Quién mejor que dos profesionales de la decoración para responder a esta pregunta: ¿por qué no debes prescindir de la mesa de centro? Su función es más importante de lo que puedas pensar en un primer momento. Y el tamaño del salón no es excusa. Tanto el interiorista Abel Pérez Gabucio de Àbag Studio como Daniel Rotmensch, interiorista y propietario de Culto; nos exponen sus motivos.
Pero no pienses que este artículo no es para ti si tu salón no tiene las dimensiones necesarias para colocar una mesa de centro porque repasamos con ellos las medidas que debes tener en cuenta (coge metro y así sabrás de qué tamaño debes elegir este mueble) y cómo sustituir la mesa de centro por otras piezas que harán la función.
7 razones por las que no renunciar a la mesa de centro
1. Ayuda a definir y entender las proporciones del salón
Abel Pérez de Àbag Studio, "la mesa de centro da escala al espacio de estar lo que ayudará a entender las proporciones del salón incluso a crear un efecto de más espacio. Los espacios vacíos muchas veces parecen más pequeños porque perdemos la relación de la escala al no tener referencias que nos ayuden a entender las dimensiones".
2. Un motivo para no renunciar: hay muchas opciones
Por su parte, el interiorista Daniel Rotmensch de Culto hace una reflexión acerca de la mesa de centro: "realmente es difícil renunciar a esta pieza cuando en el mercado las posibilidades y opciones son tan amplias como las necesidades; según tamaño, forma, funcionalidad, versatilidad o precio… casi se puede decir que hay una mesa de centro para adaptarse a cada caso".
3. El lugar perfecto para decorar
"La mesa de centro es un expositor perfecto para crear bodegones o apoyar unos libros o unas flores", recuerda Abel. Estos detalles que decoran dan vida y riqueza al espacio. Y hay mil maneras de decorar la mesa de centro.
4. Equilibrar el conjunto de muebles
"La mesa de centro nos ayuda a dar estabilidad a un conjunto, alrededor de la que se distribuyen otros elementos del salón y de alguna manera marca la forma de vivir ese espacio", indican desde Culto.
5. Tomar un aperitivo en la mesa de centro
No hay que olvidar su característica más práctica: "es el lugar perfecto alrededor del que tomar un aperitivo o el café o una cena informal donde relajarse y tomar una copa de vino sin necesidad de estar en la mesa. Es un apoyo perfecto", añade como motivo para no prescindir de la mesa de centro desde Àbag Studio. Incluso en mesas de centro pequeñas.
6. Dar carácter y personalidad
"También puede ser el elemento que dé carácter a la zona del sofá", señala Daniel Rotmensch. La mesa de centro es un foco de atención que acapara miradas, pero puede serlo más aún con un diseño escultural o sorprenderte. aporta personalidad, matices o rompe con el estilo predominante.
7. Porque hay muchos elementos que actúan como mesa de centro
"Actualmente en decoración se suman a las mesas de centro, por su funcionalidad, opciones como puffs (añadiendo una bandeja), mesitas y taburetes. Jugando con composiciones y combinando distintos materiales y formas", recuerdan desde Culto. Así que un motivo por el que no renunciar a tener una mesa de centro es que no solo hay una opción, más estática, rígida o fija. La mesa de centro no tiene que ser una y diseñada específicamente para serlo. No tiene que tener unas formas y dimensiones definidas. Se adaptan muchos otros objetos.
¿Qué puede sustituir a la mesa de centro?
Relacionado con algunos de los motivos que han avanzado los dos interioristas, Abel confirma que "prácticamente cualquier cosa sustituye a la mesa de centro. Cualquier pieza que podamos desplazar eventualmente, un banco, mesitas auxiliares laterales, unos troncos que sirven a la vez de taburetes…"
¿Cuál es la medida idónea de la mesa de centro?
Daniel de Culto recuerda que "a la hora de elegir la pieza es muy importante valorar el espacio que tenemos y cómo se vive en él. En caso de disponer de una estancia suficientemente amplia con una zona de salón de invitados diferenciada, la mesa puede ser más sólida o robusta. Se convierte en un escenario para mostrar nuestros objetos de decoración preferidos o nuestros libros y revistas favoritas a mano. La estética marcará la elección".
"Si el espacio es más reducido y además polivalente necesitaremos una opción ligera, fácil de apartar en un momento dado. Las formas redondeadas nos permitirían una buena circulación y una composición más fluida entre los distintos elementos", añade.
La medida de la mesa de centro no debería ser un motivo por el que prescindir de ella. Hay que saber escogerlo de manera adecuada. Desde Àbag Studio nos concretan que "manda el espacio que tengamos, aunque podemos jugar a forzar proporciones para darle más fuerza o que ocupe un segundo plano. Dejar 40 centímetros de espacio entre sofá y mesa será suficiente para no tener que levantarte si quieres apoyar algo y no sentirte oprimido al permitir el paso".
La mesa de centro puede ser un objeto móvil que se adapta al momento y la función. "Si queremos, por ejemplo cenar algo viendo una serie desde el sofá o hacer hueco para los estiramientos matutinos en la alfombra tendríamos que poder desplazarla de forma sencilla", proponen desde Culto.
¿De qué depende la forma de la mesa de centro?
"A mí me gustan las mesas de formas redondeadas para composiciones en L abiertas y cuadradas para composiciones en U. Es un buen elemento para compensar las formas que ya tengamos. Por ejemplo, si todo resulta muy cuadrado, aplica redondeces para suavizar, que darán un toque menos estático y un look más desenfadado", remata Abel Pérez.