Ilusiones ópticas: 25 ideas para que tu casa parezca más grande

Podemos elegir entre un blanco roto o beige o gris o casi cualquier color, mientras sea claro y no se aleje mucho del blanco. El resto de elementos decorativos deberían buscar la armonía moviéndose en la misma gama cromática, subiendo o bajando unos tonos. Eso sí, podemos jugar con un elemento de contraste, aquí es una pared. Sí, podemos pintar una de las paredes en color creando un potente foco de atención. También puede ser una pieza de mobiliario.

Si subes y bajas para ver la foto anterior, te darás cuenta como la pared marrón parece que avance si la comparas con la azul de esta foto. Es lo que ocurre con los colores cálidos, da la sensación de que se expanden. Por eso, si tienes un espacio pequeño y decides pintar una de las paredes con un color contrastado, que sea frío.

Este es otro truco óptico cuando tenemos poco espacio: pintar las paredes exactamente del mismo color que el mueble para que se fundan. Aquí lo vemos con este sofá con chaise longue. Las piezas más grandes son las que debemos integrar. 

Ahora vemos la prueba con el mismo espacio. Si pintamos de blanco la pared, el sofá contrasta, se dibuja, se redimensiona y parece mucho más grande. De hecho, es una pieza muy importante y no lo parecía cuando se fundía con el mismo tono de la pared. 

Usar el contraste de colores nos puede ayudar a crear efectos muy interesantes. Por ejemplo, en esta foto vemos como tener un color oscuro en primer plano y una claro al fondo, hace que la segunda pared se vea más lejos. Lo podemos usar como recurso cuando tenemos un espacio contiguo estrecho o pequeño. 

Si vemos el mismo espacio con los colores al revés, cuando la pared más cercana es la clara, se acerca la del fondo que es oscura. Este efecto podría ser útil si tenemos un pasillo muy largo, por ejemplo. Si pintamos la pared del fondo con un tono oscuro, lo corregiremos. 

Los pasillos, estrechos, largos y oscuros, son un reto decorativo que se benefician del uso del color. Los arrimados que parten la pared por la mitad amortiguan un poco la sensación de tubo. Pero con el color podemos modificar un poco más este espacio. Para ensancharlos podemos hacer dos cosas. En esta foto vemos cómo podemos hacer crecer visualmente el suelo si la parte baja del arrimado es de su mismo color, es como si continuara.

También puedes ver un segundo truco con el mismo pasillo: si usamos en suelo y techo un color oscuro y las paredes son claras, parecerá que se ensanchen. Pero cuidado, solo lo podemos hacer cuando tenemos uno techo alto, porque con el tono oscuro también notaremos que este baja. 

Los muebles altos son los que más espacio visual nos roban, especialmente los que quedan por encima de nuestro ojos, por eso colocar la librería puede ser todo un reto cuando los metros escasean. Que sea de obra o integrada en los mismos tonos de la pared ayuda y mucho. Las baldas estrechas también la hacen más ligera.

Pero podemos hacer algo más: pintar el fondo en un color frío para hacer que se aleje, como el que vemos ahora en el mismo espacio.

Cuando nos encontramos con una habitación pequeña y estrecha -como muchas- convertir la pared en un cabezal suele ser una buena estrategia: creamos un centro decorativo en la habitación y nos ahorramos una pieza de mobiliario que nos permite colocar las mesitas. Pero si esa pared es un arrimadero como este, con la raya horizontal conseguimos ensancharla. Además, como el resto de la pared y el techo son del mismo color, parece más alto y amplio.

Cuando un arrimadero recorre toda una estancia, se evita de golpe la sensación de paredes desnudas y de vacío. Decora sin perder espacio, sin necesidad de poner muchos muebles y cuadros. ¿Te imaginas lo soso que sería este salón sin él? Además, el color blanco hace que destaquen las pocas piezas que hay y que el espacio sea más luminoso y ancho.

Los armarios, como las puertas, deben integrarse al máximo. En este comedor, se ha aprovechado un frente completo, como es exactamente del mismo tono y sin tiradores no ocupan espacio visual. Un gran aparador pesaría muchísimo más y ofrecería una capacidad de almacenaje infinitamente menor.

Que toda la estructura, el continente (techo, suelo y paredes), sea del mismo color claro ayuda a desdibujar los límites del espacio. Para que el suelo continue con el mismo tono puedes optar por el microcemento o por la pintura, existen opciones mate y súper resistentes.  

Unir la cocina al salón ya es una práctica muy habitual para ganar metros, pero para conseguir que se vea como un único espacio más grande necesitamos algo más que tirar paredes. Para integrarla totalmente aquí los muebles además de blancos son sin tiradores, se han panelado los electrodomésticos y se han hecho desaparecen tanto la campana como la zona de fuegos, ambos son de cristal blanco. Así la cocina casi ni se nota.

Mímalas a tope para que puedas disfrutar al máximo de su luz, porque más luz es más sensación de espacio. Y también para tener la posibilidad de irte con la vista hacia fuera. ¿Cómo? Que las cortinas no las tapen. Que se recojan a los lados o por arriba. Hay excepciones, claro, pero cuando el espacio es pequeño los estores suelen ser la mejor opción, ocupan menos espacio visual y físico. Distribuye para que los muebles no las tapen. Una solución ideal es colocar un sofá mirando hacia la ventana para que se nos vaya la vista. También puedes poner un banquito debajo, como el de la foto.

Que sean ligeros, como la butaca de la foto. ¿Te imaginas cómo quedaría una convencional tapizada hasta el suelo? Cuanto más suelo veas libre, más sensación de espacio tendrás, por eso es mejor colocar las piezas pesadas en el perímetro. También son más ligeros los muebles redondos y redondeados, sin aristas. Tenlo en cuenta para las mesas, sobre todo. 

Muchas veces no se trata de elegir piezas pequeñas, sino que se trata de elegir pocas y bien. Este sofá es grande pero lleva una mesita incorporada a un lado y una lámpara de pared soluciona la iluminación en el otro. El espejo también es clave: engaña a la vista, refleja la luz y se adapta a las proporciones y al estilo del sofá.

Consiguen convertirse en una especie de escultura cuando los peldaños se funde con los tonos y los materiales de la pared. Aquí se ha usado el microcemento para dar textura y durabilidad.

En los apartamentos de montaña (que no suelen ir sobrados de luz y metros) nos encantan las vigas por su calidez y por su efecto cabaña pero... Sí, sentimos decirlo,  reducen mucho el espacio, a no ser que sean techos altos. Mira la siguiente foto, compárala con esta y lo verás.

Solo hay una excepción, si son muy altos o cuando en las buhardillas empiezan bajos pero suben muy arriba. Si te da mucha pena perder la calidez de la madera, busca una que sea muy clarita o decápala en blanco, conservando la veta.

Esta solución puede ser buena para ti. Pinta en blanco o en un color muy claro el espacio entre las vigas y estas destacarán sin bajar el techo. Si, como en la foto, el suelo y la pared son del mismo tono, resaltaran muchísimo.

Ayudan a multiplicar la sensación de amplitud. Cualquier cambio o estrategia que vaya en esa dirección funcionará, porque cuando la vista y la luz pueden llegar a todos los rincones, los metros cuentan menos. Los colores claros potencian esta luminosidad, pero para no crear desorden visual en las casas abiertas, puedes crea puntos de atención. Aquí es el sofá ocre, por ejemplo.

Que sea el mismo en todo el espacio que vemos, que las lamas sean anchas y que esté colocado a lo largo, ayuda a dar profundidad y amplitud. 

Así logramos la sensación de que se prolonga el suelo. Puede dar mucha calidez y sensación de amplitud en baños pequeños como este. También lo hemos visto en algún dormitorio, en pared del cabezal.

Si tienes la gran suerte de tener una terraza o balcón, procura que desaparezcan las fronteras entre interior y exterior. Lo consigues cuando hay una continuidad en el suelo. No podrá ser exactamente el mismo material, pero si una madera resistente de tonos parecidos, por ejemplo. También ayuda que los colores y el estilos de decorativo permanezcan.

No todos podemos o queremos vivir en un loft puro y duro. Pero sí podemos conseguir que nuestra vista y la luz llegue al máximo de estancias posibles con paredes de cristal y que así perdure la sensación de espacio amplio y abierto.

Fíjate en un par de aciertos más: en el trozo de muro que también continua como el suelo y en el diseño del sofá que se prolonga como mesa auxiliar.

Las cocinas han sido, sin duda, las grandes beneficiadas de esta bendita moda. Ellas que siempre necesitan más luz y más metros, se ven más grandes y luminosas desde dentro y desde fuera. Todos los espacios ganan.

Si necesitas cerrar tu cocina del todo por el ruido o los olores, lo ideal es que sea con una puerta corredera (que no roba espacio) y también de cristal, así desaparece como esta.

¿Te imaginas cómo sería esta cocina si, donde ahora hay cristal, todo fuera pared?

Las puertas correderas tienen la virtud de desaparecer, nos hacen creer que no están, que estamos en un espacio diáfano y abierto. Un puerta corredera que además es un espejo, es un doble acierto porque incluso cuando está cerrada nos sigue dando esta sensación.

Un espejo es como una ventana. Engaña nuestros ojos, repitiendo todo los que refleja, multiplicando por dos el espacio y la luz. Si además tiene un marco y cuarterones, puede funcionar como una "auténtica" ventana.

En los cuartos de baño los poderes de los espejos son todavía más valiosos y necesarios. Aquí se puede decir que cuanto más grande mejor, y que dos son mejor que uno. Si los colocas en L, el efecto se multiplica. Además, es muy útil para peinarte y maquillarte.

Los espejos también son muy útiles junto a los armarios y vestidores, claro, pero si forras toda una pared, parecerá que no existe, que el espacio no tiene final. Que por arte de magia hay más vida tras el espejo.