Pintar en blanco: ¿cuándo sí y cuándo no?

"Solemos acudir a este color cuando la estancia no es capaz de captar por sí misma la luz exterior, y deseamos otorgarle un aire más luminoso y claro. Es una de esas elecciones que nunca falla y a la que solemos acudir cuando no queremos arriesgar", explican desde Bruguer. Y es que el blanco tiene la capacidad de reflejar hasta un 96% la luz. 

En pocos metros, si no quieres arriesgar apuesta por el blanco. Acertarás seguro, porque tiene la capacidad de hacer que un espacio pequeño, como este dormitorio que además cuenta con un techo abuhardillado, parezca más amplio, porque aleja visualmente las paredes. 

En verano, el blanco cobra un papel muy importante por su efecto refrescante y calmante. Sin embargo, desde Bruguer aconsejan evitar el tradicional blanco puro, "porque puede resultar molesto en contraste con esos interiores tan luminosos que solo esta época del año es capaz de generar. En cambio, será un acierto apostar por un blanco roto, que combina muy bien con colores de mayor intensidad como el azul, el amarillo o el naranja".

"Apostar por el blanco es un acierto cuando buscamos combinaciones con el color, así como cuando queremos introducir en nuestra decoración elementos vegetales, diseños geométricos o plantas. El blanco suaviza los colores oscuros (gris, negro, azul oscuro…), y acentúa los suaves (amarillo, azul claro, rosa…); combina muy bien con el verde de las plantas, y añade dinamismo a las formas geométricas y vegetales", sostienen desde Bruguer. 

Cuando el suelo tiene gran peso visual, ya sea porque es muy oscuro o porque presenta motivos o combinaciones de colores, como es el caso de estas baldosas que imitan un suelo hidráulico, apostar por unas paredes en blanco ayudará a equilibrar el ambiente para no saturar la vista y cederá el protagonismo al suelo. 

Si cuentas con grandes cristaleras que invitan al exterior a formar parte de la decoración, como ocurre en esta casa, optar por el blanco te ayudará a no saturar de información el interior y dejará que todo el protagonismo vaya al exterior. 

"En estancias neutras, como baños o cuartos de la plancha, estamos habituados a pintar en blanco. Son espacios que respiran intimidad, delicadeza, limpieza… y aquí el blanco aporta siempre esa tonalidad neutra que tan bien encaja con este tipo de temas", aconsejan desde Bruguer. 

Un truco para modificar la sensación de tubo de un habitación demasiado alargada es pintar la pared del fondo de un color cálido oscuro, como el topo intenso de este comedor, y el resto de paredes de un tono más suave de la misma gama cromática, como un beige. "Así se creará un efecto de acercamiento de la pared del fondo y esto hará que la estancia se vea más cuadrada", según Valentine. 

Jugar con el color es una manera de dividir visualmente espacios sin necesidad de levantar una pared. Prueba de ello es este comedor, que se ha pintado en un azul profundo enmarcándolo.  

En este salón, paredes y sofás comparten un mismo tono azul petróleo, un recurso que contribuye a ampliar el espacio, porque el sofá se mimetiza con las paredes prácticamente desapareciendo. Esto vale tanto para tonos intensos, como más claros. ¡Tú eliges!

El color no solo ayuda a modificar visualmente la percepción de un espacio, sino que tiene un potente poder decorativo. Por ejemplo, destacar una pared, como la del cabecero o del sofá, es una manera de decorar y, a la vez, dar protagonismo a una zona de la estancia. 

"El color suele ser una elección estupenda para las habitaciones de los niños, en las que predominan, como es lógico, los colores suaves: azul cielo, lila, rosa, tierra...", explican desde Bruguer. Y es que el color es, además, perfecto para estimular la imaginación de los peques. Este es la referencia Nautilus de Valentine. 

Sobre todo si optas por un color intenso, como se ha hecho en este salón abierto a la cocina y al comedor. Y es que, "al contrario que el blanco, el color goza de la habilidad de reducir visualmente un determinado espacio", explican desde Bruguer. Y con ello, hacerlo más acogedor. 

Así lo sostienen desde Bruguer, que apuntan que "hay personas que con mayor facilidad que otras, terminan por cansarse de blanco, y optan por arriesgar con el color". Y este atrevido baño es una buena prueba de ello, donde paredes y techo se han unificado en un verde que es fresco y elegante a la vez.