El primer recurso en el que TODO el mundo piensa a la hora de ampliar visualmente una cocina pequeña es pintar las paredes y los muebles de color blanco. Sin embargo, hoy estamos aquí para darle un giro radical a esta típica historia de amor cromático. Y es que existe un truco mucho más efectivo y estiloso para que cualquier cocina parezca más grande: generar continuidad visual unificando los materiales de los muebles. ¿Lo habías leído alguna vez?
La continuidad visual marca la diferencia, pero, ¿por qué?
Como te decíamos, cuando queremos que un espacio se vea más grande, lo primero en lo que solemos pensar es en usar colores claros. Y aunque esa idea puede funcionar, no siempre es la solución más impactante ni la más elegante. Para conseguir una cocina visualmente más amplia, la clave está en lograr que la vista fluya sin interrupciones. Esto se hace eligiendo el mismo acabado o tono para los muebles, las encimeras e incluso las paredes. Sin embargo, en este punto debemos hacer un inciso, y es que para evitar que el resultado sea demasiado soso, es fundamental jugar con los matices, como las texturas de los materiales o los patrones de los papeles pintados.
Pensemos en una cocina con pocos metros y diferentes materiales: una encimera de piedra, armarios en madera clara y un frente de azulejos en tonos vivos. Aunque cada elemento es bonito por sí mismo, juntos pueden saturar y reducir aún más la percepción del espacio. Al apostar por un solo material o una paleta coherente en toda la cocina (por ejemplo, un acabado en madera clara o un tono mate en gris suave), eliminamos las barreras visuales y hacemos que la estancia parezca más despejada y amplia.
Pues bien, ahora que ya tenemos claras las nociones básicas, es el momento de aprender a aplicarlo, paso a paso, en tu cocina. ¿Preparada?