Antes y después: 12 muebles antiguos que han ganado encanto tras la restauración

A pesar de su innegable encanto, esta antigua cómoda de madera maciza era tan oscura que apenas se veían sus maravillosas tallas.

Tras lavar la madera y lijar bastante, apareció el color original de la cómoda. El último paso consistió en proteger y limpiar los tiradores de los cajones. ¡Espectacular!

Por si el destrozo inicial no era suficiente, a esta alacena le faltaban dos patas y las puertas no tenían bisagras. ¡Vas a alucinar cuando veas cómo cambió!

Después de arreglar las partes rotas de la alacena, se lijó y se pintó con esmalte al agua todo el mueble. El siguiente paso fue reemplazar el panel del fondo, y decorarlo con un papel pintado floral. En cuanto a la pintura, se mantuvieron algunas partes en madera y el resto se pintaron en gris, salvo algunos cajones que quedaron con el verde original.

Tenía potencial, pero su estilo clásico en color blanco resultaba demasiado soso y aburrido. ¿Qué crees que ocurrió con esta mesa de centro?

Tras eliminar toda la pintura de la mesa utilizando un removedor y mucha lija, Gabi aplicó una pátina de color blanco para que se siguieran apreciando las vetas de la madera.

Nada más ver esta cómoda de estilo francés, Gabi imaginó lo bien que quedaría pintada en rosa empolvado, y afortunadamente, ¡su clienta estuvo de acuerdo!

Gabi lijó y selló la superficie de la cómoda, después la pintó con hidro esmalte y desgastó lo justo para darle un look vintage. Por último, pulió los tiradores de bronce con viruta, ¡y quedaron como nuevos! ¿Qué te parece el resultado?

Cuando vio este precioso secreter de estilo provenzal, Gabi se enamoró locamente. ¿El problema? Una vez más, las tallas no llegaban a lucirse por culpa del lustre.

Para darle luz y alegría, decidió pintarlo y decaparlo suavemente en color blanco, simulando el paso del tiempo. ¡Ha quedado ideal!

Este aparador llegó al taller La Florinda con un acabado muy brillante. ¿El encargo? Pintarlo en blanco y verde con efecto decapado.

Aparte de pintarlo en blanco y verde con efecto decapado, según los deseos de sus clientes, Gabi cambió los tiradores del aparador para modernizarlo un poco. ¡Ahora se ve mucho más actualizado y luminoso!

Esta mesita de noche de estilo Luis XVI tenía la estructura de madera muy desgastada, y la superficie de mármol estaba para tirar.

Inicialmente tenía el estuco que caracteriza a muchas de estas mesitas, así que lo retiró por completo y le dio una pátina traslúcida para realzar su madera clara y sus tallas.

Esta alacena de estilo rústico llegó al taller rota y muy mal pintada, con los brochazos a la vista y muchos huecos en blanco.

El pésimo estado en el que se encontraba, hizo que la alacena necesitara un montón de reparaciones. Tras llevarlas a cabo, Gabi lavó algunas partes para dejar la madera al natural, pintó el resto en azul turquesa y añadió unos pomos de estilo vintage. ¡No podría haber quedado más alegre!

Estas mesitas de noche dieron a Gabi muchísimo trabajo, ya que el acabado era tan grueso que parecía plastificado. Sin embargo, el esfuerzo mereció la pena.

Después de pasar horas decapando, logró llegar al color original de la madera, un color que se vio realzado gracias al acabado blanquecino.

Esta cómoda de aires provenzales llegó con la pintura bastante saltada, y el objetivo del cliente era dejarla con la madera al natural, así que... ¡manos a la obra!

Al remover la pintura, Gabi se encontró con arreglos con masilla y con una madera muy maltratada y manchada, así que realizó una pátina para disimular todas sus imperfecciones, y pintó los tiradores en color dorado.

¿Quién dijo que los muebles de madera de algarrobo no se pueden recuperar? ¡Este aparador en las últimas lo desmiente!

Después de lijar un poco la madera del aparador, Gabi bloqueó el tinte rojizo y pintó con un celeste grisáceo que preparó especialmente para el mueble. El último paso fue añadir una pátina envejecida para darle un aspecto más vintage.

Terminamos el recorrido por los proyectos del taller La Florinda con otro secreter oscuro que escondía un enorme potencial.

Para llegar a ser así de coqueto, Gabi tuvo que lijar la madera del secreter y pintarla en color blanco con pintura a la tiza. Además, hizo algunos desgastes suaves para resaltar sus bordes. ¿Verdad que ahora parece mucho más ligero?