Las mejores casas de lectoras: todas las fotos del estiloso piso de Pilar en Zaragoza (con vídeo)

"La historia de mi casa me encanta: cuando tuve a mi hija mayor, decidimos movernos al centro de Zaragoza. Mi marido y yo siempre habíamos vivido ahí y empezamos a mirar pisos. Estuvimos buscando algo más de un año hasta que dimos con este. El piso necesitaba actualizarse, la distribución se podía mantener, pero le hicimos una reforma integral con la interiorista Natalia Gil. Como siempre decimos, ella dio a nuestra casa todo lo que le pedimos: mucho almacenaje, incluido un pequeño armario trastero en la entrada, una cocina grande donde poder hacer vida y mucha luz", cuenta Pilar Cinca, una de las 10 lectoras ganadoras del concurso "Las mejores casas de las lectoras".

La lectora nos detalla cómo es su hogar: "El piso tiene forma de U y mide 130 m². Inicialmente, tenía un gran distribuidor de 10 m² y un salón dividido en dos partes de unos 30 m². A continuación estaba la cocina, no muy grande, con un larguísimo pasillo a los dormitorios. Ahora, al entrar, llegas directa al salón. Es decir, prescindimos del recibidor para dar espacio a la cocina y al salón".

"Yo soy de tonos claros y en el salón nos dan mucha paz. La interiorista nos propuso poner toques de negro y creo que añaden un punto moderno", describe.

"Nos encantan los espacios abiertos, así que cuando Natalia nos propuso hacer una 'cocina de paso', ¡nos encantó la idea! Ahora tenemos una cocina ideal donde pasamos mucho tiempo", admite Pilar.

En cuanto al estilo de la cocina, "lo teníamos muy claro y no queríamos un suelo con hidráulico, así que pusimos baldosa en espiga que imita a la madera en un tono más oscuro que el resto de la casa, para que se notase el cambio de suelo. La mesa era la del salón de mis padres, de wengué, así que decapamos el sobre y la base la pintamos en negro. ¡Ha quedado genial!", cuenta Pilar.

La cocina se separa del salón con un panel fijo de cristal en negro y se cierra al pasillo con una puerta negra con el mismo conjunto de cuarterones.

La zona del comedor está integrada en el salón. Cuenta con una mesa con cuatro sillas, todo de madera y fibras. Justo detrás, una gran alacena también de madera, para almacenar la vajilla. Y en el techo, una lámpara de araña, que le da el toque clásico a este espacio.

Al fondo del pasillo se encuentran las habitaciones. Pilar explica que para ellos eligieron la más pequeña y oscura, y que para los niños, las más grandes y luminosas. "La nuestra solo la empleamos para dormir", aclara.

Pilar tuvo muchas ideas para su dormitorio, y ella misma nos lo explica: "Sobre el cabecero pusimos unas láminas antiguas que estaban en casa del abuelo de mi marido y nos gustan mucho. Encargamos un armario de obra a media altura, así ganamos almacenaje. Sobre él pusimos un espejo para dar más profundidad".

"En la habitación del pequeño pintamos en un color topo la pared de la ventana y las contiguas, incluido el techo, para darle un efecto más acogedor, como de mirador, y la ventana se enmarcó con moldura pintada también en tono topo. Además, pusimos unas molduras finitas pintadas en blanco que destacan sobre el color topo", dice nuestra lectora.

"Quería algo especial y que no fuese infantil. El suelo es hidráulico, en un tono granate precioso. También tenía claro que no quería un mueble de baño al uso, por lo que busqué en una tienda de muebles de madera de Zaragoza este aparador negro y lo adaptaron para ser mueble de baño, con una encimera de Silestone", cuenta nuestra lectora de Zaragoza.