua, los cuales pueden ser un medio para el crecimiento de bacterias.
Lo que sí es importante es que no dejes tu peine cerca de fuentes de calor, como secadores de pelo, planchas, estufas o en el coche bajo el sol, ya que el plástico puede deformarse o derretirse. Si bien el plástico es resistente, algunos productos químicos pueden hacer que se vuelva quebradizo o cambiar su color. Es mejor evitar el contacto prolongado con productos como el alcohol, acetona o disolventes.
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