Dormitorios grandes: cómo decorarlos con buen gusto

En este dormitorio de grandes dimensiones, una columna es la excusa perfecta para delimitar el área de descanso de la de trabajo. Bajo el gran ventanal, Asun Antó y Clara Infiesta han ubicado la cama y, a continuación, el escritorio que queda semi oculto detrás de la columna. La elección del blanco en paredes y el chorro de luz natural que entra hacen que el espacio parezca visualmente más amplio.

Los dormitorios grandes pueden alterar el orden —y el descanso— si no hay en ellos un buen sistema de almacenaje. En este de la imagen, además de los armarios roperos a pie de cama, se ha optado por espacios extra: un cabecero a medida en forma de U invertida cuyos laterales son armarios con cajones, a modo de cómodas. Y un banco con capacidad interior, bajo la ventana, para guardar cojines y mantas. ¿Te has fijado en la calidez de las paredes pintadas en beis?

Decorar la pared frente a la cama es súper importante porque es ella la última que vemos antes de dormirnos. Procura que fomente la tranquilidad visual bien por el color neutro o por el mobiliario, que ha de estar centrado. En este dormitorio amplio, el interiorista Carlos Álvarez se ha decantado por colocar una cómoda entre los dos balcones y ha entelado las paredes en beis con un diseño discreto. ¡Equilibrio perfecto!

El papel pintado con cuadros grises imprime movimiento y elegancia a este dormitorio grande. La lámpara con su forma geométrica, actualidad. La madera de la celosía, calidez... Y todo, diseñado por Javier Merediz, se aúna para crear un dormitorio en suite muy en la onda.

Una estantería de pared a pared bajo los ventanales no solo ofrece espacio para guardar, sino que también crea un rincón luminoso para trabajar. Es la práctica sugerencia de Asun Antó para decorar este amplio dormitorio. Un banco a los pies, una cómoda frente a la cama y una butaca para leer o disfrutar del paisaje son el acompañamiento perfecto en un dormitorio grande. 

En un espacio blanco, la presencia de madera sienta fenomenal. Este dormitorio grande con elegantes molduras en las paredes es buena prueba de ello. No hace falta que la madera sea toda igual. La mezcla de distintas tonalidades y veteados le va genial. Añade algo de fibra —una alfombra o una butaca como aquí— y te quedará una estancia redonda.

Un dormitorio grande te permite, ¡por fin!, tener una cama king size. Si colocas una con dosel, no necesitarás nada más. Ella sola aporta nivel al espacio. El estudio Interior Facelift ha elegido una estructura de madera natural que en un ambiente blanco lo llena y decora. Y como hay buenas vistas, la presenta sin visillos en los laterales para disfrutarlas al máximo.

Si su dormitorio no fuera grande, a la interiorista Paula Duarte no se le hubiera ocurrido pintar la pared del cabecero en un tono oscuro. Pero como lo es, este es el maravilloso resultado. Y para que ese gris no quede tan frío, mira lo bien que lo ha acompañado con unos manteles individuales de fibra. En el resto del mobiliario y la ropa de cama ha optado por tonos neutros para equilibrar.

Nos encanta este dormitorio amplio porque la naturaleza exterior se cuela de lleno en el interior. Cuando abres las puertas el dormitorio se prolonga hacia la terraza y duplica su ya generosa distribución. Siguiendo ese espíritu eco, la interiorista Paula Rombys ha decorado la estancia en un blanco roto, el color de la calma, con pinceladas de azul y verde. El mobiliario muy natural, en fibra y madera.

La iluminación también es importante a la hora de decorar un dormitorio amplio. Combina diferentes tipos de luz: general, en el cabecero, en los armarios, el vestidor... En este cabecero de madera que va de pared a pared, Begoña y Berta Garrido han integrado unos apliques orientables para facilitar las lecturas nocturnas. Y han decorado el dormitorio, abierto al jardín, con un sencillo banco a los pies de la cama. 

¡Qué gran entrada al dormitorio ha proyectado la interiorista Cristina Carbonell! Un pasillo vestidor. La idea nos encanta. Y, además, las puertas de cuarterones acristalados en los armarios evitan el efecto tubo y los hacen más ligeros.

Este dormitorio grande y de estilo afrancesado resulta señorial no solo por sus dimensiones, sino por todo lo que le rodea: las molduras en el techo, las paredes pintadas en beis, la cama tan romántica, la sala de estar, los armarios con puertas enteladas... Todo en conjunto consiguen este ambiente único, clásico y muy femenino.

Este gran dormitorio en blanco impecable podría estar en Formentera o en Ibiza. El Estudio Aquitania nos traslada a las islas con su total white, solo salpicado por azules y rosas. La cama con dosel —únicamente apta para espacios grandes—, también en blanco, le aporta luminosidad. Le acompaña una sencilla silla de enea con reposabrazos y el resto del espacio se ha despejado para favorecer la relajación antes de dormir.

¡Es taaaan elegante! Nos fascina su carácter minimalista y, aun así, es un señor dormitorio. El espacio hace mucho, claro, pero también las piezas elegidas para decorarlo: lámparas suspendidas, mesitas redondas en madera clara, a modo de mesillas y textiles lisos o con motivos geométricos.

Este dormitorio grande tiene de todo, pero sin agobiar: zona de descanso, vestidor y cuarto de baño. Una estancia lleva a la otra mediante puertas correderas. Cuando permanecen abiertas, el dormitorio se prolonga en un blanco infinito. Un detalle que nos gusta por la serenidad que transmite.

Un camino de madera que pasa por el vestidor lleva hasta la cama y se sube por la pared del cabecero creando un espacio sumamente cálido. La alfombra en un tono intenso le da dinamismo. ¡Genial!

En este dormitorio de grandes dimensiones, los armarios no están en la zona de descanso. La interiorista Jeanette Trensig los ha dispuesto en un espacio contiguo, semi abierto. Como ambos están comunicados, coordinar colores y materiales resulta primordial.

Es tan grande este espacio que la interiorista Pía Capdevila ha creado un vestidor dentro de la habitación. Los armarios a medida cubren toda la pared ¡incluso el radiador! Y para separar los dos ambientes... ¡Tachán! Una estantería baja separadora que queda perfecta. 

A un espacio de molduras y techos altos, le van muchos estilos, pero este le queda ¡que ni pintado! Una cama con dosel lacada en un suave gris, una banqueta tapizada en capitoné y armarios de cuarterones... ¿El resultado? Un dormitorio grande, sobrio y distinguido.

El arco hace de este dormitorio un lugar único y un recurso que tan solo se luce en dormitorios de grandes dimensiones. La cama se completa con el escritorio enfrente y el vestidor al fondo. El suelo brillante contrasta con el rudo ladrillo. Y un detalle que también nos encanta: el armario exento de madera. ¡Una pequeña preciosidad!