Sin ánimo de contradecir el popular villancico, este año la Navidad no será solo blanca... ¡sino también verde! Y es que al entrar en esta casa nos invade una agradable atmósfera natural que nos recuerda que, Navidad, no solo hay una y que el rojo y el blanco también saben compartir protagonismo.

Pero es que de este recibidor no solo nos cautiva su color verde que evoca la naturaleza en su máximo esplendor, sino también su aroma. Lo desprende el eucalipto baby blue que, entrelazado con el lentisco, decora cada rincón de este mágico vestíbulo.

“El eucalipto es perfecto para Navidad por su aspecto y su perfume. Además, aguanta fresco un par de semanas y cuando se seca, no pierde hojas ni frutos”, nos cuenta Loreto, de Brumalis, responsable junto a Mariluz de los arreglos naturales de esta casa.

No es imprescindible engamar los tonos de todos los arreglos con la decoración. Probad a jugar. La naturaleza está llena de colores... ¡y todo combina!

En este recibidor no todo es verde. La base en blanco que domina la decoración de esta casa llevó a Loreto y Mariluz a elegir la pequeña flor blanca de la paniculata para mezclarla con las ramas verdes en una guirnalda que recorre la barandilla de la escalera. Y para darle un look más típicamente navideño, añadieron flores del rosal rojizas. Blanco, rojo y verde. Trío de ases.

Piñas, velas, bolas de cristal y adornos blancos y en madera clara completan la decoración de este recibidor donde el espíritu navideño se respira en cada rincón... y en cada detalle.