Master class: ilumina el salón como un experto

¿Por qué es importante iluminar bien tu salón? "Un buen proyecto de iluminación puede marcar la diferencia entre un salón insulso y uno mágico y espectacular. Iluminar es pintar con luz, controlar los contrastes y lo que vemos y no vemos".

Para enfocar la iluminación de un espacio es importante detectar qué queremos iluminar y cómo. Existen varias opciones válidas y no hay una regla fija a seguir. Puedes optar por planificar una iluminación más técnica (con proyectores, tiras Led, focos empotrados…) y una iluminación más decorativa para acabar de conseguir la luz ambiente con el efecto deseado.

Si el proyecto de iluminación no forma parte de una reforma integral, se deberá tener muy en cuenta la instalación existente, los interruptores ya instalados, si hay falsos techos por donde pasar la instalación… y a partir de aquí verificar con el instalador si es posible realizar los cambios y reformas que entran dentro del presupuesto establecido.

Es importante decidir de antemano si prefieres utilizar elementos más integrados o con más protagonismo. Conviene asesorarse por un buen profesional de la iluminación que conozca bien las opciones del mercado que se ajusten mejor a tu gusto y bolsillo.

Dejando una semana de margen para imprevistos, el tiempo de ejecución para una estancia de 30 m² como un salón con cocina abierta o una zona de estudio, sería aproximadamente de 7 semanas desde que se tienen claros todos los elementos a implementar.

Luz y color mantienen una estrecha relación. La luz nos permite controlar la tonalidad de los colores y la percepción de los mismos. Por eso, si en una estancia dominan los colores claros, como el blanco, podremos iluminar con luz cálida y muy tenue ya que el blanco favorece el rebote de los rayos de luz y mantiene inalterable el color de la misma.

Los colores oscuros absorben mucho más la luz, por ello la iluminación que pongamos parece abarcar menos espacio y queda más concentrada. Mucha precaución con iluminar colores vivos como el rojo o el verde claro, ya que a través del rebote de la misma luz nos podrían llegar a contaminar el resto de la estancia con ese color.

Haz el ejercicio de pensar qué actividades desarrollas en él. Solo así sabrás qué iluminar y cómo. Si el sofá es el centro del salón, y lo usas para leer, hacer tertulia y ver la televisión, te interesará una iluminación cálida (2.700 ºK) que puedas regular según los usos. ¿Una buena opción? Focos orientables y regulables en intensidad y luces ambientales de apoyo.

Evita iluminar siempre con la misma luminaria y fuente de luz, ni todo leds ni todo halógenos. Es importante crear escenografías, y con una sola fuente de luz la iluminación será plana y poco interesante.

Con focos empotrados, uno por cuerpo, o un riel con proyectores, que podrás mover. También puedes intercarlar en las baldas lámparas portátiles que no precisen toma de corriente. Un truco de experto: combina lámparas con plantas y algún objeto decorativo. El efecto luminoso será muy atractivo.

Conviene iluminarlo por detrás, con una luz muy suave, o desde un lado, que puedas verlo con el rabillo del ojo. Pero en este caso no debe estar en el mismo plano, porque produciría contaminación lumínica.