25 errores decorativos a evitar en el salón: soluciones prácticas de expertos para triunfar

Si te gusta leer, es lógico que quieras tener en tu salón una librería donde colocar todos tus ejemplares, pero ¡cuidado! Las baldas y estanterías llenas de objetos generan una sensación de caos y desorden. ¿Solución? Mezcla los libros con objetos decorativos y deja siempre algunos huecos vacíos que dejen al mueble respirar, como ha hecho la interiorista Mercedes Pérez en esta estantería abierta. Cada cierto tiempo cambia las piezas deco por otras. Esa innovación te ayudará a ver tu salón de forma diferente ¡como si lo estrenarás!

Decorar las paredes con obras de arte dará un plus a tu salón, pero ¡ojo!, porque si abusas de ellos tu casa, más que un hogar, parecerá un museo. ¿Cómo puedes evitarlo? Colgando cuadros con moderación. Además de su tamaño, altura y ubicación, ten en cuenta que siempre han de aportar algo al salón. La pared del sofá es el lugar que han elegido las interioristas Isabel Flores, Nuria Almansa e Isabel Font en esta imagen.

¿Estás pensando en pintar las paredes del salón en un color oscuro? Fíjate primero en la cantidad de luz que entra en tu salón. ¿Es súper luminoso? Entonces ¡adelante! Pero si no lo es, ¡cuidado! Los colores oscuros empequeñecen y tu salón puede aparentar tener menos metros. Lo mismo ocurre si colocas un mueble oscuro. Aunque las interioristas Vanesa Vergara y Andrea Diego han optado aquí por una estantería gris oscura, se lo pueden permitir porque el salón cuenta con una amplia terraza acristalada y además detrás de ella han colocado un revestimiento de madera clara que lo ilumina y lo equilibra.

¿Notas que tu salón está demasiado oscuro? Echa un vistazo rápido y descubre por qué es. Puede que hayas colocado un sofá de respaldo alto justo delante de la ventana o unas cortinas demasiado opacas. ¡Error! Ningún elemento debe interferir en las ventanas. ¡Cuanta más luz natural entre por el salón, más grande parecerá! La solución pasa por elegir un sofá cuyo respaldo llegue a ras de las ventanas —como en este proyecto de la interiorista Marta Tobella— y unas cortinas más ligeras.

El orden en el salón debe ser la prioridad principal. Para conseguirlo, no te quedes solo en muebles como cómodas o estanterías, apuesta por otros que te den doble juego: un sofá, un puf o un banco que, además de asiento, tengan capacidad de almacenaje. Las interioristas Asun Antó y Clara Infiesta han creado en este salón un banco corrido bajo la ventana. Equipado con colchonetas y cojines, sus dueños podrán sentarse a admirar el paisaje y en su interior podrán guardar ropa de mesa, plaids para el sofá... 

¡Por fin has encontrado la cómoda de tus sueños! Es tan bonita que no has podido reprimirte y la has comprado. Llegas a casa tan contenta, tomas las medidas y ¡horror! No te cabe. ¡Ayyyyy insensata, si es que has equivocado el proceso! Primero, has de medir el espacio donde quieres ponerla y luego, mirar si lo que te gusta se adecúa o no a él. Otra vez tus impulsos te han jugado una mala pasada. Ahora, deberás buscarle otro emplazamiento o directamente devolverla. ¿Has pensado en encargar el mueble a medida?

Teletrabajar se ha convertido en algo habitual en nuestros hogares. Puede que hayas reservado un espacio especial en el salón para ello o directamente hayas transformado la mesa de comedor en tu centro de operaciones. Como parece que esta situación se va a prolongar todavía unos meses más, estaría bien que dediques una zona específica para ello. La decoradora Solange Van Dorssen ha colocado una mesa escritorio, a juego con los estantes de pared, integrándola en el salón. Este área de trabajo dejará de serlo en cuanto se retire de la vista el ordenador y se ubique la silla en otro sitio. ¿Quieres conocer los mejores rincones de trabajo de El Mueble?

Cuadros, fotos, tapices de macramé... visten las paredes del salón dándoles calidez y personalidad pero, al igual que antes te decíamos con los cuadros, cúbrelas con mesura. De lo contrario, crearás un espacio donde prime un agobio excesivo. Si quieres decorar las paredes del salón, elige solo una y deja el resto despejadas para compensar. La interiorista Paula Duarte ha decorado la pared del sofá de este salón con una bonita composición de láminas y espejos enmarcadas —bien centradas—.

Tamizan la entrada de luz, preservan la intimidad y regulan la temperatura de la casa; por eso, la elección de las cortinas es súper importante en la decoración. ¿Cuáles son las mejores para el salón? Depende del tamaño de las ventanas y la cantidad de luz que entre por ellas. A grosso modo, si tienes ventanales amplios, opta por cortinas largas. Y si las cristaleras son de media altura, prueba con visillos, estores o paneles. En cualquiera de los casos, evita que llamen demasiado la atención. La interiorista Mercedes Pérez ha decidido en este salón de amplias cristaleras poner dobles cortinas: unas más livianas en blanco y otras más oscuras y tupidas. ¡Perfectas!

¿Tu salón es muy cuadrado? Echa un vistazo a los muebles que tienes. Seguro que en el sofá, la estantería y la mesa de centro dominan las líneas rectas lo que convierte tu salón en un espacio cuadriculado. ¿No crees que le hace falta un poco de dinamismo? Introduce diseños sinuosos y ¡verás cómo todo cambia! En este salón, la interiorista Rocío Moreno Santamaría ha equilibrado la rectitud del sofá y los estores con las curvas presentes en las mesitas auxiliares y la pantalla de la lámpara de techo.

Un salón no está del todo vestido si no pones una buena alfombra que aporte calidez al ambiente. Pero ¡ojo con las medidas! Si tu salón es amplio y eliges una pieza demasiado pequeña, reduces visualmente sus dimensiones. ¿Cómo elegir la alfombra perfecta? Con una alfombra lo suficientemente grande que cubra todos los muebles del salón. Es lo que ha hecho en este proyecto la interiorista Pía Capdevila.

Incluir un toque eco en la decoración del salón se ha hecho imprescindible en los últimos años. No dudes en colocar plantas de interior resistentes y fáciles de mantener. Y si pueden ser en tamaño XL, mucho mejor. ¡Son tendencia! Como la que ha elegido la interiorista Cristina Mas Mir para decorar el rincón de este salón. ¿A que lo hace mucho más acogedor?

¿Sueñas con tener un sofá Chester, una silla Eames o una butaca Egg de Jacobsen originales? Se nota que tienes buen gusto. Pero si se salen de tu presupuesto y no puedes adquirirlos auténticos ¡rechaza imitaciones! Decántate por diseños low cost en los que prima igualmente el estilo. La interiorista Júlia Casals ha decorado este salón con un sillón Butterfly, por supuesto, genuino.

Un jarrón de cerámica, una alfombra de nudos, una mesa de centro en madera natural... Si quieres que tu salón gane en personalidad, elige para su decoración piezas hechas a mano. Así te garantizarás que la tuya es única. Excluirlas de tu salón será un grave error. La interiorista Lara Vallés, de Space Stage, eligió estos troncos como mesas de centro. ¡Espectaculares!

Para tu salón has elegido telas lisas para el sofá y las cortinas; así te aseguras su duración en el tiempo. ¡Bien! Ahora te gustaría introducir algo de estampado en la butaca para dinamizar el ambiente pero no sabes cuál elegir para acertar. La clave siempre está en la justa armonía. Elige un dibujo que no sea demasiado llamativo ni por el diseño ni por el color. Este sillón de la imagen se ha tapizado con motivos botánicos en un verde muy sutil, a juego con la planta del jarrón. Rodeado de fibra natural, le da al salón un aspecto discreto y natural.

Así evitarás el error de elegir muebles demasiado grandes o demasiado pequeños. Mide y, si es necesario, haz un plano marcando elementos como puertas, ventanas o enchufes. Si no cabe en el papel, no lo hará en casa.

El sofá es la pieza central del salón, por lo que conviene que tenga unas dimensiones proporcionadas al espacio. Y el resto de piezas, a él. Ten en cuenta dejar zonas de paso de entre 80 y 100 cm; si son más amplias, desaprovecharás unos metros que podrías destinar a zona de lectura, estudio, etc.

Atrévete a alternar distintos acabados para aportar dinamismo al conjunto. Reserva los motivos más coloristas e impactantes para elementos fáciles de cambiar —no es lo mismo retapizar un sofá que renovar un plaid—.

¿Elegiste tonos neutros para paredes, muebles y cortinas, pero el resultado, lejos de ser sereno y armonioso, es soso y anodino? No has hecho nada mal. Solución: crear un centro de atención (una pieza especial, una pared curiosa, un cuadro...), que atraiga las miradas y ayude a "ordenar" el ambiente.

Creías que era la mesa de centro ideal pero has llegado a cogerle auténtica manía a golpe de ¡golpes! No culpes a la mesa, sino a una distribución poco calculada. Si no hay entre 40 y 50 cm de distancia entre el sofá y la mesa, quizás debas cambiarla por una más pequeña, unas tipo nido o un puf.

Los sofás blancos son impresionantes, pero si tenemos niños o mascotas, una sufrida tapicería será mejor. O esa consola de diseño luce genial en la entrada pero si encima hay una montaña de todo lo que va saliendo de bolsos y bolsillos... Valora tus necesidades reales y decora con piezas bonitas pero útiles.

Piensa cuántos os sentáis, si os estiráis, etc. Será más fácil que no te dejes llevar por uno de líneas rectas y respaldos bajos —por fantástico que se vea— si ya sabes que te gusta echarte una cabezadita en él. Y saca el metro porque ese sofá que se veía genial en la tienda —amplia y de espacios abiertos— puede resultar un mamotreto en un salón estándar o de planta estrecha.

Sí, los peques son los reyes de la casa. Pero, ¿y tu rincón de relax? Procura encontrar sitio para todos. Si quieres un espacio de lectura, colócalo junto a la ventana, en lugar de relegarte a la zona más oscura; si os gusta ver una peli juntos, cuenta que haya asientos suficientes para todos, etc.

¿Tienes una lámpara de techo... y ya está? ¡Hora de cambio! Instala un regulador de potencia para modificarla según el momento: tertulia, descansar, ver la televisión... E instala puntos de luz, como lámparas de pie, de sobremesa y luz indirecta tras el televisor para reducir la fatiga visual.

En la tienda se te iban los ojos tras esa pantalla enorme y, precio por precio, mejor coger el más grande... El resultado es que ahora no puedes sentarte tranquilo a ver una película, porque las imágenes, literalmente, te asaltan en tu sofá. Los expertos recomiendan que la distancia mínima sea, al menos, el doble del ancho del televisor.