Adiós a las cocinas sosas: 12 ideas de interiorista para decorar las paredes con cuadros

Una forma original de decorar la cocina con cuadros es integrarlos con elementos funcionales del espacio. "Por ejemplo, puedes colocar un cuadro sobre una estantería donde también almacenes tarros o utensilios de cocina. Esto no solo añade un toque artístico, sino que optimiza el espacio sin perder el estilo. Además, mezclar cuadros con elementos como relojes de pared o plantas colgantes puede crear una composición única y atractiva".

La textura es un aspecto esencial al decorar con cuadros en la cocina, ya que aporta una nueva dimensión al espacio. "Me encanta jugar con cuadros que añadan una dimensión táctil, sobre todo cuando la cocina ya cuenta con materiales naturales como la madera, la piedra o las fibras vegetales", menciona Alberto. Así que ya sabes: obras con relieves, lienzos rugosos o incluso marcos texturizados se integrarán de maravilla en tu cocina.

Otro truco del decorador es jugar con la repetición y la simetría. "Usar cuadros en pares o en serie, ayuda a crear una sensación de unidad y equilibrio", algo especialmente útil en una cocina donde el orden visual contribuye a una estética funcional y equilibrada.

Para el interiorista Alberto Torres es fundamental que los cuadros que elijas reflejen la paleta de colores predominante en el ambiente. "Si tienes tonos cálidos en las paredes o en los muebles, opta por obras de arte que complementen esos matices, para generar una sensación de unidad y equilibrio". Al incorporar piezas que dialoguen con los colores existentes, logras que el espacio fluya con naturalidad y armonía. Además, puedes jugar con contrastes sutiles o tonos complementarios para añadir profundidad sin romper la unidad cromática.

Procura que el cuadro, o los cuadros, que elijas para decorar tu cocina esté en proporción con las dimensiones de la pared y del mobiliario cercano. "La ubicación es crucial, ya que un cuadro bien colocado puede transformar un rincón simple en un punto focal de interés", asegura Alberto.

Alberto siempre recomienda elegir obras que cuenten una historia o reflejen algo personal. "El arte no solo debe embellecer, sino también conectar emocionalmente. Un cuadro que inspire o tenga un valor sentimental puede cambiar por completo la atmósfera de la cocina, convirtiéndola en un espacio más íntimo y auténtico".

"Colocar obras de arte en zonas inesperadas, como encima de una encimera o cerca de una ventana, puede aportar un toque acogedor y único a la cocina", sugiere Alberto. Estas áreas, a menudo ignoradas, ofrecen la oportunidad de añadir carácter de forma sutil pero efectiva. 

No te limites a los formatos tradicionales: jugar con diferentes tamaños y tipos de cuadros puede dinamizar visualmente el espacio. Torres sugiere que "mezclar lienzos grandes con pequeñas ilustraciones o marcos delgados con gruesos" crea un interés visual que enriquece la decoración. Si decides usar varios cuadros en una misma pared, asegúrate de crear un balance visual, ya sea con la disposición en línea o con composiciones más libres.

"La pared del comedor es perfecta para crear un punto focal con una obra grande o una composición de varias piezas", sugiere Torres. Y si colocas el cuadro a la altura de los ojos de las personas sentadas a la mesa, el rincón se verá mucho más acogedor y personalizado.

Torres sugiere elegir cuadros que reflejen el propósito del espacio: "Imágenes relacionadas con la comida, la naturaleza muerta o ilustraciones botánicas son ideales para crear un ambiente en sintonía con el entorno culinario." También puedes optar por arte abstracto si prefieres un enfoque más moderno y menos literal, pero asegúrate de que el tema resuene con el estilo general de la cocina.

La cocina es un ambiente donde los humos, vapores y grasas pueden ser un problema, por lo que es crucial proteger tus cuadros. "Usar vidrio protector en los cuadros no solo los preserva de manchas y humedades, sino que también facilita la limpieza", explica Torres. Ubícalos en zonas más alejadas de zona de cocción, como sobre estantes o en paredes secundarias.

Es importante que los cuadros no compitan visualmente con los patrones del papel. Por eso, lo mejor es que optes por marcos sencillos y obras con colores que complementen o contrasten suavemente con el fondo. "Asegúrate de que el arte no se pierda entre los detalles del papel; piezas minimalistas o con colores sólidos suelen funcionar mejor en estos casos", dice el interiorista.