Si viéramos el antes y después de esta casa es probable que no la reconociéramos. Y es que esta casa en las afueras de Barcelona tenía un enorme potencial... pero necesitaba un cambio radical. Aunque contaba con buenos ventanales, la decoración y las paredes, de colores oscuros, se comían la luz natural y convertían esta casa en un espacio lúgubre y sin vida.
La decoradora Anna Vendrell le dio la vuelta por completo para llenarlo de luz y vida. Empezando por pintar las paredes de un blanco roto que es cálido y luminoso a la vez, y abriendo la zona de día, por un lado, a la cocina gracias a un cerramiento en "L", y por otro al porche.
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