Un dúplex abuhardillado de 80 m² decorado con muchos cuadros y color: está en Madrid y es el refugio de una pintora

Nada más cruzar el umbral de la puerta, salta a la vista el sello inconfundible de los trabajos de Marta Labrador, marcado por la serenidad, la elegancia y la atemporalidad, presentes en esta vivienda en la que se respira "calma". Gracias también a la inmensa luminosidad proveniente de los cuatro balcones en la planta baja y de las dos grandes ventanas de la superior, el recibidor resulta muy acogedor e invita a descubrir el resto del hogar. 

Entre ambos balcones casi simétricos se ha colocado una chimenea de obra nueva y tallada a mano para este proyecto por un artesano. Está hecha de mármol y su suave tonalidad encaja en la paleta de colores que abarca tanto la envolvente como los textiles del salón. ¡Nos encanta este detalle! 

Para la cocina del dúplex se contactó con Beatriz Sánchez, del estudio Dosde Interiorismo, "porque también tiene un concepto muy artesano dentro del diseño que ofrece", comenta Marta. La cocina con isla ha sido fabricada con roble y tiene travesaños horizontales y verticales en el techo que intenta imitar el trabajo de los antiguos artesanos.

Los materiales empleados en esta estancia proceden directamente de la tierra y son muy naturales: madera, piedra, barro y fibras vegetales... Además, el conjunto de este espacio desprende armonía gracias a la gama de colores y a la cuidada iluminación, cálida e indirecta.

El mueble bajo corrido que hace de cabecero alcanza hasta el otro extremo de la estancia, donde se ha colocado la zona de trabajo, aprovechando este mismo mueble para almacenaje de papeles y libros. El escritorio de madera lacada en negro y blanco es uno de los rincones preferidos de la propietaria gracias a la luz que se cuela por la ventana. 

El dormitorio infantil se plantea como un gran bosque con animales, como recuerda el precioso wall murall que la propia Marta Labrador pintó a mano. También encontramos una divertida estructura de cama en forma de casita y una elección de colores suaves que crean una atmósfera tranquila y armoniosa que invita al descanso.

Para el escritorio del dormitorio se optó por uno placado que se integra perfectamente con la pared en el mismo color, resaltando así la pata de madera maciza de roble que imita el tronco de un árbol. ¡Ideal!

A juego con los tonos del mármol blanco veteado del suelo y revestimiento del baño, la interiorista ha diseñado un mueble bajolavabo a medida en esta estancia para así crear una envolvente armoniosa. Una selección de obras artísticas de diversa procedencia protagonizan este espacio, como no podía ser de otra forma.