"En casa somos lectores de El Mueble desde finales "del siglo pasado". Suena muy lejos, pero miramos las fotos y parece que fue ayer. Mi mujer me introdujo en el apasionante mundo de la decoración/orden. He aprendido gracias a ella y a vuestra revista la importancia de la iluminación y de que haya "verde". Recortábamos y guardábamos recortes de vuestras revistas para ir configurando nuestro hogar". Así se confiesa el protagonista de este artículo, Eduardo, que vive en una casa unifamiliar de tres pisos cerca de Valencia.
"Mi mujer y yo trabajábamos en una zona industrial de los alrededores de Valencia. Cerca de allí había una loma llena de pinos con vistas al mar. Nos gustaba pasear por allí al acabar nuestra jornada laboral y siempre pensábamos que si algún día construyesen ahí se cumpliría nuestro sueño. Un día vimos la caseta de la inmobiliaria y fuimos los primeros en comprar de toda la urbanización", explica nuestro lector.
"Es un unifamiliar de tres plantas y un modesto jardín. La vivienda tiene mucha iluminación y muy buena orientación. Aquí han crecido nuestras hijas y hemos intentado crear un espacio acogedor y familiar. Cuando llega la primavera, nos encanta pasar la jornada en el jardín tras una comida familiar", añade.
"Mi lugar preferido de la casa es el salón junto a la chimenea. Es un lugar lleno de intimidad y recogimiento. Los días fríos o lluviosos nos reunimos frente a un fuego y apreciamos el valor de lo que hemos construido con el tiempo: nuestra familia en este hogar", confiesa.
Eduardo nos cuenta las únicas reformas que han hecho: "Hemos ampliado el porche de la terraza, con columnas, techo y ventilador en madera. También hemos hecho un cerramiento acristalado en la terraza de la buhardilla y hemos cerrado el garaje exterior".
La cocina es larga y con muebles arriba y abajo, todos de madera. ¡No faltan las plantas, que se pueden ver a lo largo de la encimera.
En la cocina, la familia tiene un office, con una mesa de madera, un banco y dos sillas. Los tonos tierras de la madera se mezclan con los verdes de los textiles y la planta que preside la mesa.
Para el dormitorio principal, Eduardo y su mujer apostaron por el papel pintado de rayas, a juego con el banco que hay a pie de cama.