"El Mueble es la revista que compra mi madre y la he visto en casa desde siempre… es mi referencia, mi fuente básica de información e ideas, recibo la newsletter online y os sigo también en Instagram. Al final, las fotos de El Mueble son casi atemporales, una buena idea o una solución bonita y práctica siguen siendo resolutivas hasta muchos años después". Nuestra fiel lectora de hoy es Laura Bas y tiene esta bonita casa con porche en Arenys de Munt (Barcelona).
"Esta casa es nuestra ilusión, compramos el terreno con mi marido poco después de casarnos y encargamos el proyecto a un arquitecto y un constructor local. Ni os cuento la de recortes de El Mueble que he guardado con todas las buenas ideas y que enseñaba al arquitecto, al constructor, al pintor, al herrero, en fin, forma parte de la historia de la casa… los guardaba todos en una carpeta por apartados de cada estancia", confiesa la protagonista de este artículo.
"Lo mejor de la casa son las vistas y mi estancia favorita, sin duda, el porche. ¡Y no solo en verano! La orientación es buena, sur-sureste y el clima mediterráneo permite disfrutarlo todo el año. Fui yo la que insistí en que si la casa tiente 20 metros de fachada, tenían que ser 20 metros de porche. Sacrifiqué terrazas en los dormitorios (solo uno tiene) a cambio de tener un porche de punta a punta en la planta baja; no me arrepiento!", añade.
"Durante casi dos años visitamos la obra semanalmente para supervisar todo. Nosotros no nos dedicamos a nada que tenga que ver con la arquitectura o interiorismo, pero teníamos claro lo que queríamos y lo que no y también lo qué íbamos a ganar (y perder, por supuesto), cuando decidimos dar el paso y venirnos a vivir aquí", explica.
"Vinimos con nuestros gemelos recién nacidos y aquí nació nuestra tercera hija. Llevamos 18 años ya y estamos encantados, hemos hecho algunos cambios para adaptarla a nuestra familia y tenemos proyectos de seguir mejorándola y renovándola (no se acaba nunca!). A los dos años de vivir aquí, nos decidimos a hacer la piscina y el muro que la sujeta. Valió la pena la espera porque ahora las vistas son increíbles desde la piscina y allí no nos alcanza a ver nadie", sigue contando Laura.
"El salón y el comedor son muy abiertos y tienen mucha luz. Tengo pendiente colocar un sofá Chesterfield en la zona que queda más vacía", reconoce nuestra lectora.
"Fue durante en confinamiento, cuando realmente hemos valorado la calidad de vida que tenemos aquí y el trabajo que nos costó hacer llegar el ADSL por fibra óptica o que la calle apareciera en los navegadores habituales. Hemos teletrabajado y estudiado online todos desde aquí sin ningún conflicto. Hay una sala anexa al salón que hicimos hace unos 10 años, que sirve de área de despacho y zona de relax para los jóvenes, dónde pueden reunirse, ver películas o cenar. Lo llamamos “el zulo” y creemos que ha aportado mucho a la casa", detalla Laura.
"La asignatura pendiente es mi dormitorio. No tiene nada de especial, nunca ha sido la prioridad. Los dormitorios de los bebés, niños y ahora adolescentes han pasado por delante del nuestro. Dormimos muy bien, la cama es grande y cómoda, pero no he conseguido convertirlo en una zona de relax o crear un rincón de lectura o descanso… ¡Todo se andará, algún día!", admite nuestra lectora.
"La cocina es muy práctica, pero yo creo que pronto le tocará renovar. Aprovecharé para arreglar algunos errores del primer diseño", afirma Laura.
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