De salón oscuro y cerrado a súper salón blanco y luminoso con cocina abierta que parece más grande
Cuando el estudio Laura Martínez Interiorismo recibió el encargo de transformar este salón, cocina y recibidor anticuados no lo dudaron: necesitaba urgentemente ganar luz, calidez y amplitud. Dicho y hecho, ¡menudo cambio!
Este piso, reformado por Laura Martínez Interiorismo, ahora es más luminoso y cálido.
Laura Martínez Interiorismo
Este piso ubicado en Sabadell (Barcelona) necesitaba pedía a gritos más luz, calidez y amplitud. Para ello, los propietarios contaron con la ayuda del estudio Laura Martinez Interiorismo, que dio por completo la vuelta a la zona de día. ¿Su objetivo? Pasar de piso clásico y anticuado a uno vanguardista y fresquito. ¡Y parece que lo ha conseguido!
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El salón antes de la reforma con paredes y muebles oscuros.
Laura Martínez Interiorismo
1. Antes: un salón con muebles oscuros
En el salón, era necesaria más luz y calidez. Los colores de los muebles y las paredes empequeñecían un espacio en principio amplio. Y es que las tapicerías azules y el mobiliario de madera oscura lo hacían parecer mucho más pequeño de lo que era.
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El salón después de la reforma con sofás y maderas claras.
Bonet Fotografía
Después: un salón luminoso en blanco y con madera
Empezamos por el salón. Los tonos blancos, junto a los toques de madera en suelo y mobiliario, "proporcionan muchísima calidez al ambiente y potencian la luz natural", introduce Laura Martínez, artífice del proyecto.
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El salón después de la reforma con sofás grises y estantes a cada lado de la televisión.
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Una gran librería a medida
En la pared frontal destaca una gran librería de madera, hecha a medida con estanterías de roble natural. ¿En el centro? El televisor y, a los lados, dos sofás grises enfrentados con un tejido suave y un espejo que de cuarterones que multiplica la luz de la ventana.
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Antes de la reforma el salón comedor estaba separado de la cocina por un tabique.
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2. Antes: una distribución con tabiquería tradicional
¿Qué más hicieron? La distribución de tabiquería que delimitaba la cocina, el lavadero, el comedor y el salón restaba metros y no dejaba pasar la luz. Así que optaron por transformarlo todo en una sola zona diáfana.
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Después de la reforma, el salón comedor está unido a la cocina.
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Después: tres zonas en una
"Ahora cada una de las estancias fluye de manera funcional y sin limitaciones visuales", explica Laura. Una paleta de colores neutros, unas pinceladas de azul, algunas plantas y ¡voilà! Ya tenemos el toque de frescura que faltaba para crear un ambiente más acogedor y familiar.
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La cocina se separa del comedor con una isla con acabado en mármol.
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Con una isla en blanco separa los ambientes
¿Más claves? Una isla en blanco, con porcelánico inspirado en el Calacatta Gold de Silestone, que delimita la zona de la cocina. Por un lado, ha instalado unos grandes cajones perfectos para guardar el menaje o usar como despensa. Por el otro, ha colocado una hornacina iluminada y revestida en madera de roble, en sintonía con el resto de la decoración.
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Antes de la reforma, la cocina estaba separada del salón comedor con un tabique.
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3. Antes: una cocina tradicional y anticuada
Así era lo que escondía el tabique de la cocina que ahora comunica con el salón. Como ves, la cocina estaba desfasada y necesitaba con urgencia que le quitaran ese revestimiento anticuado que no hacia más que sumarle años. ¡Buen trabajo!
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Después de la reforma, la cocina está abierta al salón, pero delimitada por una isla y ventana.
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Después: una cocina diáfana y súper luminosa
Hacia la ventana, vemos otro elemento que ayuda a separar los ambientes: un paramento parcial en cristal que, junto al color blanco del mobiliario, potencia la luz. Además, agranda visualmente el espacio y permite contemplar la zona del salón mientras cocinas.
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Antes de la reforma, el espacio junto a la ventana se usaba como office.
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4. Antes: Un rinconcinto triste y desaprovechado
Este corner prometía (y mucho). Cuesta creer que no le hubieran sacado mayor partido antes. Sus tres ventanas eran realmente perfectas para poder disfrutar de las vistas mientras se cocina o se friegan los platos. ¡Dicho y hecho!
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Después de la reforma, el espacio junto a la ventana es una continuación de la encimera.
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Después: un rincón triunfador
La interiorista ha instalado materiales súper resistentes y funcionales y ha utilizado un pavimento porcelánico en tonalidades marrón y gris. ¿Un flechazo? Las baldosas de inspiración hidráulica con acabado envejecido.
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Antes de la reforma, la cocina tenía forma alargada y era muy cerrada.
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5. Antes: una cocina entubada
Otra idea para copiar es el cambio radical de la pared de la cocina que daba al recibidor. Al abrirla, la estancia dejó de ser estrecha y entubada. ¿Quieres ver el resultado?
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Se colocó una pared acristalada que deja pasar la luz al pasillo.
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Después: una puerta de cristal como separador
Para separar las zonas, crearon una nueva puerta de cristal con estructura de aluminio, que suma metros además de aprovechar la luz natural al máximo en la entrada. ¡Menuda bienvenida!
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Después de la reforma, la cuenta con todos los electrodomésticos integrados.
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¡Todo integrado!
Si te fijas, el mobiliario a medida y la ausencia de tiradores ayuda a realzar el blanco impoluto. Y un último consejo: unir la zona del lavadero, unificando conceptos, consigue que quede totalmente integrado y oculto.
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El equipo de Laura Martínez Interiorismo.
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El equipo de Laura Martínez Interiorismo
Laura Martínez Interiorismo es un estudio formado por un equipo de interioristas, liderado por Laura Martínez Casares, Interiorista y Directora de obras, Esther Longueira Sierra, Interiorista y Directora de proyectos y Anna Vendrell Pi, Interiorista y Directora de estilismo.