Antes y después: de piso anticuado y sin estilo a pisazo rústico-moderno con cocina abierta, toques de color y un gran dormitorio en suite en Bilbao

Hace décadas, era muy común encontrar paredes completas forradas de un mismo mueble conjunto que, al mismo tiempo, se divide en varios. Es el caso del salón de antes del piso, que bloqueaba toda la entrada de luz, oscureciendo la estancia.

La vitrina en color verde, además de ser un mueble de almacenaje ideal y bonito donde organizar todo, también es el toque de color que desentona en una gama cromática muy neutra. 

El salón, y la casa en general, presentaba un estilo rústico muy anticuado y nada estético. La esencia de ese estilo se quería mantener, pero dando un giro por completo a todos los muebles y decoración.

La rafia, la madera y el ratán han sido los materiales protagonistas en la decoración de la casa. Ahora el salón es un espacio de calma y cargado de personalidad que fusiona lo rústico y lo moderno. La cristalera separa la cocina y el salón de forma que sigan estando comunicados al tener vista de ambos espacios.

La cocina también presentaba muebles muy rústicos pero viejos. Al ser una zona que frecuentamos diariamente, necesitaba contar con más amplitud, convirtiéndose en un espacio más abierto y luminoso. ¿Quieres verlo? ¡Continúa!

Para conseguir esta cocina tan preciosa, se eliminó el tabique de la cocina. Ya que esta pareja suele hacer reuniones con amigos y familiares frecuentemente, se decidió separar el salón y la cocina simplemente con una barra con taburetes muy práctica.

La cristalera es todo un acierto con ese toque industrial en su diseño porque separa las dos estancias con elegancia y sofisticación, dejando entrar la luz.

El pasillo era muy largo, ya que la cocina y el salón estaban divididos. Además, la decoración era muy triste y vieja y tenía poca luz.

El pasillo que conduce a las habitaciones se ha reducido para dejar el espacio a la cocina y al salón. Ahora, es mucho más cómodo y acogedor, además de estar perfectamente iluminado.

La habitación principal estaba totalmente obsoleta. Sus muebles y decoración eran muy viejos y alejados de la actualidad y el gusto decorativo. Necesitaba un cambio urgente.

El dormitorio se ha pensado para que, además de captar toda la luz, sea también una estancia donde la protagonista sea la cama. Además, se ha jugado con la textura que simula el papel de la pared. Los materiales de las mesillas, madera y ratán, van en equilibrio con el resto de muebles de la casa.

El baño de la suite era muy básico y el mueble del lavabo muy viejo. Los azulejos también tenían una apariencia antigua, por lo que no daba una imagen actual y moderna, sino todo lo contrario.

El baño del dormitorio sigue con la dinámica de paz y calma visual. Por ese motivo, se ha seguido la estética del salón, con muebles en madera y detalles en ratán, cerámica blanca y apliques en negro.

Aunque el aseo no era la peor zona de la casa, ya que tenía muebles algo más nuevos, no tenía la suficiente fuerza. Los azulejos de la ducha desentonaban con el resto del baño que, además, era algo oscuro al no tener nada de color.

Los clientes querían que el aseo tuviera un toque de color. De ahí que se decidiera combinar los revestimientos dinámicos de la pared con los mosaicos de las baldosas del suelo. La ducha ahora está mucho mejor integrada. En general, el espacio ahora cuenta con mucha personalidad y dinamismo.