Al detalle: 5 FOTOS e IDEAS del salón navideño más elegante de la revista El Mueble con toques de blanco y dorado

Este salón nos encandiló con su base clásica que deja a la vista sus elementos originales: las molduras, el suelo de espiga y una preciosa luz natural. Para esta decoración navideña buscamos lo mismo: una base blanca y algunos puntos de brillo, que nos recuerden el glamour de las fiestas. Por eso, apostamos por un sofá blanco, espacioso y muy cómodo, y unimos dos alfombras rectangulares y muy mullidas para crear una más grande que enmarque la zona de estar. El gran protagonista, por supuesto, es el árbol: ¡mide cerca de tres metros! Y es que estos techos altos son una maravilla para que un árbol así luzca.

Los cojines ponen el color, en sintonía con la pauta marcada por la decoración del árbol. Combinar blanco y dorado es siempre un acierto seguro si lo que buscamos es un punto de elegancia: en este caso, además, la mezcla de distintas texturas y materiales hace del sofá un rincón de lo más acogedor y gustoso. Y, por supuesto, que no falte un plaid cálido para las frías tardes de domingo.

El árbol es el corazón de este salón, y como tal, merecía una decoración a la altura. Por eso, escogimos adornos grandes, perfectos para su tamaño, en tonos blancos y brillantes, dorados, plateados... La idea estaba clara: que transmitan ¡el brillo de la ilusión navideña! Las estrellas y las coronas de hojas con pedrería ponen el punto chic. Incluir paquetes de regalo en la base lo hace más personal: opta por un papel muy neutro, y que el punto de color lo aporten los lazos y las etiquetas.

Y si lo que buscamos es crear destellos de luz, no puede faltar un centro de mesa con velas. Aquí usamos unas muy sencillas que complementamos con adornos más recargados: unas bonitas bolas de Navidad con diseños en dorado y portavelas en plata, todo sobre una elegantísima bandeja en color oro opaco, que rebaja el tono de la mesa.

Entre tanto brillo, un punto natural de la mano de un bonito ramo de flores silvestres queda genial y rebaja el ambiente. Este es de Sally Hambleton, con un florero tipo copa, ideal para una mesa de centro. Aunque los amarillos siguen estando presentes, una pincelada de otros tonos cálidos con unos claveles rosas o el rojo del acebo siempre queda de lujo.