Marta, lectora habitual de la revista online, ha encontrado en la web de El Mueble muchas ideas e inspiración para confeccionar su casa estilo granero (barn house) en medio de los Pirineos.
"Buscábamos un terreno con vistas a todo el valle y una buena orientación, puesto que queríamos una casa que cumpliera con el standard Passivhaus", explica la anfitriona. Lo que significa que no puede consumir más de 5 kWh por m2 al año.
Por eso, pese a estar en la montaña, no tiene calefacción. Pero si mucha madera. La encontramos en todas partes, desde suelos hasta paredes y muebles antiguos restaurados.
¿Un punto de contraste? Las lámparas naranjas que cuelgan sobre el comedor y tras el sofá en forma de arco. ¡Dan un toque súper contemporáneo!
"Nuestra inspiración para la decoración fue el estilo wabi-sabi. Queríamos que pareciera un antiguo edificio agrícola rehabilitado, así que optamos por utilizar materiales en bruto", cuenta Marta.
¿Por ejemplo? Usaron granito sin juntas poco tallado, madera de aserradero sin tratar y hierro tipo corten sin pintar. Si te fijas, la cocina está completamente abierta al comedor. Y sobre sus oscuros muebles, cuelgan varios puntos de luz desde un techo abuhardillado.
Al ser su vivienda principal, necesitaban que sobre todo fuera cálida y funcional. Así que la distribuyeron en una sola planta y comunicaron la estancias con un pasillo también en tonos oscuros.
"Todas las habitaciones tienen orientación y salida al sur", añade Marta. Esto les permite aprovechar al máximo la exposición al sol para disfrutar de mayor confort en el interior.
Pero la orientación del dormitorio principal no es lo único que nos llama la atención, aunque, la verdad, es inevitable fijarse en las impresionantes vistas al Pirineo que hay desde la ventana.
Al lado del baño de la suite -todo en tonos verdes-, Marta ha colocado un objeto que destaca por encima del resto en esta estancia: una luz de pie estilo foco con el interior dorado. ¡Menudo flechazo!