Dormitorios pequeños: las 10 reglas de oro para volverlo acogedor

El color es el primer recurso decorativo para crear sensación de amplitud. El blanco, el beige, el gris clarito, el greige, así como la gama de los tonos pastel, son colores que amplían visualmente el espacio y multiplicar la luz de las estancias. Además, resultan elegantes y modernos. Por eso, acertarás de pleno si, para decorar un dormitorio pequeño, lo pintas en cualquiera de estos colores, y eliges los textiles en la misma gama cromática. Eso sí: para evitar que la decoración quede plana, juega con distintos tonos del mismo color o bien añade contrapuntos de color a través de los complementos textiles.

Un truco para lograr una ilusión óptica que amplíe tu dormitorio es decorar con espejos. Puedes crear una vistosa composición con modelos de distintas formas y tamaños en la pared de la cama o revestir todo un frente de armarios con puertas de espejo como se hizo en este caso.

Graba esta frase en tu mente: "menos es más". Decora el dormitorio con los muebles básicos, deshazte de lo superfluo, mantén todo en orden y añade materiales y elementos naturales que aporten calma y bienestar. En definitiva: la tendencia del minimalismo cálido funcionará de maravilla en dormitorios pequeños de matrimonio o juveniles.

Y lo más importante: que sus medidas guarden proporción con el espacio. Que quepan no es suficiente, lo que debes cuidar es que su relación con el resto de piezas sea cómoda y proporcional. Las mesillas, por ejemplo, pueden convertirse en un estorbo. Por eso, es importante escoger diseños que se adapten al espacio que tenemos disponible: los cajones volados y las baldas ancladas a la pared son dos soluciones perfectas.

Otra regla de oro para hacer acogedor un dormitorio pequeño es respetar la circulación, que puedas moverte cómodamente alrededor de la cama. Así que es posible que tengas que renunciar a un cabecero, pero no desesperes, porque existen muchos recursos decorativos para realzar este frente, como pintarlo de un color diferente al de las demás paredes o cubrirlo con un bonito papel pintado. 

La iluminación es un elemento muy importante para crear una atmósfera acogedora y decorar un dormitorio pequeño. Para iluminar la habitación correctamente se debe realizar una planificación general que sea cálida y no demasiado potente y, posteriormente, centrarse en la ambiental. La opción más habitual es colocar lámparas de sobremesa a ambos lados de la cama sobre la mesilla, aunque los apliques de pared o de suspensión son ideales en espacios pequeños.

Para tu dormitorio, escoge tejidos de lino o algodón en una gama cromática que genere armonía visual. ¡No olvides poner una alfombra que sume calidez! Y sigue la misma línea a la hora de vestir las ventanas. Recuerda que las cortinas también te pueden ayudar a ganar amplitud: telas lisas de colores claros, visillos vaporosos y ligeros, ajustadas al techo y rozando el suelo…

No las conviertas en meros expositores de cuadros o adornos. Aprovéchalas para ganar zonas de almacenaje que te ayuden a mantener el orden. Y es que el orden es primordial para lograr un dormitorio acogedor. Una opción es sustituir el muro por un paramento que sea en sí mismo un armario o una librería. Y si combina las dos funciones, mucho mejor.

Retranqueos, esquinas, bajo los muebles… Existen lugares recónditos con grandes posibilidades de almacén. Son zonas muertas –poco visibles muchas veces–, que te ayudarán a mantener el orden. En este dormitorio, el retranqueo de la pared se aprovechó con estantes. En un dormitorio juvenil pequeño puedes colocar un escritorio pequeño o una estantería a medida. 

Porque la escasez de metros no está reñida con esos detalles que harán que te sientas en un lugar mucho más acogedor. Pon tu toque personal con un cuadro que te guste, una colección de tus fotos preferidas, tus velas aromáticas favoritas… Eso sí, ya que no cuentas con mucho espacio, no abuses de los adornos y colócalos donde no molesten. ¡Se selectiva!