A la hora de dar vida a nuestras paredes, la pregunta que nos hacemos siempre es la misma: ¿de qué color deberían ser? Con una paleta cromática tan amplia y tonalidades que nos aportan diferentes percepciones y sensaciones, es complicado hacer una elección sin miedo a fallar. En este caso, hemos tomado la palabra a Ter - arquitecta y famosa youtuber con casi dos millones de suscriptores, que comparte contenido sobre decoración e interiorismo - para dar respuesta a esta cuestión que, en ocasiones, puede generarnos dolores de cabeza.
La creadora de contenido, se ha inspirado en las teorías de Le Corbusier, un conocido arquitecto y diseñador urbanista del siglo XX, cuyo enfoque sobre el color quedó reflejado en su teoría de la Policromía Arquitectónica, explorando el impacto psicológico y sensorial de los colores en espacios interiores y exteriores. "No todos los colores funcionan igual. Por ejemplo, los tonos blancos, azules y verdes, difuminan los límites y dan sensación de amplitud. En contraste, los marrones, rojos y naranjas, contraen el espacio, haciéndolo más pequeño y acogedor visualmente", nos explica Ter a partir de los estudios del arquitecto.
Sensaciones que aportan los colores en nuestras paredes
Ter también explica cómo, según la distribución del espacio, los colores puedes provocar una sensación u otra. Desde espacios que quedan delimitados al pintar paredes de distintos colores en un mismo espacio a generar con ellos una especie de cúpula cuando incluímos el color también en el techo. Así, Le Corbusier, dividió los colores en diferentes gamas según sus efectos:
El Mueble
- Colores suaves y naturales: si buscamos crear ambientes serenos y equilibrados, utilizaremos tonos tierra, beige y grises claro.
- Colores profundos y oscuros: para espacios con carácter, además de ayudarnos a estructurar visualmente el espacio. Aquí entran los azules intensos, verdes oscuros y burdeos.
- Colores vibrantes y luminosos: aportan energía y dinamismo, como amarillos, rojos y naranjas.
- Blanco y gris neutro: como base para potenciar la luz y equilibrar el resto de colores.
Qué color de paredes escoger según nuestra estancia y acertar
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"Lanzarse a pintar la pared de un color que no sea el blanco, puede dar miedo", dice Ter. No obstante, podemos jugar con los colores de forma estratégica según la sensación que queramos conseguir, como hemos visto anteriormente. Pese a esto, para acertar en nuestra elección, debemos tener en cuenta la estancia sobre la que vamos a pintar:
- Espacios de descanso: como dormitorios o salas de estar. Preferiblemente, tonos neutros, arena, verdes suave, o azules claro. Esto creará un efecto relajante que invita al descanso y a sentirnos en calma.
- Espacios que necesitan dinamismo: como zonas de trabajo o áreas comunes, como la cocina, el despacho o el comedor. Toques de colores vibrantes, como amarillos, pueden estimular nuestra creatividad y energía. Actualmente, también podemos hacer uso de papeles pintados para generar esta sensación.
- Delimitar espacios en un mismo ambiente: usaremos colores contrastantes, como naranja y azul claro, para destacar paredes o zonas específicas sin necesidad de elementos arquitectónicos, aunque estos pueden servir de base para aportar luz y puntos focales. Esto se puede utilizar en viviendas de concepto abierto o con espacios muy diáfanos, utilizando el color para dividir visualmente el salón del comedor, por ejemplo.
Así, la elección del color de una pared dependerá del efecto que queramos lograr en dicho espacio. Si seguimos la teoría de Le Corbusier que nos ha explicado Ter, el color debe seleccionarse estratégicamente para modular la percepción del ambiente, influir en nuestras emociones y mejorar la funcionalidad de la estancia.
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