NO caigas en estos errores: 5 fallos que jamás cometerían las interioristas y estilistas de El Mueble

No es novedad que en El Mueble amamos las sutilezas que exige el interiorismo. Y es que después de tantos años, hemos aprendido de los mejores. Entre las cosas buenas, también hay algunas lecciones que nos han quedado claras. A la hora de crear espacios realmente acogedores, equilibrados y armónicos, hay ciertos errores letales que todos deberíamos evitar. No solo porque comprometen la estética de las casas, la razón es todavía más importante: impiden generar una sensación de bienestar y serenidad en el hogar. Por eso, queremos compartir contigo los cinco errores que todo interiorista evitaría en sus proyectos y en sus propias casas. 

1. Falta de perspectiva 

Un salón que recoge lo mejor de su estructura abuhardillada. 

Uno de los errores más graves en el diseño de interiores es no tomar en cuenta la perspectiva global del proyecto. A la hora de decorar un espacio, debemos considerar que vamos a trabajar sobre un conjunto, no sobre un solo mueble o accesorio. Todo debe conjugar correctamente: texturas, colores, mobiliario, iluminación, etc. El diálogo entre los objetos debe ser fluido y armónico. Quedarse en detalles individuales sin pensar en el todo puede llevar a encapricharnos con un rincón u objeto, dejando de lado el resto de elementos. En el último punto ya te hablaremos de esto. 

Además, no se debe pasar por alto el entorno físico en el que se sitúa la vivienda. No es lo mismo decorar una casa de vacaciones que decorar un estudio de uso diario en casa. Las características del clima, la disponibilidad de luz natural y el estilo arquitectónico también deben integrarse en el proceso creativo. Por ejemplo, un interior de colores fríos puede quedar bien en un piso moderno de ciudad, pero no en una casa de campo de estética rústica.  

2. Muy bonito, pero nada funcional

Una casa con niños requiere de muebles a su alcance.

Cuando comenzamos a decorar un lugar, es fácil dejarse llevar por el entusiasmo. Algunas personas cometen el error de diseñar espacios magníficos e impactantes, pero muy poco prácticos. El interiorismo es una práctica que embellece, es cierto, pero también debe adaptarse a las necesidades reales de las personas que usarán el espacio. La funcionalidad es tan importante como la apariencia. 

Por ejemplo, si hay niños en casa, es clave crear áreas seguras y accesibles para ellos. Si conviven personas mayores, habrá que tomar medidas para evitar caídas y garantizar su comodidad. El clima es otro factor que afecta la funcionalidad: en climas fríos, es preferible una paleta de colores cálidos y reunir capas de textiles como muebles tapizados, mantas en el salón y ropa de cama térmica en las habitaciones. 

3. Paredes sosas y aburridas

Paredes vestidas con equilibrio: un cuadro llamativo, estanterías a medida y un espejo elegante.

Lamentablemente, este es uno de los errores más comunes. El espacio vertical que ofrecen las paredes es un recurso decorativo potente. Sin embargo, muchas veces queda inutilizado. Dejar las paredes totalmente desnudas provoca que los lugares se sientan monótonos, fríos y aburridos. 

Un buen interiorista decora las paredes con creatividad: intenta mezclar marcos de diferentes estilos y tamaños, colgar obras de arte a la altura de los ojos y no temer a estanterías flotantes. 

4. Ignorar la importancia de la iluminación

Una buena iluminación es esencial para todas las estancias.

En cuarto lugar, pero no menos importante, nos encontramos con la importancia de una buena iluminación. Este es uno de los aspectos centrales en la decoración de interiores. La luz destaca los detalles de muebles y accesorios y define la atmósfera de las estancias. Si hablamos de luz artificial (crucial para usar el espacio durante la noche), uno de los errores más habituales es elegir bombillas frías. ¡Siempre opta por la calidez!

 

Te dejamos otro tip: la iluminación debe distribuirse por capas. Comienza por la luz general que bañe de manera uniforme el ambiente, seguida de luz focal para zonas específicas como un rincón de lectura y, finalmente, una iluminación ambiental suave e íntima.

5. Encapricharse con un espacio en particular

La composición de un salón debe repartir los elementos a lo largo de toda la estancia. ¡Equilibrio ante todo!

¡Quién no ha pecado de obsesión! A todos nos ha pasado, pero nunca es tarde para remediarlo. Encapricharnos con un mueble o rincón hace que nos concentremos en un área y dejemos de lado el resto. ¡Fatal! Esto provoca una estética sin flujo visual, totalmente desequilibrada. Un diseño armónico requiere de simetría espacial. 

Imagínate que vas a decorar un salón y colocas todos los muebles apoyados en la pared. El centro queda totalmente vacío y desangelado, tanto así que parece una pista de baile en vez de una cálida sala de estar. En cambio, colocar los muebles para fomentar la interacción y el tránsito libre es muchísimo más acogedor. ¿No crees?

Ahora que ya tienes la información de tu mano, ¡evita estos 5 errores! No dirás que no te lo advertimos.