Una cocina abierta en un loft explicada al detalle, con fotos, plano y presupuesto

La amplitud del espacio de esta cocina, que está integrada al salón, pedía una isla central, que la decoradora Lara Pujol diseñó multifunción: reúne la zona de fuegos –con una campana invisible de superficie–; el comedor, con la mesa adosada que es una prolongación de la isla; y una barra 'social' de roble natural. 

Al estar integrada en el salón, la decoradora apostó por "una cocina mueble", es decir, que parece parte del estar. Para ello, diseñó un mobiliario de líneas rectas, sin tiradores y con los electrodomésticos panelados. ¿La guinda? El personalísimo color: "Es un lacado gris verdoso, que escogimos precisamente para dar ese punto diferente y elegante a la cocina", explica.

"Al propietario le gusta mucho recibir en casa y una barra potencia la reunión alrededor de una isla. Es el lugar perfecto para tomarse una copa mientras se acaba de preparar la comida", explica la decoradora. 

Además de la estética, la interiorista cuidó mucho el almacenaje: combinó armarios altos, agrupados de manera simétrica en los dos extremos, con otros bajos en el módulo central, para aligerar visualmente el conjunto. Aunque si hay un armario que es toda una sorpresa es el de desayuno: "Lo mejor son las puertas escamoteables, que se guardan en los laterales del armario hasta desaparecer, así no molestan cuando el armario está abierto". 

La zona de aguas, equipada con un completo cajón de residuos, se situó opuesta a los fuegos para que el trabajo resulte más cómodo: del fregadero a los fuegos. Y viceversa.

La decoradora reservó los electrodomésticos que quedan más a la vista, como el horno y la vinoteca, en la parte interior de la isla. Así no se ven desde el salón.